?Un mundo sin suficiente vino?
La superficie de cultivo y la producci¨®n ha ca¨ªdo un 4% desde 2000 a pesar de que la demanda crece
Por primera vez en las ¨²ltimas d¨¦cadas, el sector del vino no solo no soporta excedentes, sino que sufre un momento de ajuste m¨¢ximo entre oferta y demanda. En algunos medios industriales se teme incluso que, en un futuro, pueda faltar vino. La tendencia se ha reflejado en un incremento general de los precios, desde los de mayor calidad a los graneles.
Y aunque ha sido un a?o de bajas cosechas en los tres principales productores del mundo (Espa?a, Italia y Francia), no se trata de una situaci¨®n que se haya producido de la noche a la ma?ana. Por el contrario, es la consecuencia de un ajuste que se ha venido desarrollando desde el a?o 2000 y que se ha traducido en una reducci¨®n de la superficie mundial del 4% y de un porcentaje similar en la producci¨®n, mientras la demanda crec¨ªa en un 7%.
Seg¨²n la Oficina Internacional del Vino (OIV) entre 2000 y 2014 ha perdido 300.000 hect¨¢reas para cerrar este ¨²ltimo a?o en 7,5 millones. Esta evoluci¨®n no ha sido igual en todas partes. En esos 14 a?os, Europa perdi¨® algo m¨¢s de 800.000 hect¨¢reas cultivadas y ha pasado de suponer el 63% de los vi?edos de todo el mundo para significar solamente el 54%. Mientras, el cultivo se incrementaba especialmente en Asia, ¡ªque pasaba del 19% de la superficie al 24%, con 1,82 millones de hect¨¢reas¡ª y en Am¨¦rica, donde aumentaba del 12% al 14%.
El mismo volumen a un precio mayor
Para Espa?a, la reducci¨®n de la producci¨®n mundial y el mantenimiento de la demanda constituye un dato positivo en un sector netamente excedentario: la producci¨®n media es de unos 43 millones de hectolitros, mientras la demanda interna en forma de vino es solamente de 10 millones de hectolitros.
De acuerdo con esta situaci¨®n, Espa?a se ha convertido en el principal pa¨ªs exportador del mundo. En los ¨²ltimos a?os, ese liderazgo se ha basado en la exportaci¨®n fundamentalmente de vinos a granel a precios bajos, sobre todo a Italia y a Francia.
A junio de 2017, en c¨®mputo interanual, el comercio mundial del vino se situ¨® en una cifra r¨¦cord de 104 millones de hectolitros (con un incremento del 1,7%) a un precio medio de 2,89 euros por litro, en un total de 30.051 millones de euros.
Con este ajuste de los mercados Espa?a tiene la posibilidad de exportar lo mismo en volumen y obtener un mayor precio por ello.
En el ajuste mundial de las superficies de vi?edo y en la reducci¨®n de las producciones, la Uni¨®n Europea, primer bloque en superficie, producci¨®n y consumo, ha tenido un papel protagonista. En los a?os ochenta, las producciones comunitarias de vino llegaron a superar los 200 millones de hectolitros, provocando inmensos mares de zumo para su transformaci¨®n en alcohol con un gasto ingente para las arcas comunitarias. Informes de la Comisi¨®n se?alaban en aquella ¨¦poca que con los excedentes, era posible dar a cada ciudadano cuatro botellas de vino.
Esa fue la raz¨®n por la que los responsables comunitarios pusieron en marcha en 2000 una primera reforma de la Organizaci¨®n Com¨²n del Mercado del Vino a la que sigui¨® otra en 2008 con el objetivo prioritario de controlar el potencial vitivin¨ªcola. Esa estrategia se concret¨® en ayudas para el arranque, reconversi¨®n y reestructuraci¨®n de los vi?edos que, en el caso de Espa?a se tradujo en ayudas directas de casi 1.700 millones de euros. En Espa?a, esa pol¨ªtica supuso rebajar la superficie de 1.150.000 a 950.000 hect¨¢reas.
Pero Bruselas fracas¨® aqu¨ª con su estrategia. La producci¨®n creci¨® de una media de 37 a 43 millones de hectolitros al a?o, por el cambio de variedades m¨¢s productivas y la reestructuraci¨®n de explotaciones con la aplicaci¨®n de riego localizado. Un paso m¨¢s de Bruselas para limitar el aumento de la superficie fue controlar cada a?o los derechos de plantaci¨®n y actualmente las autorizaciones de nuevas plantaciones, que no pueden superar en cada pa¨ªs el 1% de la superficie plantada.
El frente externo
Frente a este descenso de las superficies en el seno comunitario, en el exterior crec¨ªa la superficie de vi?edo. En China, en el mismo periodo se pas¨® de unas 300.000 hect¨¢reas a unas 600.000. Esto oficialmente, porque otras estimaciones hacen crecer la superficie cultivada real hasta las 800.000. A pesar de estos cambios, los pa¨ªses comunitarios siguen liderando el sector de la producci¨®n con una media en este periodo de 168 millones de hectolitros, aunque en el ¨²ltimo a?o esa cifra cay¨® hasta solo 145 millones, sin incluir zumos y mostos, la cantidad m¨¢s baja desde 2000. Italia fue responsable de 39,3 millones, Francia gener¨® 36,7 a Francia y 33,5 Espa?a.
La ca¨ªda de la producci¨®n comunitaria la sido la principal protagonista del descenso en la producci¨®n mundial del vino. Se vinifican solo 246 millones de hectolitros ¡ªla cifra m¨¢s baja desde 2000¡ª frente a los 266 millones de hectolitros del a?o anterior y las cosechas r¨¦cord de 2004 (con 298 millones de hectolitros) o los 290 millones de 2013. La estabilidad o los ligeros recortes a la baja o al alza de las producciones de terceros pa¨ªses como Argentina (con 11,8 millones de hectolitros), Chile (con 9,5), Sud¨¢frica (con 10,8) o Australia (con 13,9), no han tenido efectos significativos para modificar el comportamiento de los mercados vin¨ªcolas.
No se puede decir que el consumo de vino haya tenido un crecimiento espectacular en el mundo, pero en conjunto se puede hablar de subidas que para la OIV se sit¨²an en una media del 7% anual desde 2000. En este periodo, el consumo comenz¨® con 226 millones de hectolitros para llegar en 2006 y 2007 a los 250 millones. La Gran Recesi¨®n tuvo un impacto moderado en el consumo, que se mantuvo por encima de los 240 millones. La demanda sigui¨® estable o a la baja en algunos de los principales pa¨ªses productores comunitarios, con mercados maduros en terceros pa¨ªses con margen de crecimiento discreto (como EEUU) y pa¨ªses emergentes con un fuerte auge.
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