La renta de las familias
La evoluci¨®n de la renta disponible de las familias a lo largo de los ¨²ltimos a?os plantea cuestiones importantes para la comprensi¨®n de la incidencia de la crisis en los hogares espa?oles. Se ha hablado bastante sobre la recuperaci¨®n en el segundo trimestre de este a?o del nivel de actividad perdido con la crisis, pero a ello hay que a?adir que todav¨ªa no hemos alcanzado la renta disponible para las familias en el momento ¨¢lgido del ciclo econ¨®mico, en 2008. Es un dato importante aunque hay que tener cuidado con su interpretaci¨®n ya que 2008 y 2009, fueron a?os de profundos desequilibrios macroecon¨®micos: el m¨¢ximo alcanzado entonces por la renta de las familias fue a costa de un d¨¦ficit de las cuentas p¨²blicas del 10% del PIB (cuando dos a?os antes las cuentas arrojaban un excedente) y de un d¨¦ficit en la balanza por cuenta corriente tambi¨¦n del 10% del PIB, algo ins¨®lito en la cuentas de los pa¨ªses avanzados. Como esta situaci¨®n no pod¨ªa mantenerse nuestros socios de la Uni¨®n Europea advirtieron al Gobierno de la ¨¦poca que ten¨ªa que poner orden en la casa, lo que se hizo a rega?adientes, pues a nadie le gusta imponer la austeridad, especialmente si ¨¦sta va acompa?ada, como as¨ª fue, de una fuerte ca¨ªda del empleo.
Todo esto pertenece a la Historia reciente y plantea la cuesti¨®n de saber si el t¨¦rmino de comparaci¨®n debe ser el momento ¨¢lgido de una situaci¨®n claramente insostenible o si por el contrario es preferible hacerlo tomando como referencia el per¨ªodo ¡°normal¡± que precedi¨® a la crisis, es decir los primeros a?os de la pasada d¨¦cada. La renta disponible real de las familias (lo que de alguna manera podr¨ªamos considerar como el poder adquisitivo de las mismas), subi¨® regularmente a lo largo de la pasada d¨¦cada hasta alcanzar un m¨¢ximo en el a?o 2009; comenz¨® entonces una ca¨ªda que dur¨® hasta 2013, a?o en el que se invirti¨® la tendencia y se inici¨® una recuperaci¨®n que prosigue en la actualidad. En t¨¦rminos de poder adquisitivo, la renta de hoy es claramente inferior a la de 2008, pero equivale a la de 2004-2005. Cada cual puede extraer las conclusiones que desee sabiendo que los partidos pol¨ªticos ya lo han hecho y las han utilizado a menudo como arma arrojadiza en sus debates.
El factor explicativo m¨¢s importante de la evoluci¨®n de la renta disponible es el nivel de empleo. De 2008 a 2013 el nivel general cay¨® un 18%, cifra m¨¢s que preocupante desde cualquier punto de vista y muy superior a las registradas en los grandes pa¨ªses europeos. Desde entonces y hasta 2016 se han recuperado seis puntos, es decir, menos de la mitad del empleo perdido, A finales de este a?o habremos recuperado otros dos o tres puntos m¨¢s.
Tras el empleo viene la remuneraci¨®n salarial: la remuneraci¨®n media por empleado era en 2016 la misma que en 2010 a pesar de que los precios hab¨ªan subido mas de un 6%. Sin embargo hay que tener en cuenta que el r¨¢pido crecimiento de las remuneraciones en los primeros a?os de la pasada d¨¦cada perjudic¨® seriamente a la competitividad de nuestra econom¨ªa y fue, junto con la fuerte presi¨®n de la demanda interna, uno de los factores que explican el deterioro de los intercambios con el exterior. Hab¨ªa que restaurar el equilibrio pues no pod¨ªamos seguir endeud¨¢ndonos eternamente: el peso del ajuste cay¨® primero sobre el empleo y luego, en menor medida, sobre los salarios.
