Venezuela, bajo el yugo de la hiperinflaci¨®n
La desbocada escalada de los precios liquida el poder de compra de la moneda local, el bol¨ªvar
?Sentada en la cocina de su humilde vivienda del barrio Santa Cruz del Este, Miriam Guerra, una ama de casa de 50 a?os que trabaja por d¨ªas en oficios dom¨¦sticos en Caracas, rumia su mala suerte delante de un pedazo de pan duro. El Gobierno de Nicol¨¢s Maduro fij¨® en 80.000 bol¨ªvares (1,53 d¨®lares al cambio del mercado negro) el precio del corte de la carne de primera. Esta trabajadora cobra 35.000 bol¨ªvares al d¨ªa (menos de 0,75 d¨®lares diarios) por limpiar casas. Con el salario de toda la semana podr¨ªa comprar dos kilos de carne para su familia de cuatro personas, pero dejar¨ªa de adquirir otros alimentos.
A Miriam Guerra podr¨ªan pagarle una semana con dos kilos de carne y por eso se queja. ¡°Nunca lo hab¨ªa vivido¡±, dice. Cuando la inflaci¨®n en Venezuela no se hab¨ªa desbocado, su familia de cuatro personas pod¨ªa comer al menos una vez por semana carne de primera y darse algunos lujos: viajar una vez al a?o en autob¨²s a visitar a su familia en Maracaibo, al occidente del pa¨ªs. Con el dinero que hoy gana le alcanza para adquirir los cortes de tercera: lagarto con hueso o costilla, que cuesta al kilo 38.000 bol¨ªvares.
Venezuela, donde el salario m¨ªnimo ronda los tres d¨®lares, ha entrado en hiperinflaci¨®n, seg¨²n los c¨¢lculos extraoficiales de varias firmas de asesor¨ªa financiera y de la Asamblea Nacional. Con una subida mensual del 50% de los precios en octubre se ha cumplido con la premisa establecida en la definici¨®n formal de esta noci¨®n econ¨®mica. La principal consecuencia es que el coste de todos los bienes se ha desbocado. A falta de las cifras oficiales, el antiguo Parlamento dominado por la oposici¨®n al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, que sigue funcionando, ha asegurado que entre enero y noviembre el indicador lleg¨® a 825,7%, el m¨¢s alto del mundo. Las ¨²ltimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan que, si no se revierte esta tendencia, Venezuela podr¨ªa rozar en 2022 una inflaci¨®n del 4.700%.
Los precios cambian semana a semana y los aumentos decretados por el Gobierno no bastan para cubrir las necesidades de una familia de cinco personas. Para completar el coste de la cesta b¨¢sica familiar, que en septiembre casi alcanz¨® los cuatro millones de bol¨ªvares, seg¨²n los c¨¢lculos del Centro de Documentaci¨®n y An¨¢lisis Social de la Federaci¨®n Venezolana de Maestros, esa familia deber¨ªa ganar m¨¢s de ocho salarios m¨ªnimos, que con los bonos de alimentaci¨®n apenas supera los seis d¨®lares.
Casi todos los bienes aparecen y desaparecen como si fuesen frutos de temporada. El Gobierno obliga a los supermercados a que el precio est¨¦ impreso en cada producto, por lo que los comerciantes no pueden cambiar los precios siguiendo la evoluci¨®n del d¨®lar en el mercado negro, en el que muchos se abastecen. El temor a las ruidosas inspecciones de la superintendencia de precios los disuade de esos cambios, pero si no hay modificaciones en la oferta de bienes aumenta la escasez.
Cada vez que esos bienes ¡ªpa?ales, papel higi¨¦nico, etc.¡ª reaparecen intentan perseguir sin ¨¦xito a la liebre de la moneda estadounidense. Solo en la semana pasada el d¨®lar pas¨® de 46.238 a 52.128 bol¨ªvares. No se espera un cambio en esa pr¨¢ctica porque el r¨¦gimen, afianzado tras la victoria de las elecciones parlamentarias y muy a pesar de las sanciones de Washington y la Uni¨®n Europea, ha apostado por endurecer los controles de precios y las fiscalizaciones. En su programa de televisi¨®n Maduro prometi¨® iniciar ¡°una severa fiscalizaci¨®n a 11.890 establecimientos comerciales¡± para evitar la especulaci¨®n y que se remarquen los precios. La Asamblea Nacional Constituyente, la c¨¢mara chavista que asumi¨® las funciones del Parlamento, ha prometido aprobar en las pr¨®ximas horas una ¡°ley de precios acordados¡±, que fijar¨¢ los precios de 50 productos.
Ca¨ªda en barrena
Henkel Garc¨ªa, director de la firma local Econom¨¦trica, revela en un trabajo que el poder de compra del salario m¨ªnimo ha perdido 80% en la era chavista. El c¨¢lculo toma en cuenta la ca¨ªda ocurrida entre diciembre de 1998, cuando fue elegido Hugo Ch¨¢vez, y septiembre de 2017, despu¨¦s del pen¨²ltimo aumento de salario anunciado por el r¨¦gimen.
La depresi¨®n es especialmente elocuente durante la gesti¨®n de Maduro. Hasta diciembre de 2013 la capacidad de compra del bol¨ªvar se mantuvo igual que en 1998, pero a partir de entonces se produce una ca¨ªda en barrena. A finales de 2013 Maduro orden¨® liquidar a precios regulados todos los electrodom¨¦sticos. En 2017 la ca¨ªda ha sido muy pronunciada y la moneda se ha depreciado 97,03 por ciento. El economista Jos¨¦ Guerra y diputado defiende que esa ca¨ªda ¡°es la expresi¨®n de una pol¨ªtica monetaria irresponsable y del control cambiario¡±.
Los expertos han advertido tambi¨¦n de que si se retoma la fiscalizaci¨®n agresiva los bienes regulados desaparecer¨¢n de nuevo. Maduro est¨¢ intentando renegociar toda la deuda externa para evitar que los pagos pendientes liquiden cualquier posibilidad de dedicar los escasos recursos que tiene a paliar el hambre de los venezolanos. Esa angustia est¨¢ lejos de la comprensi¨®n del venezolano com¨²n. Para ellos es una tragedia llegar a la caja registradora y comprobar que no le alcanza el dinero para adquirir lo que la semana pasada compraban.
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