Mitos y realidades de la recuperaci¨®n
El PIB y el empleo avanzan pero siguen los problemas de endeudamiento y escasa productividad
El PIB avanza a tasas superiores al 3%, el empleo crece un ins¨®lito 2,8% anual, la demanda interna convive con super¨¢vit exteriores por vez primera en la moderna historia del pa¨ªs y Guindos anuncia que abandonaremos la supervisi¨®n de la Comisi¨®n este a?o. ?C¨®mo hay que evaluar esta situaci¨®n? Pues, a pesar de todo, con cautela: aunque la recuperaci¨®n es evidente, no es oro todo lo que reluce. Y ello porque los vientos exteriores que nos empujan son transitorios, y porque la din¨¢mica alcista de hoy tiene poco que ver con la soluci¨®n de problemas de fondo (deuda, productividad y finanzas p¨²blicas). Vayamos por partes.
Respecto del crecimiento, hay que convenir que una parte no menor de su mejora refleja el aumento de renta por la ca¨ªda en tipos de inter¨¦s y su impacto en el crecimiento de la eurozona. Se trata de una intervenci¨®n excepcional: el BCE acabar¨¢ 2017 con un 25% de la deuda p¨²blica espa?ola en su balance. Lo nunca visto. Pero no conf¨ªen en que ello vaya a durar: ya se anuncian cambios para el pr¨®ximo oto?o. A?adan la ca¨ªda del euro (un 17% hasta junio pasado) y la del petr¨®leo, y tendr¨¢n una panor¨¢mica de los poderosos vientos de cola que nos empujan. ?Eso es todo? No. Sin las reformas efectuadas (laboral, financiera, en pensiones) ser¨ªa dif¨ªcil que creci¨¦ramos con igual intensidad. Como muestra el contraejemplo italiano (aumento del PIB del 0,7% en media 2014-17, frente al 2,7% espa?ol), Draghi no es suficiente.
Pero en lo tocante al endeudamiento no hemos avanzado. La suma del privado y p¨²blico alcanz¨® el 247% del PIB en 2016, por encima el 227% de 2007, porque la ca¨ªda del primero se ha visto m¨¢s que compensada por el aumento en deuda p¨²blica. Tampoco es positiva la din¨¢mica del endeudamiento neto exterior, nuestro tal¨®n de Aquiles como mostr¨® la crisis 2011/13. Aunque se ha reducido algo (al 87% del PIB), contin¨²a tozudamente por encima del 35% que la Comisi¨®n considera aceptable, y muy alejado del 15% de Italia o Francia.
Tambi¨¦n malas noticias para la productividad. Dado el reducido aumento de la productividad/ocupado (0,5% anual en 2015-17), la expansi¨®n del empleo explica en gran medida el avance del PIB. Mal asunto para un pa¨ªs que, para mantener la mejora de la competitividad, deber¨ªa sustituir contenci¨®n salarial por avances en productividad. Simplemente, porque la devaluaci¨®n interna no tiene ya m¨¢s recorrido. Finalmente, en lo relativo a las finanzas p¨²blicas, el envejecimiento creciente y el hundimiento de la generaci¨®n de menores de 40 a?os anticipan aumentos de gasto y dificultades en ingresos.
Lo dicho. Bien est¨¢ el crecimiento en curso. Pero no lancen las campanas al vuelo. Bajo la actual bonanza yacen problemas estructurales cuya resoluci¨®n apenas ha comenzado. Por ello, cuiden el excesivo optimismo: puede hacer olvidar lo transitorios que son los vientos de cola que hoy nos impulsan. Algo parecido sucedi¨® ya en los 2000. Convendr¨ªa no caer en los mismos errores de autocomplacencia.
Josep Oliver Alonso es catedr¨¢tico de econom¨ªa aplicada de la UAB y EuropeG.
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