Preservemos el legado de S¨²per Mario
Urge una conjura para evitar que los halcones copen el BCE y rompan el activismo monetario

El episodio Guindos es notorio para la cartograf¨ªa espa?ola de cargos. Pero una an¨¦cdota en la categor¨ªa europea que se juega a partir de ahora en el Banco Central Europeo (BCE).
El dilema se dilucidar¨¢ en este bienio 2018- 2019 en que se renuevan cinco de los seis miembros del Comit¨¦ Ejecutivo incluido, al final, el presidente Mario Draghi. Consiste en si se mantendr¨¢ su legado o se dilapidar¨¢.
Ese legado ha transmutado la esencia del BCE, de mero polic¨ªa contra la inflaci¨®n ¡ªseg¨²n la planilla del Bundesbank¡ª en otra cosa: en un verdadero banco central, un prestamista de ¨²ltima instancia.
Lo ha logrado con tres estrategias, combinadas. Una, la preservaci¨®n de la integridad no divisible de la eurozona, mediante el socorro a los perif¨¦ricos vulnerables: la declaraci¨®n de ¡°har¨¦ todo lo que sea necesario para preservar el euro¡±, y el conexo lanzamiento de las compras de deuda a los mediterr¨¢neos mediante las Outright Monetary Transactions, (OMT, que no hubo ni que ejecutar).
Dos, la expansi¨®n cuantitativa del balance (QE) mediante la agresiva compra de activos p¨²blicos, y privados, como la Reserva Federal.
Y tres, la dr¨¢stica reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s del euro al umbral cero.
Este grandioso est¨ªmulo monetario es la causa de la recuperaci¨®n econ¨®mica europea. Casi exclusiva y solitaria, pues no hubo expansi¨®n presupuestaria, sino austeridad fiscal.
Nos jugamos mucho en esto. Imaginen d¨®nde estar¨ªamos si no hubiera ocurrido. Si Draghi, contra los halcones del Buba y su cruel parentela, no se hubiera agarrado a la coartada de que la pol¨ªtica monetaria no se ¡°transmit¨ªa¡± por igual a todos los pa¨ªses.
Solo as¨ª convenci¨® para convertir al BCE en un banco central que asegura la liquidez cuando todas las fuentes se secan, como la old lady (el de Inglaterra) o la Fed. Y que en esa calidad propulsa crecimiento y empleo.
Conviene que la ciudadan¨ªa se movilice para evitar que los halcones se zampen las v¨ªsceras del draghismo y nos expongan a una crisis m¨¢s severa cuando llegue la pr¨®xima recesi¨®n. ?C¨®mo? Hay dos v¨ªas:
O cercenando el paso a los ultras mediante un cambio (o reinterpretaci¨®n) de estatutos que eleve de estatus legal el objetivo del empleo. O tejiendo una conjura para que el sucesor de S¨²per Mario sea una paloma ¡ªfrancesa, o irlandesa...¡ª, y no un depredador.
En Fr¨¢ncfort no hay ¡°pragm¨¢ticos¡± como afirm¨® el pr¨®ximo vicepresidente para salir del paso: ese concepto es inane, o mera carencia de ideas. Solo hay duros y blandos, r¨ªgidos y creativos, reaccionarios y aperturistas.
Es verdad que una paloma como Janet Yellen inici¨® la normalizaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria, desde la QE a su reducci¨®n (tapering) y el laxismo de tipos hasta su progresivo alza. Pero en cadencia suav¨ªsima.
Es eso lo que se discutir¨¢ cada mes en Fr¨¢ncfort, durante dos a?os, sobre todo si la inflaci¨®n repunta. Si no, un cierto alivio (ambiguo: necesitamos inflaci¨®n): hasta 2020 seguir¨¢, m¨¢s/menos, el precio de derribo del dinero.
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