El buen momento del vino espa?ol
La ca¨ªda del consumo de vino se frena pero la industria no puede bajar los brazos ante los problemas derivados del cambio clim¨¢tico y la dura competencia de la cerveza y de otros pa¨ªses productores
Dos a?os despu¨¦s del comienzo de la crisis, Pablo ?lvarez, consejero delegado de Vega Sicilia, escuch¨® a un famoso bodeguero de Castilla y Le¨®n decir que se hab¨ªa visto forzado a exportar y que esperaba que pasase lo peor para que su vino se lo bebiesen de nuevo en Espa?a. ¡°Mal comienzo. A m¨ª me han preguntado varias veces para qu¨¦ viajo tanto si lo vendo todo¡ siempre contesto lo mismo: si lo tenemos todo vendido es porque viajamos mucho¡±. El huevo y la gallina. En Espa?a, dice, nunca antes la industria del vino hab¨ªa movido tanta riqueza, ¡°pero eso de que el buen pa?o en el arca se vende pas¨® a la historia¡±.
Con una vendimia adelantada en un a?o extra?o ¡ªlas heladas de primavera han mermado la producci¨®n considerablemente y la calidad est¨¢ por ver¡ª, bodegueros, industriales, distribuidores y responsables de denominaciones de origen comparten ese optimismo. El vino va bien, quiz¨¢ como nunca, aunque podr¨ªa ir mejor. Espa?a, con una superficie de 959.535 hect¨¢reas, es el primer pa¨ªs en ¨¢rea de cultivo de vi?edo en el mundo, a pesar de los recortes experimentados en la ¨²ltima d¨¦cada por los procesos de reconversi¨®n, desde las 1.150.000 hect¨¢reas. Las 4.093 bodegas y medio mill¨®n de titulares de explotaciones generan un ecosistema econ¨®mico muy din¨¢mico.
El pa¨ªs es el tercer productor en la Uni¨®n Europea y el primer exportador del mundo por volumen, una riqueza que riega todas las comunidades aut¨®nomas y que no se puede deslocalizar a destinos m¨¢s baratos. Las ventas al exterior rozan los 3.000 millones de euros (2016) y han marcado un nuevo r¨¦cord en el primer semestre de 2017, seg¨²n los datos del Observatorio del Mercado del Vino (OeMv). Y quiz¨¢ la mejor noticia es que el consumo interno, por primera vez en cuatro d¨¦cadas, ha frenado su ca¨ªda para situarse en 21 litros por persona y a?o, seg¨²n Wine Institute, frente a los 60 litros de los a?os setenta.
Ese fue el verdadero shock que transform¨® a la industria: varias generaciones dejaron de beber a diario y los excedentes tuvieron que venderse a la desesperada. ¡°Nos encontramos con que el vino dej¨® de tener la presencia que ten¨ªa¡±, reconoce el gerente de la Denominaci¨®n de Origen (DO) Navarra, Jordi Vidal. Lo peor ha pasado, pero los cambios no evitan ese regusto amargo de que Espa?a sigue siendo el hermano peque?o de Francia en el mundo del vino. O el de Italia. ¡°Estamos elaborando los mejores vinos de la historia¡±, proclama David Palacios, presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Consejos Reguladores Vin¨ªcolas, donde se integran 52 de las 69 DO. Tambi¨¦n el peor, a juzgar por los bajos precios del vino a granel: las exportaciones en 2016 alcanzaron los 2.915 millones de euros pero a un precio medio de 1,06 euros. Francia, que en volumen vende poco m¨¢s de la mitad que Espa?a, ingresa por ello 8.250 millones e Italia, tambi¨¦n con menos volumen, exporta por valor de 5.600 millones.
En Rioja, la denominaci¨®n que representa el 41% del valor de los vinos con indicativo protegido, venden a un precio medio que supera en un 128% el promedio total del mercado. ¡°Hay dos grandes mundos, el vino a granel y el de calidad embotellado¡±, reflexiona Jos¨¦ Luis Lapuente, su director. ¡°Los graneles tienen su mercado, pero no es fiel, se mueve a golpe de coyuntura. Si quieres construir un modelo de negocio robusto tienes que pensar en captar el valor a?adido¡±. Sin embargo, admite que el pa¨ªs no puede convertir toda su producci¨®n en vino de calidad. Tambi¨¦n queda mucho que mejorar, piensa Rafael del Rey, director del OeMv. ¡°Pero cr¨¦ame, el camino es el bueno. Espa?a sufri¨® una ca¨ªda enorme del consumo durante la crisis, fundamentalmente en bares y restaurantes. A eso se uni¨® el cambio normativo que hizo que una gran parte del vino que se destilaba con ayudas europeas dejase de transformarse, y hubo que reconvertirlo y canalizarlo. Esto ya est¨¢ resuelto¡±.
