Malabarismos presupuestarios
La pr¨®rroga de las cuentas p¨²blicas genera incertidumbre sobre el futuro econ¨®mico del pa¨ªs
La pol¨ªtica fiscal ha acaparado buena parte de la atenci¨®n esta semana. Todo apunta a que este a?o los Presupuestos Generales del Estado ser¨¢n los mismos que en 2017 y no es descartable que la pr¨®rroga se extienda al pr¨®ximo ejercicio, una eventualidad inaudita.
El Gobierno asegura que la pr¨®rroga de los presupuestos facilitar¨¢ el cumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit. Los compromisos de gasto que vencieron en 2017 no pueden prolongarse, lo que autom¨¢ticamente reduce el gasto y el d¨¦ficit.Adem¨¢s, mientras que el presupuesto se reconduce en euros, los precios se incrementan y la econom¨ªa se expande. El resultado es una ca¨ªda del peso del gasto p¨²blico en la econom¨ªa, un aumento de la recaudaci¨®n y una reducci¨®n del desfase presupuestario.
Adem¨¢s, la pr¨®rroga no impide realizar algunos ajustes. Este es el caso de las pensiones, que se revalorizan de manera autom¨¢tica de acuerdo con una f¨®rmula preestablecida. El Gobierno tambi¨¦n puede proponer mediante decreto-ley un aumento de salarios en la administraci¨®n y la convocatoria de plazas de funcionario, en funci¨®n del resultado de las negociaciones con los sindicatos. Y la pr¨®rroga es compatible con la transferencia de fondos a las comunidades aut¨®nomas (o entregas a cuenta), para as¨ª asegurar la continuidad de los servicios p¨²blicos esenciales.
Sin embargo, este ejercicio de malabarismo fiscal, que combina pr¨®rrogas con ajustes puntuales, presenta importantes inconvenientes. En primer lugar, a falta de decisiones fiscales, la mayor¨ªa de analistas prev¨¦ una reducci¨®n del desequilibrio presupuestario algo menor a lo que anticipa el Gobierno. La previsi¨®n de consenso es de un d¨¦ficit del 2,4% del PIB para 2018, dos d¨¦cimas m¨¢s que el objetivo. En cuanto a 2019, mucho depende de la regla de gasto que se adopte en julio. Esta regla es importante porque gu¨ªa los presupuestos de todas las administraciones, no s¨®lo del Estado.
Una pr¨®rroga hace m¨¢s improbable la reforma del sistema de pensiones. Esta deber¨ªa ser impostergable por el d¨¦ficit cr¨®nico del sistema, la p¨¦rdida de poder adquisitivo de las prestaciones, y el largo lapso de tiempo necesario para que cualquier ajuste entre plenamente en vigor.
La inacci¨®n da?a la credibilidad de los objetivos de deuda p¨²blica. El escenario macroecon¨®mico del Gobierno prev¨¦ una reducci¨®n del ratio de deuda p¨²blica sobre PIB, superior a cinco puntos. Esto significa que la deuda caer¨ªa el doble que durante los tres ¨²ltimos a?os, cuando la econom¨ªa crec¨ªa m¨¢s del 3% anual, algo que parece irrepetible. Adem¨¢s las proyecciones se basan en hip¨®tesis ben¨¦volas sobre los tipos de inter¨¦s. Si estos aumentan, como han empezado a hacerlo en los EE UU y en menor medida en Europa, la senda de desendeudamiento quedar¨¢ en entredicho y los mercados acabar¨¢n por exigir mayores rentabilidades de sus inversiones, sobre todo para los t¨ªtulos de deuda de los pa¨ªses m¨¢s vulnerables.
En un escenario menos favorable, pero nada descartable, de tipos de inter¨¦s normalizados a partir de 2019, los objetivos de deuda solo se podr¨ªan respetar comprimiendo gastos, aumentando la recaudaci¨®n o con alguna combinaci¨®n de ambas medidas. Lo que es m¨¢s preocupante: la actual par¨¢lisis genera incertidumbre sobre el futuro econ¨®mico del pa¨ªs. Para prolongar la fase de expansi¨®n se necesitan presupuestos innovadores que refuercen la educaci¨®n, limiten la interinidad en la administraci¨®n p¨²blica ¡ªfactor de baja productividad¡ª, impulsen la investigaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas, y mejoren la calidad del empleo.
Estas y otras acciones prioritarias requieren de cambios estructurales tanto en las actuaciones de las administraciones p¨²blicas como en el sistema tributario. A falta de ellas, el crecimiento de la econom¨ªa se ir¨¢ acercando al de la poblaci¨®n en edad activa. Una perspectiva desfavorable, teniendo cuenta del envejecimiento demogr¨¢fico.
Finalmente, otros pa¨ªses de nuestro entorno como Alemania y Francia est¨¢n anunciando importantes reformas, muchas de ellas en relaci¨®n con la transformaci¨®n digital. Espa?a no puede perder ese tren.
Raymond Torres es director invitado de previsi¨®n y coyuntura de Funcas
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