La ventana indiscreta de la crisis
Los bancos europeos tienen casi 600.000 millones depositados en el BCE
Hace diez a?os asist¨ªamos a un colapso de los mercados financieros r¨¢pidamente anestesiado por la asistencia de liquidez de los bancos centrales. Pero en aquel agosto de 2007 el mercado de financiaci¨®n interbancaria se cerr¨® y a ese problema le sigui¨® el de solvencia y todos los avatares que tanto se han comentado. En cada momento cr¨ªtico, los bancos centrales aparecieron como casi ¨²nica respuesta. Y su presencia sigue ah¨ª porque ha sido tan abrumadora que no puede desvanecerse de la noche a la ma?ana. Cuando uno ve los datos de financiaci¨®n del Eurosistema, cuya ¨²ltima actualizaci¨®n se public¨® este lunes, siente el calor neoyorquino que sufr¨ªa un atribulado Jeff ¡ªprotagonizado por James Stewart¡ª, voyeur de la vida de sus vecinos desde su ventana indiscreta.
El papel del BCE en la liquidez europea sigue creciendo. Lo de la financiaci¨®n desde Fr¨¢ncfort es un ventanal. Y no menos indiscreto. Su evoluci¨®n refleja lo delicado de ciertos momentos y las dependencias de unos y otros. Y su estructura, los distintos programas y acciones para apagar fuegos y mantener los circuitos de financiaci¨®n de la eurozona en funcionamiento. Una primera apreciaci¨®n, aplicable a otros aspectos de la crisis, es que el sentido de algunos conceptos tradicionales se ha perdido o, al menos, transformado. As¨ª, por ejemplo, las operaciones principales de financiaci¨®n ¡ªlas subastas semanales de liquidez del banco central¡ª deber¨ªan ser las principales fuentes de liquidez. Sin embargo, han acabado siendo completamente desplazadas por otras operaciones extraordinarias. Hoy apenas suponen 7.790 millones de euros, 15 veces menos de lo que representaban en 2010.
La excepcional acci¨®n del BCE se muestra en otros dos programas, los de financiaci¨®n a largo plazo y los de compra de deuda. El primero tom¨® impulso con las operaciones de refinanciaci¨®n que emergieron para sofocar la crisis de deuda soberana (LTRO y TLTRO, fundamentalmente). Las cifras marean. Este programa super¨® el bill¨®n de euros en 2012 y luego se redujo dr¨¢sticamente, si bien ha vuelto a aumentar y ahora se encuentra por encima de los 700.000 millones de euros. Espa?a lleg¨® a tener nada menos que un tercio de toda esa financiaci¨®n a comienzos de 2013 y hoy sigue contando con un 22% de la misma. Pero ese ca?¨®n no bast¨® y el BCE tuvo que redoblar esfuerzos, ampliando su programa de compra de deuda, para adquirir, entre otros, t¨ªtulos soberanos. En abril de 2016 las compras superaban el bill¨®n de euros y en julio de 2017 (¨²ltimo dato disponible) estaban por encima de los dos billones. En este caso, la participaci¨®n de Espa?a se mantiene alrededor del 13%.
A trav¨¦s de esta claraboya de liquidez, puede observarse la magnitud del experimento monetario. Sigue en marcha y desenchufarlo y enfriarlo va a llevar tiempo. Son casi tres billones de euros los que est¨¢n ahora insertados en el sistema. Y lo peor es que no es sencillo prestar a¨²n. De hecho, los bancos europeos tienen casi 600.000 millones depositados en el BCE. Cuando ese dinero se mueva hacia la inversi¨®n, lo notaremos.
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