Puede. Ahora la demanda interna aumenta ligeramente, entre un 2,5% y un 4%, consecuencia de una oferta m¨¢s amplia, de un mayor cuidado en el etiquetado y un mejor servicio en la restauraci¨®n. Pero en los trabajos de campo llevados a cabo desde la Interprofesional del Vino, cuando se habla de consumo se estima que, en muchos casos, el bebedor opta por otros productos, como la cerveza, porque tiene la seguridad de lo que va a encontrar en el vaso, mientras no sucede lo mismo con el vino de mesa, m¨¢s all¨¢ de los vinos con marca o denominaci¨®n. Otro dato inquietante es que los varones por encima de los 50 a?os son los que realmente sustentan el mercado interno. Quiz¨¢ por eso se programen jornadas como la que organiza Lidl este mes en Madrid bajo el elocuente t¨ªtulo: ¡°SOS vino en Espa?a¡±, para fomentar el consumo.
P¨²blico joven
¡°Queda mucho para rescatar esa cultura que se ten¨ªa. El vino ha pasado de ser parte de la dieta a protagonista de momentos de consumo un poco elitistas¡±, reconoce David Palacios. Los j¨®venes, en esa reconquista so?ada, est¨¢n en el centro de la diana. Pero ocurre como en el turismo, que lleva d¨¦cadas hablando de que tiene que ampliar el modelo del sol y playa pero nunca lo consigue. En el vino el discurso de seducir a las nuevas generaciones es recurrente, aunque por ahora no hay rastro de esos millennials encantados ante una copa de tempranillo. ¡°Nosotros tenemos un mensaje distinto. Les decimos: lo m¨¢s importante es que te guste¡±, dice Jordi Vidal. La cerveza, se?ala, ha buscado venderse como una experiencia para ciertos momentos. ¡°En cambio, en el vino nos hemos complicado el discurso durante a?os traslad¨¢ndolo como una bebida compleja en la que hay que introducirse tras una iniciaci¨®n¡±. En Ribera del Duero tambi¨¦n hablan de que hay que aprender. ¡°Sabemos producir muy bien y no sabemos vender, ha ocurrido en el aceite, en el jam¨®n¡ hay que invertir m¨¢s en promoci¨®n, educaci¨®n, en formar equipos de exportaci¨®n¡±, valora Miguel Sanz, director general de la denominaci¨®n. En palabras de Jos¨¦ Moro, presidente de Emilio Moro, todo empieza por uno mismo: ¡°Los propios bodegueros tenemos que cre¨¦rnoslo y conocer lo que tenemos¡±. Y matiza, ¡°tambi¨¦n hay que saber lo que tiene la competencia¡±.
El punto de partida es la remontada del consumo y la gran demanda exterior. Ricardo Alc¨®n, responsable de Nuevos Negocios de Nielsen, constata el crecimiento del canal de hosteler¨ªa enfocado a vinos de calidad. ¡°Es, quiz¨¢, una de las mejores noticias. En el segmento de alimentaci¨®n apenas cae el consumo. Es verdad que sigue habiendo ciertas barreras para que la gente joven entre en este mundo. La primera es el sabor, a las personas que no est¨¢n habituadas les cuesta. Por eso crecen las categor¨ªas de vinos m¨¢s frescos y f¨¢ciles de tomar¡±. En los lineales aumentan los productos de baja graduaci¨®n que no hacen sino recuperar usos antiguos, como el vino mezclado, para fomentar el consumo dom¨¦stico. Es la tendencia de simplificar lo complejo para parecerse a otras categor¨ªas que han crecido sin parar.
La demanda de cerveza, un rival cada vez m¨¢s duro, ya alcanza los 46,4 litros por persona y a?o. El de la rubia es un mercado dominado por un pu?ado de grupos (Mahou San Miguel, Heineken, Damm, Hijos de Rivera) con enormes presupuestos para publicidad y una gigantesca penetraci¨®n social. El vino es otra historia, y quiz¨¢ es bueno que siga siendo as¨ª ¡ªresponden en el sector¡ª para proteger el terru?o, la exclusividad y la variedad que hace al pa¨ªs un buen productor.
La mayor empresa espa?ola, Garc¨ªa Carri¨®n (Don Sim¨®n, Pata negra) no llega a facturar los 700 millones. La segunda en la clasificaci¨®n est¨¢ muy por debajo: Felix Sol¨ªs (Albali) vende poco m¨¢s de 200 millones, seg¨²n datos de Informa. Despu¨¦s vienen cuatro productores entre los 100 y los 200 millones y hacia abajo, todos los dem¨¢s: desde Segura Viudas, Faustino, a Ram¨®n Bilbao, Barbadillo o Vega Sicilia, por ejemplo. Todos est¨¢n entre los 25 y los 50 millones. ?Escasa dimensi¨®n? Depende, contesta Carlos Villar, director de Protos. ¡°Nosotros somos muy rentables. En la crisis crecimos a doble d¨ªgito en hosteler¨ªa por el efecto refugio que se produjo sobre las marcas¡±.
