El Santo Grial de Le¨®n, al alcance de tus manos
Los visitantes podr¨¢n manipular el c¨¢liz de do?a Urraca, supuestamente el de la ?ltima Cena, gracias a un proyecto de realidad virtual de HP
Durante siglos, los arque¨®logos (Indiana Jones, incluido) han estado intentando encontrar el Santo Grial, el c¨¢liz con el que Jesucristo ofici¨® la primera eucarist¨ªa. Hace tres a?os, dos historiadores afirmaron haberlo encontrado en la colegiata de San Isidoro, en Le¨®n. Se trata del llamado c¨¢liz de do?a Urraca, la hija del rey Fernando I. Desde entonces, esta joya se ha encerrado en una vitrina blindada para resguardarla de la desmedida curiosidad o devoci¨®n de los m¨¢s de 100.000 visitantes que recibe al a?o el museo leon¨¦s. A partir de esta semana, la presunta Copa de Jes¨²s va estar al alcance de las manos de los piadosos turistas que, gracias a la tecnolog¨ªa y a la realidad virtual, van a poder manipular y hasta casi tocar la m¨¢s sagrada de las reliquias.
El Museo de Le¨®n estrena este martes, d¨ªa 21, un nuevo servicio realizado por la empresa HP que permite no solo contemplar de cerca y con todo detalle esta pieza m¨¢gica, sino manipularla a voluntad, gracias a un proyecto de realidad inmersiva denominado ZVR, desarrollado por la multinacional de las impresoras.
Con el permiso del Cabildo, HP sac¨® este verano un molde virtual exacto de esta sencilla copa de ¨®nice del siglo I, a la que do?a Urraca rode¨® con todas sus joyas, para impedir que labio humano alguno borrara la huella sagrada de la boca de Jes¨²s. Una orfebrer¨ªa majestuosa compuesta de filigrana de oro, plata sobredorada y todo tipo de piedras preciosas para tapar el cuenco superior de piedra.
Durante tres meses, los ingenieros de la firma tecnol¨®gica desarrollaron el software necesario para construir un clon en 3D del c¨¢liz. Al visitante le basta ponerse unas gafas especiales para que aparezca ante sus ojos este tesoro de orfebrer¨ªa medieval para algunos, y el Santo Grial aut¨¦ntico para otros. Entre estos ¨²ltimos, la profesora de historia medieval, Margarita Torres, y el profesor de arte, Jos¨¦ Miguel Ortega, que en su libro Los Reyes del Santo Grial proclamaron la autenticidad de la reliquia, desatando la controversia entre otros historiadores que niegan que sea la aut¨¦ntica copa de la ?ltima Cena.
¡°La historia tiene que ir de la mano de las nuevas tecnolog¨ªas, porque la ciencia nos permite ir m¨¢s adelante que lo dice una cr¨®nica o un pergamino¡±, asegura Margarita Torres, sobre el proyecto tecnol¨®gico. Esta historiadora medieval defiende la autenticidad ¡°cient¨ªfica¡± del c¨¢liz de do?a Urraca, independientemente de las creencias.
Una copa del siglo I
¡°Podemos afirmar que el c¨¢liz de do?a Urraca es una copa del siglo I, de entre el a?o 30 y el 70, que se encontr¨® en Palestina. Por lo tanto, podemos hablar de una copa de los tiempos en los que vivi¨® Cristo y de la zona donde habit¨®. ?La utiliz¨® Cristo? Eso nunca lo sabremos, pero s¨ª que fue venerada como Santo Grial desde el siglo IV. Entre medias hay un vac¨ªo de cuatrocientos a?os sobre el que nada sabemos¡±, certifica la historiadora y actual concejal de Cultura del Ayuntamiento de Le¨®n.
Para escanear el objeto se ha utilizado una tecnolog¨ªa denominada esc¨¢ner de luz fotopulsada o de luz blanca estructurada que emite un patr¨®n de luz (normalmente de l¨ªneas paralelas) sobre el objeto. Dos c¨¢maras 4K analizan la deformaci¨®n del patr¨®n al golpear sobre la superficie, y permiten a los sistemas de visi¨®n calcular dicha deformaci¨®n, y poder as¨ª obtener la informaci¨®n tridimensional para formar el objeto en 3D. Esta imagen virtual que se ve al ponerse las gafas se puede acercar, alejar, voltear o girar gracias a un l¨¢piz ¨®ptico. La imagen tambi¨¦n se proyecta en dos pantallas para que la vean los visitantes.
El ingeniero jefe de HP, Miguel ?ngel Turrado, afirma que cuando se proyect¨® el primer haz de luz del esc¨¢ner sobre la superficie del ¨®nice se produjo un resplandor anaranjado ¡°casi sobrenatural, que nos dej¨® pasmados a todos, incluyendo al propio abad¡±.
Alejandro Viloria, ingeniero de I+D de HP y responsable t¨¦cnico del proyecto, corrobora que t¨¦cnicamente se han encontrado con tres dificultades: el efecto espejo que produce el oro cuando la luz genera un brillo no deseado; el efecto cuchara que refleja el cuenco superior del c¨¢liz creando una doble holograf¨ªa y, sobre todo, la luz que se filtra en las piedras preciosas y las hace semitransparentes, que no permiten el escaneo por este sistema. As¨ª que, con la ayuda de fotograf¨ªas y estudios de joyas, se han introducido virtualmente las amatistas, esmeraldas, alj¨®fares, perlas y zafiros que rodean al sencillo cuenco romano hecho de ¨¢gata.
