La industria del az¨²car se liberaliza

Medio siglo despu¨¦s de su implementaci¨®n con el objetivo de lograr un mayor equilibrio del mercado, las cuotas azucareras tocan a su fin en el marco comunitario. Aunque el sector remolachero hab¨ªa reclamado su mantenimiento hasta 2020, los Gobiernos solo lograron un aplazamiento de su eliminaci¨®n hasta este 1 de octubre de 2017. As¨ª que la industria estar¨¢ liberalizada a partir de ma?ana y tendr¨¢ que competir, como muchos otros sectores alimentarios, por su supervivencia.

Ante el nuevo escenario tras tantos a?os de regulaci¨®n, el Comit¨¦ Econ¨®mico y Social (CES), con sede en Bruselas, fue el primero en proponer en un dictamen que se mantenga una pol¨ªtica de apoyo para que el sector agrario no sufra un rev¨¦s muy profundo. El organismo propone que se apuntale a las industrias nacionales para que produzcan y exporten m¨¢s. En Espa?a, el Ministerio de Agricultura cree que ese consejo de potenciar el sector para que venda m¨¢s fuera es el que debe seguirse.

En medios agrarios hay una fuerte divisi¨®n. Algunos ven la eliminaci¨®n de las cuotas como la oportunidad para producir m¨¢s y en otro se atisban los peligros de un exceso de oferta. Adem¨¢s, Espa?a tiene altos costes de producci¨®n por las necesidades de riego y el precio de las diferentes energ¨ªas, especialmente la electricidad y el gas¨®leo. Desde la industria transformadora hay ganas de explotar m¨¢s el negocio. El consejero delegado de Azucarera, Juan Luis Rivero, ha apuntado la idea de llegar a las 600.000 toneladas frente a las 378.000 actuales. La cooperativa Acor, por su parte, quiere mantener una producci¨®n m¨ªnima de 180.000 toneladas para operar a pleno rendimiento su planta de Olmedo, que procesa hoy unas 120.000 toneladas.

Algo en lo que coincide todo el sector es en la necesidad de reducir costes de producci¨®n, b¨¢sicamente por el agua de riego, que van asociados a los precios de la energ¨ªa. Los agricultores pagan un canon por la potencia contratada todo el a?o, rieguen o no, y buscan la posibilidad de hacer contratos de temporada.

Con una demanda interior de 1,4 millones de toneladas, Espa?a tuvo hist¨®ricamente unas cuotas de producci¨®n muy por debajo de sus necesidades, lo que la ha obligado a absorber los excedentes de otros Estados europeos e incluso importar de terceros pa¨ªses para el refino. Hasta la reforma del mercado comunitario de 2006, Espa?a dispon¨ªa de una cuota de producci¨®n de 996.700 toneladas sobre una cuota total de la UE de 18,6 millones de toneladas. Con el argumento de que hab¨ªa un mercado excedentario con bajos precios, Bruselas sac¨® adelante una reforma que supuso reducir los precios de intervenci¨®n del az¨²car de 631 a 404 euros por tonelada, mientras que los precios m¨ªnimos para la remolacha pasaron de 44,01 a 26,29 euros por tonelada desde la campa?a 2009/2010.

Incentivos para dejarlo

En paralelo a estas rebajas, Bruselas puso sobre la mesa m¨¢s de 6.000 millones para incentivar el abandono de los cultivadores que se consideran con menos posibilidades para competir, as¨ª como para el cierre de las industrias menos eficientes. Espa?a fue uno de los pa¨ªses que m¨¢s se acogieron a esa oferta. Ello acarre¨® una reducci¨®n de la cuota a 498.479 toneladas y, por ende, una disminuci¨®n de la superficie cultivada de unas 80.000 hect¨¢reas a menos de 40.000. Tambi¨¦n cerraron la mitad de las plantas transformadoras. S¨®lo quedaron las de Miranda de Ebro, La Ba?eza, Toro y Jerez, propiedad de Azucarera, y la de Olmedo, de la Cooperativa Acor. Azucarera transforma 378.000 toneladas anuales, y Acor, otras 120.000.

Actualmente, las empresas de transformaci¨®n est¨¢n pagando en torno a 32,50 euros por tonelada de remolacha. El precio es alto si se lo compara con lo que pagan las industrias de pa¨ªses como Francia o Alemania, que, gracias a que el proceso de producci¨®n tiene menores costes, tambi¨¦n pueden pagar menos por la materia prima, lo que los hace m¨¢s competitivos a la vista del consumidor final. Ya hay grandes distribuidores espa?oles que ofrecen az¨²car procedente de Alemania en sus lineales.

Con vistas al futuro, la ¨²nica salida en la que est¨¢n de acuerdo productores e industriales es en aumentar la competitividad en toda la cadena del producto. Esta necesidad de avanzar juntos en defensa del sector hizo que la remolacha fuera pionera en la firma de un acuerdo marco interprofesional (AMI) quinquenal y en la puesta en marcha de una Asociaci¨®n de Investigaci¨®n para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera (Aimcra), con sede en Valladolid y financiada por los propios remolacheros y Azucarera.

Desde Aimcra se ha trabajado en la investigaci¨®n de nuevas variedades de semillas para aumentar el volumen y la calidad del cultivo, as¨ª como el uso de energ¨ªas alternativas. Fruto de esos trabajos, los remolacheros espa?oles se hallan hoy a la cabeza de los comunitarios con la obtenci¨®n de una media de unas 110 toneladas de remolacha de calidad por hect¨¢rea en la zona norte y de 85 en la zona sur.

Sin embargo, sigue sin resolverse el problema del coste del agua. Existe una gran disparidad sobre su repercusi¨®n en los costes de explotaci¨®n de una hect¨¢rea, ya se trate de aguas superficiales de r¨ªos o canales o de pozos, y la necesidad de utilizar una energ¨ªa el¨¦ctrica. Hasta la fecha, nadie ha podido vencer la oposici¨®n de las el¨¦ctricas a autorizar contratos de temporada. El riego viene a suponer entre el 20% y un 50% de los costes de producci¨®n. Los mayores rendimientos por hect¨¢rea frente a otros pa¨ªses no llegan a compensar el coste m¨¢s alto del riego.

Innovaci¨®n y apertura

Aunque el agua es una pieza clave, hay tambi¨¦n otros aspectos a considerar en el futuro. Salom¨¦ Santos, directora agr¨ªcola de Azucarera, dice que el grupo seguir¨¢ asesorando a cada remolachero sobre semillas, abonos, experiencias, planificaci¨®n y uso de nuevas tecnolog¨ªas, a?adido al pago de anticipos por campa?a o financiaci¨®n de proyectos para tener nuevas fuentes de energ¨ªa. Azucarera realiza estos servicios a trav¨¦s de la sociedad Agroteo, propiedad de la industria y de los remolacheros.

Azucarera hace una inversi¨®n anual en innovaci¨®n y desarrollo de entre 18 y 20 millones de euros y acaba de poner en el mercado nuevos productos para consumo animal, industrial y abonos bajo la marca Betalia. Acor, por su parte, desde 2005 ha invertido 105 millones de euros para diversificar su actividad hacia cultivos (girasol, biodi¨¦sel, trigos) y otros 50 millones para actualizar su planta.