¡°El BCE har¨¢ lo necesario para sostener el euro¡±
El presidente de BCE, Mario Draghi, alivia la tormenta financiera con una simple insinuaci¨®n de que actuar¨¢ a fondo para garantizar el futuro de la moneda ¨²nica
Le bast¨® arquear una ceja, y un instante despu¨¦s todos corr¨ªan como conejos. Apenas un pu?ado de palabras pronunciadas el jueves por Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), funcionaron como un soplo de aire fresco en esa habitaci¨®n cerrada que es la crisis europea, con los mercados empe?ados en dejar la utop¨ªa europea en cueros. ¡°El BCE har¨¢ todo lo necesario para sostener el euro. Y, cr¨¦anme, eso ser¨¢ suficiente¡±, dijo a mediod¨ªa en Londres. Esa insinuaci¨®n corri¨® como la p¨®lvora: la Bolsa espa?ola cerr¨® unas horas despu¨¦s con una subida del 6% (la mayor en dos a?os) y la prima de riesgo cay¨® 50 puntos de golpe, con el tipo de inter¨¦s del bono a 10 a?os de nuevo por debajo del 7%, una cifra que a pesar de todo sigue siendo de aut¨¦ntica pesadilla. En Italia, la otra frontera del euro, las alegr¨ªas fueron similares. En el resto de mercados la mejor¨ªa fue la t¨®nica general, tras varias jornadas de desagradable estr¨¦s.
Nunca con tan poco el mercado se hab¨ªa movido tanto: ese gui?o del Eurobanco vale m¨¢s que un centenar de planes de ajuste. Es la prueba de que el mercado sabe que Draghi tiene la soluci¨®n en su chistera. Solo el BCE tiene el poder¨ªo necesario. Aunque para ello su presidente tenga que lidiar con la ortodoxia alemana y esa especie de celo mesi¨¢nico que ha impedido, hasta ahora, un mayor activismo del banco central.
La armadura de la Uni¨®n cruje por los cuatro costados, en especial por el lado de Grecia, serio candidato a dejar el club, y por los de Espa?a e Italia, capaces de echar abajo todo el edificio. El miedo ha calado de tal manera que parece irresoluble ese bucle infernal con tres problemas concatenados: estancamiento econ¨®mico en toda la eurozona que va para largo; posibilidad de impago de la deuda en algunos pa¨ªses y formidables inc¨®gnitas sobre la solvencia de la banca, el aparato circulatorio del sistema.
La Bolsa espa?ola se dispar¨® m¨¢s de un 6%, el mayor salto en m¨¢s de dos a?os
Y justo cuando parece que no hay salida, aparece Draghi y consigue cambiar el paso de Europa, al menos temporalmente. Con un par de zarpazos. Uno: ¡°En la medida en que las primas de riesgo dificulten el funcionamiento de los canales de transmisi¨®n de la pol¨ªtica monetaria, caen bajo el mandato del BCE¡±, una fort¨ªsima se?al sobre la puesta en marcha de medidas paliativas, entre las que ni siquiera puede descartarse ya la pol¨¦mica compra de bonos. Y dos: ¡°Los mercados est¨¢n minusvalorando los progresos europeos para una uni¨®n bancaria y econ¨®mica m¨¢s profunda¡±.
El ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, asegur¨® que no se siente ¡°sorprendido en absoluto¡± por las palabras de Draghi y asegur¨® que est¨¢ ¡°igual de tranquilo¡± que hace una semana sobre una posible intervenci¨®n. El BCE, record¨®, es ¡°el principal valedor del futuro¡± de la moneda ¨²nica, aunque los gobiernos deben hacer un esfuerzo de reconducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico y reformas estructurales.
Tras varios meses de brazos cruzados a la espera de que los pa¨ªses con problemas y los socios del euro hicieran sus deberes, los comentarios de Draghi demuestran que el BCE est¨¢ listo para usar su potencia de fuego ¡ªuna profundidad de balance de dos billones de euros adicionales¡ª de una u ora manera. Para pasar de las palabras a los hechos, sin embargo, el BCE quiere garantizarse el compromiso de los Gobiernos con los ajustes y el de la eurozona con la nueva arquitectura institucional: uni¨®n bancaria, uni¨®n pol¨ªtica, uni¨®n fiscal, esas cosas.
El banco puede comprar bonos a corto plazo o c¨¦dulas hipotecarias
La incertidumbre sigue siendo muy elevada, pero en Bruselas se impone alg¨²n tipo de soluci¨®n que combine medidas extraordinarias del BCE con los fondos de rescate europeos para comprar deuda. Draghi dej¨® en el aire el tempo de sus nuevas medidas y el instrumento elegido. Pero fuentes europeas apuntan que lo m¨¢s probable es una combinaci¨®n que incluya la flexibilizaci¨®n de las garant¨ªas que Draghi pide a la banca y una reactivaci¨®n de los programas de compra de activos: es posible tanto la adquisici¨®n de bonos a corto plazo (hasta que los fondos europeos disparen) como la compra de c¨¦dulas hipotecarias y otros productos para cambiar el sentimiento del mercado, sea lo que sea el sentimiento del mercado. Tampoco se puede descartar una nueva barra libre de liquidez a tres a?os. Siempre con la vista puesta en los pa¨ªses mal llamados perif¨¦ricos.
El pr¨®ximo movimiento de Draghi llegar¨¢ el jueves 2 de agosto en la reuni¨®n del BCE. Ah¨ª deber¨¢ confirmar (o no) las expectativas de su discurso de ayer, en una conferencia en plena City londinense. ¡°El peligro es que veamos un d¨¦j¨¤ vu y Draghi vuelva por donde suele el BCE: defraude las expectativas¡±, explica Jos¨¦ Carlos D¨ªez, de Intermoney. Al cabo, es el mismo Draghi que en su d¨ªa suspendi¨® el programa de compra de bonos, y que hace menos de un mes jur¨® y perjur¨® que el BCE no va a adquirir deuda a gran escala. ¡°Lo mejor que puede hacer es disfrutar de las carreras que ha provocado con solo abrir la boca y quedarse de brazos cruzados. Y disparar cuando menos lo espere el mercado para cazar incautos¡±, apunt¨® el analista Juan Ignacio Crespo.
El tiempo apremia para Espa?a. El alto coste que paga por financiarse es dif¨ªcilmente sostenible. Irlanda, un pa¨ªs rescatado en noviembre 2010, ha pagado menos intereses que el Tesoro espa?ol por vender bonos. El jueves el irland¨¦s coloc¨® 5.233 millones en su primera emisi¨®n de bonos a m¨¢s de dos a?os desde el auxilio. Gran parte de esa cantidad, 4.190 millones, a bonos a cinco y ocho a?os con un inter¨¦s del 6,1 y el 5,9 %, respectivamente, m¨¢s bajos que Espa?a.
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