La pir¨¢mide de Bezos: as¨ª funciona la estructura laboral en Amazon
El color de las identificaciones de los empleados cambia en escalones de cinco a?os, como si fuera un cintur¨®n de artes marciales. El empresario es el ¨²nico con el m¨¢ximo rango
Todas las grandes empresas de tecnolog¨ªa, Google en Mountain View, Facebook en Menlo Park, Apple en Cupertino, Microsoft en Redmond... han creado en sus lugares de origen un campus a su medida para crecer. Todos han sufrido un gran problema asociado a esta decisi¨®n: los desplazamientos. Apple ha comenzado la mudanza a su platillo, una obra arquitect¨®nica impactante que ha levantado fuertes cr¨ªticas por la lejan¨ªa entre el aparcamiento y el puesto de trabajo. En Microsoft tienen un sistema de reserva de coches al estilo Uber para trasladarse entre edificios distantes y tambi¨¦n buses charter para llegar desde diferentes localidades de la zona. Facebook contempla la construcci¨®n de sus propias viviendas para poder trasladar a m¨¢s empleados a su cuartel general.
Amazon apost¨® desde el comienzo por quedarse en el centro de Seattle, muy cerca de la ic¨®nica aguja espacial o el museo de la m¨²sica financiado por Paul Allen, cofundador de Microsoft. Google y Facebook han abierto oficinas a su alrededor, haciendo del centro de Seattle una ciudad tecnol¨®gica sin signos aparentes de ello. En total Amazon cuenta con 31 edificios. Cuando tomaron la decisi¨®n de expandirse en el centro de la ciudad, en 2005, contaban con 12.000 empleados. Hoy suman m¨¢s de 40.000. John Schoettler, que lleva 17 a?os en la compa?¨ªa y es el responsable ¨²ltimo de los 225 centros que poseen en todo el mundo entre oficinas y almacenes, explica que la decisi¨®n de permanecer en el centro urbano ¡°obedece al tipo de empleado que queremos atraer, alguien urbano, din¨¢mico, que quiera ir paseando al trabajo y hacer vida cerca de su oficina¡±.
En ninguno de los edificios hay un solo logo, cartel o anuncio que indique que es de Amazon. Como si fueran oficinas de marca blanca. Cada uno tiene un nombre, con un motivo detr¨¢s. Prime, por el servicio de fidelizaci¨®n; Alexandria, por la biblioteca; Rufus, por el perro m¨¢s c¨¦lebre de la empresa. Day 1 es el principal, donde tiene su despacho Bezos y donde su entrada es verdaderamente especial: hay un mercado con flores, productos precocinados y una gran variedad de quesos y vinos. Los empleados pueden tomar lo que quieran y meterlo en una cesta. El sistema reconoce qui¨¦nes son y les cobra los productos. Se trata de Amazon Go, un modelo que por ahora prueban solo con ellos y esperan hacer llegar al consumidor en algunas de sus tiendas cuando sea lo suficientemente fiable.
En la quinta planta la decoraci¨®n corre a cargo de los empleados. Intentan incentivar as¨ª su expresividad y vena art¨ªstica: escultores, artistas gr¨¢ficos y fot¨®grafos son bienvenidos siempre que formen parte de la plantilla. Intentan as¨ª terminar con uno de los estigmas que les persigue, los empleados de Amazon son, con frecuencia, acusados de no tener vida m¨¢s all¨¢ de su empleo por las largas jornadas de trabajo.
En Amazon no hay comida gratis, pero s¨ª restaurantes con especialidades chinas, mexicanas o italianas. Tambi¨¦n las barras de ensaladas que tanto gustan en la Costa Oeste, pero no hay espacio para todos. Schoettler lo explica: ¡°Solo cabe un tercio de la plantilla. Se hace as¨ª para que salgan fuera, gasten en los comercios de los alrededores y conozcan a m¨¢s gente¡±.
Y los empleados, salvo si son programadores o de perfil t¨¦cnico, no pueden encargar un Mac como herramienta de trabajo. Tampoco, salvo que se pongan de acuerdo y lleguen a cierto nivel en la escala jer¨¢rquica, pueden personalizar su puesto. Son muy pocos los que viajan en avi¨®n en clase business, aunque s¨ª lo har¨ªan en otras empresas con un rango equivalente. Es una de sus se?as de identidad, una austeridad que se puede interpretar como un espartano control de gasto.
La permanencia del grupo en el meollo urbano responde al perfil de empleado que buscan
La ¨²nica concesi¨®n son los banistas, repartidores de pl¨¢tanos, cuyo nombre hace referencia a los baristas, como llaman en Estados Unidos a los expertos en preparar caf¨¦. Lo implantaron en 2015 y desde entonces han repartido 2,2 millones de pl¨¢tanos, 8.000 al d¨ªa es su r¨¦cord. ?Por qu¨¦ esa fruta? Explican que por su valor nutricional, porque gusta a todo el mundo y porque su forma recuerda a la sonrisa del logo.
Con perro pero sin ni?o
Los edificios tampoco tienen espacios para ni?os. Pero s¨ª hay jardines para perros. De hecho, tienen un registro y se les hace una acreditaci¨®n propia. En las terrazas, azoteas y algunas de las entradas de los centros de trabajo hay parques para que los canes echen una carrerita y vayan a por la pelota junto a los de otros compa?eros.
La veteran¨ªa es un grado y se hace visible. El color de las identificaciones de los empleados cambia en escalones de cinco a?os, como si fuera un cintur¨®n de artes marciales. Pasan de azul a amarillo, despu¨¦s rojo, hasta llegar al morado de los que llevan m¨¢s de 15 a?os en la empresa. Pero no implica que ese sea su rango. En Amazon solo hay 12 escalones y son muy claros. Bezos es el ¨²nico con nivel 12. Los operarios que empaquetan y toman los productos en los almacenes son el nivel 1. Todos los dem¨¢s se mueven en esa horquilla. Cuando se contrata a un nuevo empleado se hace pensando en escalar. Siempre se les dice a los que van a entrevistar a un candidato que lo vean como si fuese una persona apta para ocupar su puesto.
A Bezos le importa dejar impacto en el lugar donde vive. Quiere hacerlo de una manera un tanto peculiar, con The Spheres, un espacio de tres burbujas de cristal y metal todav¨ªa en construcci¨®n. Para ejecutar la obra han contratado al experto en flora del zoo de la ciudad. Planean un lugar para relajarse, hacer reuniones paseando y concentrarse en un clima tropical con una temperatura constante de 21 grados cent¨ªgrados. En tono de broma, el operario lo resume: ¡°Amazon quiere dejar un pedazo del Amazonas en el coraz¨®n de Seattle¡±. Para alguien espa?ol, recuerda a la estaci¨®n de Atocha en Madrid.
Muchos de los aut¨®ctonos ven el cambio con ojos cr¨ªticos. A la subida de los precios del alquiler se suma una epidemia de gentes sin techo, un ej¨¦rcito de homeless que al caer el sol arrastran su vida en un carrito de la compra. Amazon trata de paliar los efectos con una donaci¨®n de un mill¨®n de d¨®lares a Fare Start, una red de comedores sociales que, adem¨¢s de alimento, provee de formaci¨®n para encontrar empleo en la hosteler¨ªa. En la ¨²ltima adquisici¨®n de terrenos, Amazon compr¨® Mary¡¯s Shelter, un albergue social que donar¨¢ a la ciudad para que siga dando el mismo servicio, pero renovado con habitaciones modernas y un programa para que puedan dejar el servicio social y vivir por s¨ª mismos. Inicialmente tendr¨¢ espacio para 200 familias.
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