La econom¨ªa en 2018: expansi¨®n y ciclo econ¨®mico
Este a?o heredar¨¢ la inercia positiva de 2017, pero el pr¨®ximo amenaza con registrar una suave desaceleraci¨®n
Quiz¨¢s por primera vez desde la crisis de 2008, el optimismo parece inundar el ambiente econ¨®mico. 2017 fue un a?o en que, por encima de las expectativas originales, el crecimiento gan¨® tracci¨®n en el ¨¢mbito global. Desde hace varios meses, los organismos internacionales y analistas revisan al alza sus previsiones, y son cada vez menos las econom¨ªas del mundo que no se hallan sincronizadas a la din¨¢mica global de la actividad. A pesar de que, por su magnitud, el crecimiento econ¨®mico est¨¢ lejos de sus m¨¢ximos hist¨®ricos, su sincronizaci¨®n global pareciera no tener precedente.
Dos han sido los motores de la din¨¢mica experimentada en 2017. Primero, la prevalencia de la laxitud monetaria y liquidez impulsadas por la pol¨ªtica acomodaticia de los mayores bancos centrales, y, segundo, el impulso que la econom¨ªa China ha dado al comercio y demanda globales. ?Ser¨¢, por tanto, 2018 una derivaci¨®n de la inercia observada el a?o previo? La pregunta admite una respuesta en ambos sentidos. Lo ser¨¢ porque todo apunta a que la econom¨ªa global registrar¨¢ un crecimiento muy similar al de 2017. Y no lo ser¨¢ porque, a diferencia de lo ocurrido el a?o previo, los motores de ese impulso podr¨ªan haber comenzado a perder fuerza. Por una parte, a pesar de su ralentizaci¨®n, la normalizaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria prosigue y, con ella, comenzar¨¢n a resentirse sus efectos no solo sobre el est¨ªmulo de actividad, sino tambi¨¦n sobre la liquidez global. Y por la otra, la econom¨ªa china, luego del impulso fiscal del ¨²ltimo semestre que explic¨® cerca de 0,3 puntos porcentuales del crecimiento global, reconducir¨¢ sus esfuerzos desde la promoci¨®n del crecimiento hacia las pol¨ªticas macroprudenciales en el terreno financiero.
Este nuevo escenario de pol¨ªtica econ¨®mica debiera crear el espacio para acomodar a la pol¨ªtica fiscal como el nuevo motor de la actividad global. Sin embargo, el alto nivel de endeudamiento p¨²blico constituir¨¢ un obst¨¢culo que limitar¨¢ este prop¨®sito.
Este a?o heredar¨¢ la inercia positiva de 2017, pero el pr¨®ximo amenaza con registrar una suave desaceleraci¨®n
Es previsible que la econom¨ªa mundial crezca en 2018 en el entorno del 3,7%. El optimismo, sin embargo, no debiera apartarnos del an¨¢lisis de las tendencias de medio plazo. Una nota de moderaci¨®n resulta conveniente en la medida en que persisten riesgos que podr¨ªan ensombrecer el panorama. A la posibilidad de aumento de las tensiones geopol¨ªticas de alcance global, los problemas financieros en el sector residencial en China, el margen de incertidumbre que persiste en la implementaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica estadounidense, y los potenciales problemas de gobernanza ante procesos pol¨ªticos en varias econom¨ªas emergentes, se suman, a¨²n con bajos niveles de probabilidad, el riesgo de un ajuste de balanza de pagos en mercados emergentes vulnerables y la posibilidad de un evento de liquidez global que pudiera afectar un proceso ordenado de ajuste en la sobrevaloraci¨®n de activos.
La econom¨ªa mundial acumula un periodo de ocho a?os de crecimiento sostenido, y es inevitable que regrese a la mente de los economistas la idea del ciclo econ¨®mico; la noci¨®n que describe a la econom¨ªa como un organismo fluctuante entre periodos de expansi¨®n y contracci¨®n. Bajo ese marco de pensamiento, 2018 heredar¨ªa la inercia en la que los animal spirits invocados por Keynes alimentar¨¢n el optimismo respecto a que el crecimiento proseguir¨¢ su impulso. Pero, al mismo tiempo, ante el debilitamiento de los factores que le han venido dando dinamismo, 2019 ser¨ªa un punto de inflexi¨®n a partir del cual podr¨ªa dar inicio una suave desaceleraci¨®n de la actividad econ¨®mica.
La ¨²ltima gran crisis ciertamente demostr¨® que el excesivo optimismo econ¨®mico es un mal consejero
La crisis de 2008 nos ense?¨® que el optimismo excesivo puede ser un mal consejero. Tal vez por eso convenga pensar que el ciclo econ¨®mico est¨¢ de regreso, y recordar, como nos lo mostr¨® Joseph A. Schumpeter, que ¡°¡ analizar los ciclos econ¨®micos significa nada menos que analizar el proceso econ¨®mico del capitalismo¡ Los ciclos no son, como las am¨ªgdalas, cosas separables que pueden tratarse por s¨ª mismas, sino que son, como el latido del coraz¨®n, la esencia del organismo que los muestra¡±.
Manuel Aguilera es director general del Servicio de Estudios de Mapfre.
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