El r¨¢pido crecimiento de los salarios en la pasada d¨¦cada perjudic¨® seriamente a la competitividad de Espa?a
Quedan, por ¨²ltimo las transferencias como factor explicativo de la evoluci¨®n de la renta de las familias, las cuales desempe?aron un papel estabilizador importante al reducir el impacto de la crisis sobre los hogares. En primer lugar sobre los jubilados cuyas rentas se mantuvieron, en l¨ªneas generales, a lo largo de la crisis, y luego sobre los desempleados. Las transferencias pasaron de representar un 19% del PIB en los primeros a?os de la pasada d¨¦cada a un 24% en 2013 y un 22% en 2016. La ca¨ªda de dos puntos se explica esencialmente por la disminuci¨®n del subsidio de desempleo ligada al aumento de la ocupaci¨®n. De hecho, cuando se comparan lo ¨ªndices de Gini sobre la desigualdad de rentas antes y despu¨¦s de transferencias, el efecto redistribuidor en Espa?a, a¨²n siendo inferior al de los grandes pa¨ªses europeos, se ha acercado mucho a ellos en los ¨²ltimos a?os.
Adem¨¢s de las transferencias dinerarias, las familias reciben las llamadas transferencias afectadas, es decir aquellas que no otorgan un derecho econ¨®mico. Las dos principales son la sanidad y la educaci¨®n. Ambas se caracterizan por su estabilidad a lo largo de los ¨²ltimos a?os, si bien con una tendencia a la disminuci¨®n de su porcentaje en relaci¨®n con el PIB. La sanidad representaba en 2011 un 6,5% del PIB mientras que en 2016 su participaci¨®n era de un 6,1%. En cuanto a la educaci¨®n, los porcentajes correspondientes eran de un 4,4 y un 4,1% respectivamente. El descenso se produjo hasta 2013 y desde entonces el porcentaje permanece pr¨¢cticamente invariable.
Como era de esperar, la participaci¨®n del excedente empresarial en el PIB ha evolucionado, en l¨ªneas generales, de manera sim¨¦trica a la remuneraci¨®n de los asalariados. La media de los ¨²ltimos a?os es ligeramente superior a la del principio de la d¨¦cada: 42,4% del PIB frente a 42%. Sin embargo, lo que ha aumentado es la participaci¨®n en el PIB de los impuestos ligados a la producci¨®n (esencialmente el IVA) y a las importaciones. La recaudaci¨®n de estos impuestos es una de las fuentes de financiaci¨®n de las transferencias afectadas pero tambi¨¦n del resto de los gastos de las Administraciones, central y sobre todo auton¨®micas.
El problema al que se enfrentan es mantener un nivel de consumo creciente y, a la vez, seguir desendeud¨¢ndose
La participaci¨®n de las autonom¨ªas en el gasto p¨²blico no ha dejado de crecer a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Tampoco, aunque con altibajos, el n¨²mero de sus empleados, que a finales del pasado a?o eran 400.000 m¨¢s que a principios de 2001 (una vez descontados los 300.00 empleados transferidos de la Seguridad Social), lo que representa un 40% m¨¢s que a principios de la pasada d¨¦cada. Tambi¨¦n aument¨® el n¨²mero de funcionarios en los ayuntamientos, aunque de manera mucho m¨¢s moderada, en l¨ªnea con el aumento de la poblaci¨®n y con el esfuerzo realizado de contenci¨®n de gastos. Por ¨²ltimo, el n¨²mero de empleados de la Administraci¨®n Central disminuy¨® ligeramente. Es probable que la administraci¨®n de unos recursos crecientes en volumen para una poblaci¨®n que ha aumentado un 14% desde el inicio del siglo requiera un personal m¨¢s numeroso, pero se trata de una cuesti¨®n que merecer¨ªa algo m¨¢s de atenci¨®n la que se le dedica y de la que conviene separar la p¨¦rdida de poder adquisitivo de la gran mayor¨ªa de los funcionarios.
El problema al que ahora se enfrentan las familias es el de mantener un nivel de consumo creciente y, al mismo tiempo, seguir desendeud¨¢ndose. En los ¨²ltimos a?os lo han conseguido a base de disminuir su tasa de ahorro, que est¨¢ en el nivel m¨¢s bajo desde los comienzos de este siglo. Afortunadamente la mayor parte de su deuda es hipotecaria a unos tipos de inter¨¦s indiciados y que por el momento se encuentran en niveles muy bajos. Pero en alg¨²n momento la situaci¨®n podr¨ªa cambiar ya que la pol¨ªtica monetaria actual no es sostenible de manera indefinida como no lo es tampoco la reducci¨®n permanente de la tasa de ahorro. Estamos saliendo de la crisis pero es necesario pensar en el futuro.
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