Trampantojos que seducen al cliente
Las marcas sorprenden cada vez m¨¢s al consumidor con envases que no tienen nada que ver con los usos tradicionales

Espera obligatoria en cualquier aeropuerto. Paseo distendido por la tienda del duty free. Centenares de objetos llaman tu atenci¨®n. Tal vez, la zona de colonias sea la m¨¢s abrumadora. Las hay de todos los tipos y versiones: la de forma de manzana, o tal vez esa que es como un zapato. Un momento. ?Qu¨¦ es eso? Un frasco de limpiacristales en medio de tanto glamour. Imposible no reparar en ¨¦l. Eso es justo lo que quer¨ªa Jeremy Scott, el extravagante dise?ador jefe de Moschino, cuando apost¨® por este impactante envase para la ¨²ltima fragancia de la marca italiana.
"La idea de Jeremy Scott con Moschino Fresh era contraponer el lujo y la pretenciosidad de una esencia de alta costura con el envase m¨¢s mundano y com¨²n de los productos utilizados para la limpieza dom¨¦stica", explica un portavoz de la marca italiana. Es un paso m¨¢s, ya que atrevido envase en forma de oso de peluche (que, aunque la marca no quiere ofrecer datos de ventas, tambi¨¦n parece haber gustado a los clientes) ya ha llegado a la tercera versi¨®n espa?ola de esta fragrancia Fresh. Este es uno de los ejemplos m¨¢s estridentes que se pueden encontrar en Espa?a de una tendencia que gana adeptos en el mundo: sorprender a los consumidores con envases que nada tienen que ver con los usos tradicionales es un gui?o al que cada vez se aventuran m¨¢s marcas. Utilizando el lenguaje art¨ªstico, el trampantojo tambi¨¦n se ha puesto de moda en el mundo del empaquetado.
"El envase se tiene que defender solo en el lineal del centro de venta. Llamar la atenci¨®n y al mismo tiempo trasladar los atributos de la marca. En este caso, la provocaci¨®n y la estridencia encajan con el perfil habitual de Moschino", explica Emilio Llopis, profesor de Isem Fashion Business School y consultor de branding.

Desde 1860, fecha en la que los expertos sit¨²an el origen del empaquetado, el envase ha pasado de ser un sistema pr¨¢ctico para transportar y proteger productos a una herramienta capaz de proporcionar se?ales viscerales que afectan a la percepci¨®n del producto e influyen en el comportamiento de los clientes. ?C¨®mo? Ese es todav¨ªa uno de los grandes retos de la ciencia. "Lo que verbalizamos no siempre se corresponde con los est¨ªmulos a los que est¨¢ reaccionando el cerebro", asegura Sonia Montealegre, de la empresa de investigaci¨®n de mercado BrainInvestigations, donde ya aplican t¨¦cnicas de neurociencia y magnetotecnolog¨ªa para identificar las verdaderas reacciones de los compradores ante los impactos visuales.
Lo cierto es que con m¨¢s o menos estudios de mercado de por medio, no es necesario ser tan transgresor como Jeremy Scott para sumarse a esta tendencia. "Hist¨®ricamente, este es un buen momento para arriesgar. Tras la crisis se han roto muchos esquemas, la gente tiene ganas de disfrutar y ya no est¨¢ tan mal visto como en otras ¨¦pocas ser diferente. Al contrario, el cambio y la diferenciaci¨®n son activos que, adem¨¢s, cuentan con la alianza de las redes sociales para mostrarlos a todo el mundo", explica Bertrand Massanes, de la agencia de branding Little Buddha. En su opini¨®n, las marcas que apuestan por esta tendencia lo hacen por dos motivos. El m¨¢s claro es llamar la atenci¨®n, pero en ciertos casos tambi¨¦n porque desde el punto de vista econ¨®mico utilizar envases ya fabricados para otros sectores es m¨¢s asequible que inventar uno.