La fama del Santo Grial de Le¨®n no solo ha trascendido las paredes de la bella colegiata rom¨¢nica de San Isidoro sino tambi¨¦n las fronteras. Desde que se publicara el estudio de los dos historiadores, las visitas han crecido un 30%, sobre todo las procedentes de Estados Unidos y Gran Breta?a, seg¨²n la directora del Museo, Raquel Ja¨¦n. ¡°Y confiamos que la pel¨ªcula sobre el c¨¢liz que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo a?o, atraiga m¨¢s visitantes¡±, asegura la responsable del museo sobre Onyx , los reyes del Grial, la pel¨ªcula que recrea la investigaci¨®n con los actores Jim Caviezel y Mar¨ªa de Medeiros como protagonistas.
El abad de la colegiata, Francisco Rodr¨ªguez, tras probar las gafas y ver el c¨¢liz virtual frente a sus ojos, sentencia: ¡°La mejor propaganda sobre algo es tener una experiencia positiva. Y esta tecnolog¨ªa facilita a mucha gente el conocer un objeto admirable, el no verlo como algo est¨¢tico en una vitrina. Y estoy seguro de que este proyecto contribuir¨¢ a difundir el c¨¢liz gracias al boca a boca¡±.
?Es verdaderamente el c¨¢liz de la ?ltima Cena?
La competencia valenciana
Desde que se publicara el estudio Los Reyes del Grial, sus autores Margarita Torres y Jos¨¦ Miguel Ortega, han saltado a la fama, un terreno poco com¨²n para un historiador medievalista. Pero tambi¨¦n han tenido que enfrentarse a una catarata de cr¨ªticas de colegas suyos que les han acusado de poco rigurosos cuando no directamente de alimentar un fraude.
¡°Siempre hay gente que busca protagonismo. Todo esto naci¨® de una investigaci¨®n maravillosa que comenz¨® en a?o 2010 y ni siquiera ten¨ªa como objetivo buscar el c¨¢liz de Cristo en absoluto, sino que est¨¢bamos estudiando objetos musulmanes que se encontraban en el Museo de Le¨®n, muchos de los cuales proced¨ªan de Egipto¡±, asegura Margarita Torres.
La historiadora enfatiza que nadie puede negar tras su trabajo que efectivamente el c¨¢liz original que se encontraba en Jerusal¨¦n fue enviado a Egipto, luego a Denia, y finalmente a Le¨®n, donde lo visti¨® con sus joyas do?a Urraca, la hija del rey Fernando I, para protegerlo. Y as¨ª ha permanecido durante diez siglos, escondido entre otras muchas joyas en un estante normal de la colegiata sin que casi nadie reparara en ¨¦l hasta ahora.
En efecto, el trabajo de los dos historiadores defiende que el c¨¢liz que anta?o se custodiaba en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusal¨¦n viaj¨® primero a Egipto y despu¨¦s, a mediados del siglo XII, el califa fatim¨ª se lo envi¨® al emir de la taifa de Denia como regalo de agradecimiento. Egipto sufr¨ªa una grave hambruna y el entonces califa, Al-Mustansir, pidi¨® ayuda a las taifas. Solo Denia le respondi¨® fletando un barco con v¨ªveres. El emir, a cambio, pidi¨® que le mandaran la reliquia cristiana, para regal¨¢rsela al entonces gobernante m¨¢s poderoso de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, Fernando I, rey de Le¨®n, padre de la infanta do?a Urraca.
Las puyas tambi¨¦n han venido de la propia curia. En este caso de las autoridades eclesi¨¢sticas de Valencia que, cuando comenz¨® a hacer ruido en los medios el c¨¢liz de do?a Urraca, se apresuraron a proclamar que el verdadero Santo Grial es el que se venera en la Catedral de Valencia. "En el siglo XIV un rey de Arag¨®n y de Valencia como fue Jaime II, solicit¨® al sult¨¢n de Egipto el c¨¢liz de Cristo. Si realmente ese c¨¢liz ya estaba all¨ª no lo hubiera pedido", repone Torres en defensa de la reliquia de la colegiata leonesa, famosa hasta ahora por los frescos considerados como la Capilla Sixtina del rom¨¢nico.
Uno de los m¨¢s duros con el trabajo de los historiadores leoneses ha sido Carlos Ayala, catedr¨¢tico de Historia Medieval de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, quien no dud¨® en se?alar que el ensayo pretend¨ªa ¡°convertir en historia lo que es mera tradici¨®n literaria, algo inconcebible para un historiador profesional¡±.
¡°No se puede criticar un libro como hizo ¨¦l antes de que salga impreso, porque entonces no lo hab¨ªa le¨ªdo. Y cuando lo ley¨®, no atac¨® las bases hist¨®ricas de nuestra investigaci¨®n sino que discuti¨® sobre si una frase estaba mejor o peor traducida. Evidentemente que puede haber matices de traducci¨®n. Pero lo que es el armaz¨®n hist¨®rico del libro se sostiene como han corroborado autoridades vinculadas al Instituto Smithsoniano, que es la m¨¢xima referencia mundial¡±, se defiende Torres, que se muestra apenada porque su obra haya sido recibida con m¨¢s comprensi¨®n en el extranjero que aqu¨ª.
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