Hay otro dato para reflexionar, y es que el vino apenas ha recibido inversi¨®n externa, al menos no como otros sectores. Es cierto que Changyu, el emporio chino capaz de fabricar 400 millones de botellas con una sola de sus marcas, ha comprado Marqu¨¦s del Atrio en Rioja. Otros fondos han apostado t¨ªmidamente por el terru?o, pero, como resume Miguel Sanz, quien quiera comprar cuota de mercado en Espa?a deber¨¢ hacerse con muchas bodegas, y no es f¨¢cil. ¡°La dimensi¨®n de la industria es la que hace que no haya una apuesta por invertir¡±. Lapuente ve desde Rioja la entrada de capital chino o ruso en su denominaci¨®n de origen como algo ¡°que no es determinante ni supone un tipo de sesgo. Estamos hablando de un grupo de estructura importante, lo veo m¨¢s como un socio estrat¨¦gico. Podr¨ªamos analizar el fen¨®meno si hubiese una entrada masiva de capital, pero por ahora es testimonial¡±. Porque, adem¨¢s de cierto glamour, ser bodeguero de ¨¦xito supone un esfuerzo por el elevado inmovilizado financiero necesario. ¡°Hay que estar muy loco para tener un stock de tres millones de botellas en un almac¨¦n esperando a que envejezcan¡±, dec¨ªa hace unos meses Isaac Muga, de las bodegas que llevan su apellido. Los fondos necesitan visualizar la rentabilidad para digerir la inversi¨®n. En cambio, las empresas del Nuevo Mundo, desde Australia a Chile o Argentina, s¨ª aportan ese car¨¢cter m¨¢s comercial, esa visi¨®n anglosajona del negocio, y tienen otra dimensi¨®n m¨¢s atractiva para el capital.
Grandes y peque?os
En esa visi¨®n plural de la industria hay otras realidades, como se?ala Cristina Alcal¨¢, gerente de la DO Ribeiro. ¡°Est¨¢ la parte m¨¢s industrial, con grandes actores que elaboran vinos, mostos, destilados, y luego las bodegas ¡ªmuch¨ªsimas¡ª de denominaciones m¨¢s peque?as, que en exportaci¨®n van m¨¢s lentas. Hay una enorme variedad de mercados para muchos tipos de vino¡±. China, valora, es un pa¨ªs que crece y al que todos quieren seducir, pero, advierte, tambi¨¦n est¨¢ plantando mucho vi?edo. ?Qu¨¦ pasar¨¢ dentro de cinco o diez a?os, cuando sus nuevas cepas est¨¦n en producci¨®n? ¡°Adem¨¢s, el conocimiento lo est¨¢n llevando profesionales europeos. Por eso creo que no hay que abandonar nunca el mercado interno al tiempo que se rompe esa falta de cultura empresarial que hay hacia la exportaci¨®n. El valor de denominaciones peque?as est¨¢ en lo genuino, lo aut¨®ctono, en la identidad propia diferenciadora, porque nuestro vino no lo van a entender todos los Estados de Estados Unidos, pero tiene su p¨²blico. Hay que saber muy bien d¨®nde quieres exportar y qu¨¦ vas a promocionar, esa es la clave¡±. Y casos como Ribeiro, con 5.000 viticultores y 115 bodegas, hay unos cuantos en Espa?a.
Hasta ah¨ª las luces, porque la espa?ola es una tierra f¨¦rtil para la vi?a y para las trampas. El secretario general de Asaja en Ciudad Real se preguntaba esta semana c¨®mo es posible que se est¨¦n vendiendo vinos gran reserva y reserva ¡°a 1,20 o 1,30 euros¡±. El sindicato agrario en Castilla-La Mancha, la mayor productora de uva de Espa?a, ha pedido un a?o m¨¢s que se intensifiquen los controles ante la sospecha de posibles pr¨¢cticas irregulares en el sector vitivin¨ªcola de la regi¨®n: ¡°No puede ser que haya precios en bodegas de distintas comunidades aut¨®nomas que sean los mismos, todas las uvas no pueden valer igual. Uno puede ser tonto, pero imb¨¦cil un a?o tras otro, no¡±, asegur¨® su portavoz, Florencio Rodr¨ªguez. La industria lo niega. ¡°Los controles son extraordinarios, no solo porque son habituales, sino porque adem¨¢s, en muchas denominaciones cuentan con una normativa espec¨ªfica y servicios de inspecci¨®n muy rigurosos¡±, argumentan desde el Observatorio del Vino. Cara y cruz de un mundo en bastante buena forma. ¡°Porque adem¨¢s, tambi¨¦n est¨¢ el enoturismo¡±, recuerda David Palacios: ¡°Transmitimos c¨®mo se elabora y contagiamos al consumidor esa pasi¨®n, porque el retrogusto no solo est¨¢ en el vino, sino en lo bien que te lo has pasado¡±.
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