Los republicanos y el juicio final
La derecha ya ha amenazado demasiadas veces con destruir EE UU si no se ced¨ªa a su chantaje. Ya basta
Hace tiempo, en lo peor de la Guerra Fr¨ªa, la gente hablaba de ¡°m¨¢quinas del juicio final", dispositivos capaces de destruir el mundo. ?Qu¨¦ utilidad ten¨ªan esos dispositivos, si quien los usara se destruir¨ªa tambi¨¦n a s¨ª mismo? Bien, la idea principal era que pod¨ªan disuadir.
Pero estaba tambi¨¦n la idea de que un loco con acceso a uno de esos dispositivos podr¨ªa emplearlo para hacer chantaje: ¡°Dadme lo que quiero o hago estallar todo¡±.
La buena noticia es que eso no ha pasado nunca en el frente nuclear. La mala es que una forma de pol¨ªtica del juicio final ¨Cen la que uno amenaza con hacer estallar cosas que le importan porque piensa que a los rivales le importan todav¨ªa m¨¢s¨C se desarrolla en estos momentos en Washington, por cortes¨ªa del Partido Republicano.
La pol¨ªtica de m¨¢quina del juicio final surgi¨® por primera vez en Estados Unidos en la d¨¦cada de 1990, cuando los republicanos paralizaron la administraci¨®n p¨²blica federal en un intento de obligar a Bill Clinton a hacer concesiones.
La cosa no le fue bien al Partido Republicano. Pero volvieron a probar, esta vez con m¨¢s ¨¦xito, en 2011, empleando la amenaza de negarse a elevar el techo de deuda ¨Clo que obligar¨ªa al Gobierno estadounidense a suspender pagos, con posibles efectos catastr¨®ficos para la econom¨ªa mundial¨C para obligar a Barack Obama a hacer concesiones pol¨ªticas.
Y a pesar de que ahora controlan tanto la Casa Blanca como el Congreso, los republicanos siguen con la?¡°m¨¢quina del juicio final":?ahora amenazan con hacer estallar la atenci¨®n sanitaria de casi nueve millones de ni?os.
Un poco de contexto: desde que Donald Trump tom¨® posesi¨®n, los republicanos han tratado de gobernar como si los dem¨®cratas no existiesen. Han intentado revocar la Ley de Atenci¨®n Sanitaria Asequible, y han conseguido que se apruebe una enorme reducci¨®n de impuestos para las grandes empresas y los ricos, sin intentar obtener un solo voto dem¨®crata; de hecho, ni siquiera han celebrado sesiones consultivas en las que los dem¨®cratas pudieran comentar las propuestas.
Ahora, sin embargo, los l¨ªderes republicanos tienen un problema. Necesitan que se apruebe una ¡°resoluci¨®n de continuidad¡± para mantener la financiaci¨®n de la administraci¨®n p¨²blica y evitar un cierre. Pero aunque controlan ambas c¨¢maras del Congreso, no tienen los votos necesarios.
?Por qu¨¦ no? En la C¨¢mara de Representantes, el principal problema eran los miembros de ultraderecha, que se niegan a apoyar incluso el gasto ordinario. Aun as¨ª, los republicanos no necesitaban a los dem¨®cratas para que se aprobara un proyecto de ley. Sin embargo, para que se apruebe la ley en el Senado har¨¢n falta 60 votos. Dado que solo hay 51 republicanos, necesitar¨¢n votos dem¨®cratas.
Hubo un tiempo en el que un partido que necesitaba un poco de ayuda del otro lado del pasillo propon¨ªa un acuerdo haciendo algunas concesiones al programa del otro partido. Y hasta hace pocos d¨ªas parec¨ªa que las normas pol¨ªticas habituales segu¨ªan siendo v¨¢lidas.
Un grupo de senadores de ambos partidos llegaron a un acuerdo que habr¨ªa solventado una de las prioridades dem¨®cratas: proteger a los So?adores, los j¨®venes que fueron llevados a Estados Unidos ilegalmente de ni?os y que quieren quedarse en el ¨²nico pa¨ªs que conocen. Y a cambio de dicho acuerdo ¨Cque de hecho implicaba una serie de concesiones a los republicanos¨C los dem¨®cratas habr¨ªan estado dispuestos a ayudar a mantener la administraci¨®n p¨²blica en funcionamiento.
Proteger a los So?adores es, por cierto, enormemente popular, incluso entre los republicanos, que se oponen por un amplio margen a su deportaci¨®n. De modo que no es que el Partido Republicano tuviera que renunciar a gran cosa. Pero Donald Trump ha torpedeado el acuerdo, porque, por lo visto, no quiere inmigrantes procedentes de ¡°agujeros de mierda¡±.
Esto ha obligado a los republicanos a empezar de cero, y lo que se les ha ocurrido es otra amenaza de destrucci¨®n total, esta vez dirigida contra los ni?os.
Ver¨¢n, all¨¢ por 1997, un acuerdo entre los dos partidos cre¨® el Programa de Seguro Sanitario para Ni?os, CHIP por sus siglas en ingl¨¦s, una ampliaci¨®n de la asistencia gratuita para dar cobertura sanitaria a ni?os que de otro modo no habr¨ªan reunido los requisitos. El CHIP ha dado muy buenos resultados, a un precio m¨®dico. Y en este momento la Oficina Presupuestaria del Congreso afirma que ampliar el programa otros 10 a?os servir¨ªa de hecho para ahorrar dinero p¨²blico, porque algunas familias expulsadas del mismo acabar¨ªan recibiendo subvenciones para coberturas m¨¢s caras. Pero los republicanos permitieron que la financiaci¨®n del CHIP expirase hace casi cuatro meses. Desde entonces han estado prometiendo hacer algo, pero no lo han hecho. Y ahora han condicionado la ampliaci¨®n del programa a que se apruebe la resoluci¨®n de continuaci¨®n, en la creencia de que esto obligar¨¢ a los dem¨®cratas a darles lo que quieren.
El tema es que los pol¨ªticos republicanos afirman que apoyan el CHIP; aunque no hay muchos sondeos al respecto, los que hay indican un abrumador respaldo popular, incluso entre los votantes republicanos, a la continuaci¨®n del programa.
Sin embargo, los l¨ªderes republicanos parecen creer que pueden intimidar a los dem¨®cratas amenazando con perjudicar a millones de ni?os, porque a los dem¨®cratas esos ni?os les importan m¨¢s que a ellos. Tambi¨¦n creen que si esta t¨¢ctica falla, pueden presentarla como una muestra de la insensibilidad de los dem¨®cratas.
Los dem¨®cratas deber¨ªan, sencillamente, negarse. No se puede permitir que estas t¨¢cticas prosperen. Porque en cuanto la pol¨ªtica de m¨¢quina de destrucci¨®n total se convierta en la norma, todo valdr¨¢. Dadnos lo que queremos o eliminaremos la sanidad p¨²blica a los jubilados. Dadnos lo que queremos o destruiremos la Seguridad Social.?
Esto tiene que parar. Y ahora es el momento de ponerle l¨ªmite.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa.
? The New York Times Company, 2018.
Traducci¨®n de News Clips.
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