Trump, sobre el TLC: ¡°No creo que podamos llegar a un acuerdo; probablemente lo demos por terminado¡±

Todos los negociadores que se sientan a la mesa para actualizar el Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) dejaban caer en las ¨²ltimas semanas que el proceso estar¨¢ plagado de curvas. De idas y venidas. De encontronazos verbales entre la imprevisible Administraci¨®n Trump y sus dos socios en el mayor pacto comercial del mundo, M¨¦xico y Canad¨¢. Pero nadie esperaba que el primer quiebro fuese a llegar tan pronto, solo dos d¨ªas despu¨¦s de que concluyese la ronda inaugural de negociaciones entre los tres pa¨ªses.

"Personalmente, no creo que podamos alcanzar un acuerdo... As¨ª que creo que probablemente acabemos dando por terminado [el TLC] en alg¨²n momento", ha dejado caer el presidente de EE UU, Donald Trump, este martes en un mitin celebrado en Phoenix (Arizona). "No creo que se pueda llegar a un acuerdo sin su finalizaci¨®n, pero veremos qu¨¦ ocurre. ?Vale?", ha dicho dirigi¨¦ndose a sus seguidores en uno de los Estados de EE UU que m¨¢s se beneficia del libre comercio con M¨¦xico. "Puedo deciros que est¨¢is en buenas manos".

El contexto de la frase de Trump es importante. Se trataba de un mitin en el que buscaba rodearse de sus m¨¢s ac¨¦rrimos seguidores en una de las semanas m¨¢s duras de su presidencia. Cada vez m¨¢s aislado, el republicano sac¨® su artiller¨ªa m¨¢s populista. Estaba hablando una vez m¨¢s de los acuerdos comerciales que, en su opini¨®n, han hundido la econom¨ªa del pa¨ªs y dejado en la estacada a la clase media norteamericana. En ese ¨¢mbito, recurri¨® a uno de sus enemigos favoritos: el TLC. Trump dijo la frase como pod¨ªa no haberla dicho. Nadie sabe si se le escap¨® la posici¨®n interna de fondo de los negociadores de EE UU o si era un comentario desenfadado.

La primera reacci¨®n mexicana corri¨® a cargo del secretario (ministro) de Exteriores de M¨¦xico, Luis Videgaray: "Sin sorpresas. Ya estamos en una negociaci¨®n. M¨¦xico seguir¨¢ en la mesa con serenidad, firmeza y el inter¨¦s nacional por delante", tuite¨® minutos despu¨¦s de las palabras del presidente estadounidense.

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Trump hizo este comentario adem¨¢s en su primera visita al suroeste de EE UU desde que es presidente, justamente la regi¨®n del pa¨ªs que m¨¢s se ha beneficiado del libre comercio con M¨¦xico. California y Texas son, respectivamente, los dos estados m¨¢s ricos del pa¨ªs. El primero tiene un intercambio comercial con M¨¦xico de 66.000 millones de d¨®lares al a?o (como M¨¦xico con toda la UE) y el segundo alrededor de 200.000 millones al a?o. En Arizona, el comercio es de m¨¢s de 15.000 millones y se calcula que el 40% de las exportaciones del Estado son al sur de la frontera. M¨¦xico es, con gran diferencia, el primer comprador de sus productos.

El peso mexicano pas¨® de apreciarse ligeramente frente al d¨®lar minutos antes de que Trump pusiese en duda la validez de las conversaciones trilaterales a perder un 0,4%. Este movimiento, no obstante, es m¨ªnimo en comparaci¨®n con la respuesta del tipo de cambio a declaraciones similares del magnate republicano meses atr¨¢s: el mercado de divisas tambi¨¦n parece haberse acostumbrado a la verborrea presidencial.

El en¨¦simo exabrupto de Trump en torno al TLC llega solo 48 horas despu¨¦s de que las delegaciones estadounidense, mexicana y canadiense cerrasen en Washington su primera ronda de encuentros, acordasen seguir con las negociaciones "a un ritmo r¨¢pido" y se emplazasen para su pr¨®xima ronda negociadora (del 1 al 5 de septiembre en la Ciudad de M¨¦xico). En esa reuni¨®n se empezar¨¢n a tratar los temas que m¨¢s discrepancias han sembrado entre los tres socios: las reglas de origen ¨Cel porcentaje de insumos regionales de cada bien producido en la regi¨®n, que EE UU quiere que se convierta en nacional, algo a lo que M¨¦xico se niega, el cap¨ªtulo 19 ¨Cque fija el mecanismo de resoluci¨®n de controversias y que tanto Canad¨¢ como M¨¦xico se niegan a retocar¨C y las condiciones laborales ¨CWashington y Ottawa quieren forzar a su vecino del sur a subir salarios para evitar la fuga de puestos de trabajo manufactureros¨C.

Pero ni siquiera ha hecho falta llegar a los puntos m¨¢s calientes para escuchar las primeras amenazas. Las palabras de Trump son un jarro de agua fr¨ªa para quienes atisbaban cierta tranquilidad en el proceso de renegociaci¨®n del TLC tras unos primeros compases de relaci¨®n bilateral EE UU-M¨¦xico marcados por las turbulencias y los improperios. El presidente de la primera potencia mundial ha vuelto por sus fueros, como cuando a finales de abril lleg¨® a tener encima de la mesa un borrador para que EE UU abandonase la zona de libre comercio norteamericana. Y ha vuelto a dejar en el aire unas negociaciones abiertas por su propia voluntad.