El cintur¨®n del ¨®xido
Trump fusiona paso a paso su Gobierno con el de las empresas m¨¢s importantes
Donald Trump ha escogido como pr¨®ximo presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EE?UU, a un antiguo banquero de inversi¨®n. Ni rastro de puertas giratorias. Jerome Powell, que fue socio del grupo Carlyle (primera firma de capital de inversi¨®n del mundo), sustituir¨¢ en el puesto a Janet Yellen. Con ello, Trump rompe con la tradici¨®n de que el nuevo presidente mantiene al elegido por su predecesor. Quien gan¨® la Casa Blanca hace un a?o con un discurso antiestablishment se sigue rodeando para gobernar con lo m¨¢s granado de la aristocracia financiera. Powell, como Trump, es partidario de suavizar las normas de regulaci¨®n establecidas por Obama y Yellen para que no se pudiesen repetir los abusos e irregularidades que dieron lugar a la Gran Recesi¨®n. La zorra en el gallinero. Mejoran las condiciones para la captura del regulador.
Naomi Klein ha denominado a esta pr¨¢ctica ¡°golpe de Estado corporativo¡±. Todo el mundo sab¨ªa que el programa de defensa a la clase trabajadora era un trampantojo. Lo que se ha hecho durante este tiempo ha sido fusionar el Gobierno con los intereses de algunas de las m¨¢s importantes empresas. Exxon Mobile, a la secretar¨ªa de Estado, General Dynamics y Boeing, a la cabeza del departamento de Defensa. Y los chicos de Goldman Sachs, para todo lo dem¨¢s. ¡°El pu?ado de pol¨ªticos de carrera a los que se ha puesto al frente de alguna agencia gubernamental parecen elegidos, bien porque no creen en la funci¨®n b¨¢sica de las agencias, bien porque directamente creen que la agencia no deber¨ªa existir¡± (Decir no no basta, Paid¨®s). Steve Bannon, el defenestrado estratega de Trump, lo confirm¨®: el objetivo es ¡°la deconstrucci¨®n del Estado administrativo¡±. Y a?adi¨®: ¡°Si te fijas en la lista de candidatos a un puesto en el Gabinete, han sido seleccionados por una raz¨®n, y es la deconstrucci¨®n¡±.
Se cumplen buena parte de los negros pron¨®sticos que se hicieron. El ex corresponsal de EL PA?S en EE UU en aquel momento, Marc Bassets, en un muy recomendable libro reci¨¦n publicado (Oto?o americano, Elba) corrobora las l¨ªneas centrales de lo que entonces se escribi¨® y explica las causas del traum¨¢tico paso del primer presidente negro en la historia norteamericana a un presidente supremacista y xen¨®fobo.
Una de las causas de la presencia de Trump en la Casa Blanca fue el voto de los perdedores de la globalizaci¨®n en los Estados del llamado ¡°cintur¨®n del ¨®xido¡± en el medio este del pa¨ªs, aquella zona que un d¨ªa fue el coraz¨®n de la industria pesada. All¨ª es donde un trabajador le comenta que el trabajo de un persona es la ¨²ltima l¨ªnea de defensa contra los peligros de la vida. Antes, los empleos industriales eran buenos empleos, el obrero estaba protegido por el sindicato, pod¨ªa vivir una vida confortable, una vida de clase media. En muchos sitios ello ha desaparecido y los nuevos empleos, si existen, no ofrecen ni salarios decentes ni los beneficios de los antiguos.
Esta no es la ¨²nica explicaci¨®n sobre Trump, pero s¨ª una de las m¨¢s potentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.