La primera ronda para reformar el TLC deja abiertos los principales conflictos

Los negociadores encargados de pactar la reforma del Tratado Atl¨¢ntico de Libre Comercio (el TLC o Nafta, en sus siglas en ingl¨¦s)?han dejado para sus pr¨®ximas sesiones, previstas para septiembre, los grandes escollos que afrontan. La primera ronda, concluida este domingo en Washington, se caracteriz¨® por el mensaje de fuerza enviado por Estados Unidos contra el pacto trilateral que mantienen desde 1994. Pero tambi¨¦n por lo poco que ha detallado las demandas a sus socios, M¨¦xico y Canad¨¢. Sobre las tres de la tarde, en un comunicado conjunto, los tres pa¨ªses se?alaron que "las conversaciones continuar¨¢n a este ritmo r¨¢pido".

En el primer asalto de la nueva Nafta no hubo noqueo ni golpes bajos. Dos de los grandes focos de pugna entre los socios, el mecanismo de resoluci¨®n de disputas y las reglas de origen (es decir, la procedencia de los componentes con los que se elabora y producto para ser considerado local), se discutieron en Washington sin llegar ni a un acuerdo.

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Los trabajos se trasladan ahora a cada pa¨ªs y, a nivel trilateral, se retomar¨¢n en una segunda ronda de negociaci¨®n en M¨¦xico entre el 1 y el 5 de septiembre, para continuar en Canad¨¢ a finales de ese mes. Luego volver¨¢n a Estados Unidos y se esperan m¨¢s encuentros hasta finales de mes. "Aunque har¨¢ falta un gran esfuerzo negociador en los pr¨®ximos meses, Canad¨¢, M¨¦xico y Estados Unidos est¨¢n comprometidos a un proceso de negociaci¨®n amplio y r¨¢pido que mejorar¨¢ el tratado y establecer¨¢ est¨¢ndares del siglo XXI para el beneficio de los ciudadanos", se?al¨® el comunicado.

El negociador jefe de Donald Trump, Robert Lighthizer, hizo toda una declaraci¨®n de intenciones en el discurso con el que comenzaron las conversaciones formales, evitando cualquier cortes¨ªa y yendo al grano desde el primer momento. El TLC, dijo, ¡°ha destruido 700.000 empleos¡±. ¡°B¨¢sicamente pensamos que el tratado ha fallado a muchos estadounidenses y debemos mejorarlo¡±, recalc¨®. Pero, cinco d¨ªas despu¨¦s, a pocas horas de cerrarse la ronda, en las 27 mesas de negociaci¨®n en las que se estructura este proceso no hab¨ªan trascendido muchos detalles de c¨®mo debe cambiar el tratado 23 a?os despu¨¦s de su puesta en marcha.

Los negociadores de Washington no detallaron, por ejemplo, en cu¨¢nto quieren fijar la proporci¨®n de componentes y materiales hechos en Estados Unidos dentro de los autom¨®viles, seg¨²n dijo a Reuters este s¨¢bado una fuente conocedora de las negociaciones. El TLC actual fija un porcentaje m¨ªnimo de contenido en los coches que tiene que proceder, no de EE UU, sino de cualquiera de los tres pa¨ªses norteamericanos (es un 62,5% para los veh¨ªculos y un 60% para los componentes) y lo que la Casa Blanca pretende es fijar un baremo para productos espec¨ªficamente estadounidenses. Esta es una medida que inquieta a los fabricantes y que se topa con la oposici¨®n frontal de los mexicanos. El establecimiento de un contenido m¨ªnimo nacional, advirti¨® Ildefonso Guajardo, secretario de Econom¨ªa, en una entrevista en Televisa, ¡°eso es algo que no se utiliza en ning¨²n acuerdo comercial del mundo porque le pone demasiadas rigideces a las empresas y complica su planeaci¨®n estrat¨¦gica".

El sector de la automoci¨®n constituye una de las principales preocupaciones para la Administraci¨®n estadounidense. Es en este ramo en el que quieren que las f¨¢bricas de Estados Unidos obtengan m¨¢s tajada, despu¨¦s de la deslocalizaci¨®n llevada a cabo por sus marcas. El d¨¦ficit con M¨¦xico en esta industria (es decir, la diferencia entre lo que exporta y lo que importa) rondaba los 74.000 millones de d¨®lares el a?o pasado, lo que lo convierte el grueso del conjunto del desfase comercial que tiene con el pa¨ªs, de 64.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la oficina estad¨ªstica estadounidense.

Las negociaciones enfrentan a tres pa¨ªses, pero la crispaci¨®n pol¨ªtica entre Trump y M¨¦xico ha viciado y condicionado las conversaciones sobre todo entre estas dos partes. Aun as¨ª, Canad¨¢ tambi¨¦n ha fijado unas l¨ªneas rojas que comparte con M¨¦xico, como el mantenimiento del mecanismo de resoluci¨®n de disputas. Estados Unidos defiende eliminar el actual sistema de arbitraje y que cada pa¨ªs use sus sistemas judiciales, mientras que sus socios no aceptan prescindir de este instrumento ¡ªdefinido en el cap¨ªtulo 19 del Tratado¡ª sin tener un modelo que lo sustituya.

A M¨¦xico y Canad¨¢ tambi¨¦n les une el inter¨¦s por que sus empresas tengan un mayor acceso a los concursos p¨²blicos de Estados Unidos, aunque les separa lo que va a ser un verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto: Washington y Ottawa quieren abordar las condiciones laborales en estas negociaciones para contener la fuga de empleo industrial hacia su vecino del sur, con mano de obra mucho m¨¢s barata. El Gobierno mexicano quiere excluir una subida del salario m¨ªnimo de estas negociaciones. Las pr¨®ximas dos rondas de negociaciones tendr¨¢n lugar en septiembre en M¨¦xico y en Canad¨¢, pero ninguna de las partes da por hecho de que ellas vayan a salir el nuevo acuerdo definitivo.