Esto es lo que ha hecho la marca portuguesa Meia D¨²zia, romper esquemas al utilizar los tradicionales tubos de ¨®leo como envase de productos culinarios. El impacto de esta apuesta lo experiment¨® en primera persona Eusebio Ni?o, director de comunicaci¨®n de BrainInvestigations, mientras paseaba por el viejo Oporto. "La pintura hab¨ªa sido mi pasi¨®n de juventud y me acerqu¨¦ a ver aquella preciosa tienda cuyo escaparate estaba lleno de ¨®leos", cuenta. La sorpresa fue may¨²scu?la cuando descubri¨® que lo que hab¨ªa en aquellos botes no era su a?orado ¨®leo sino sabrosas mermeladas y chocolate. "Era toda una experiencia sensorial que adem¨¢s acompa?aban con la proyecci¨®n de un v¨ªdeo dentro de la tienda. Una sorpresa que nos encant¨® a todos y acabamos comprando para regalar a todo el mundo", recuerda.
¡®Locuras¡¯ al alcance de pocos
Sony hizo una apuesta arriesgada en 2014 cuando se aventur¨® en Australia a comercializar unos auriculares en una botella de agua para demostrar la resistencia de su producto. "La apuesta, no traspas¨® fronteras", explican desde la compa?¨ªa. Y es que, m¨¢s all¨¢ de la jugada rupturista e innovadora, est¨¢ la apuesta econ¨®mica. "Las locuras solo est¨¢n al alcance de empresas grandes. Cambiar el molde de producci¨®n de la l¨ªnea de envases significa gastar, como poco, m¨¢s de un mill¨®n de euros", apunta Albert Puigdemont.
Otro peligro de esta estrategia se podr¨ªa calificarse como riesgo pa¨ªs. "Culturalmente, la espa?ola, es una sociedad dispuesta a aceptar pocas cosas muy rupturistas. Aunque los italianos nos ganan a conservadores, sobre todo en el sector de la alimentaci¨®n", advierte Bertrand Massanes, de Little Buddha. "En Espa?a estamos a la cola en cuestiones de dise?o. Las empresas son muy conservadoras", sentencia Puigdemont.
Un bazar variado
Los ejemplos se multiplican con m¨¢s o menos extravagancia. Se pueden encontrar preservativos de sabores empaquetados en tetrabrik como si fueran zumos. Bebidas energ¨¦ticas en bolsas de sangre humana o bolsas de t¨¦ en forma de pez. The Deli Garage, una marca alemana que vende productos delicatessen, ha llegado a ofertar un queso parmesano en forma de l¨¢piz que va acompa?ado por un sacapuntas para facilitar el uso del producto.
Don Perignon, el champ¨¢n cl¨¢sico por excelencia, decidi¨® celebrar su aniversario con una edici¨®n limitada de etiquetas fluorescentes. "La idea era captar ese nuevo cliente con ganas de gastar mucho dinero y alardear de ello. Un champ¨¢n caro en una botella que se iluminaba en la oscuridad respond¨ªa a sus demandas. Era algo radical que le funcion¨® a una marca cl¨¢sica", explica Albert Puigdemont, consejero delegado de la agencia de dise?o y packaging Puigdemont Roca. Puigdemont, que acaba de recoger el premio Inspirational Packaging Awards (IPA) de Oro a la innovaci¨®n en envase de perfumer¨ªa y cosm¨¦tica en la feria Empack 2017, asegura que "est¨¢ de moda hacer cosas radicales en todos los sectores". Entre ellos, destaca el mundo del vino y las bebidas espirituosas, que ha protagonizado en los ¨²ltimos a?os una minirrevoluci¨®n en esta l¨ªnea con potentes innovaciones en el dise?o de las etiquetas. Aunque tambi¨¦n se encuentran arriesgados envases, como la botella en forma de coraz¨®n en la que se comercializa "sangre de uva", Blood of Grapes, o The Italian Jobs, que ofrece vinos en copas como si de un yogur se tratase.
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