La f¨¢bula del dictador y la gallina
Las reivindicaciones de los pensionistas, que luchan por no quedarse desplumados ante los pol¨ªticos, se topan con las cifras que son las que son
De vez en cuando conviene escuchar (prestar atenci¨®n a lo que uno oye o hacer caso de un consejo o aviso, seg¨²n la RAE) a personas que dicen cosas sensatas y alejarse del ruido que producen algunas intervenciones, cuando no exabruptos, en sitios tan respetables como el Parlamento o foros period¨ªsticos. Es este el caso de lo que est¨¢ ocurriendo con el asunto de las pensiones, sobre el que esta semana se ha discutido largo y tendido en el Congreso y se han desarrollado teor¨ªas para todos los gustos en tertulias y tribunas. Y no siempre acertadas.
Dice ?ngel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea (Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada), organismo auspiciado por el Banco de Espa?a y del que son patronos varios bancos y empresas de primera l¨ªnea del pa¨ªs, que es ¡°asumible¡± referenciar las pensiones m¨ªnimas al IPC, pero que no lo es con todas las pensiones porque eso requerir¨ªa subir el impuesto de la renta un 35%. ¡°Si estamos dispuestos a eso¡¡±, De la Fuente deja suspendida la frase con media sonrisa caracter¨ªstica de que se est¨¢ diciendo algo que se sabe que es de dif¨ªcil ejecuci¨®n.
Este economista se basa, como otros tantos, en las cifras. Y las cifras son las que son. No se pueden estirar como el chicle porque llevar¨ªan a la quiebra. Por eso, se?ala que lo relevante sobre la subida de las pensiones es tomar decisiones ¡°sabiendo lo que se puede costear¡±. Es necesario, por tanto, alcanzar un acuerdo en el marco del Pacto de Toledo o quiz¨¢, como reclaman algunas asociaciones de pensionistas, torpedear ese pacto (alcanzado en 1995 para canalizar las pensiones) y forjar otro de nueva creaci¨®n que reoriente el sistema y determine ¡°hasta d¨®nde se puede llegar¡± para el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones.
Es necesario alcanzar un pacto que reoriente el sistema y fije hasta d¨®nde se puede llegar
Algunos expertos, como De la Fuente, sostienen que las pensiones tienen una ¡°garant¨ªa muy s¨®lida¡±, ya que se pagan de la masa salarial de los trabajadores y que hay un flujo continuo de recursos ¡°suficiente¡± para sufragarlas. Eso, pese a rese?ar la preocupaci¨®n por el d¨¦ficit de 19.000 millones del sistema p¨²blico (el 1,5% del PIB). Una cifra que, por el momento, es ¡°relativamente manejable¡±.
El problema radica en que las pensiones dependen del n¨²mero de trabajadores que haya por cada pensionista, lo que a su vez est¨¢ vinculado a la demograf¨ªa y al empleo, as¨ª como la productividad, y ver hasta d¨®nde estar¨ªan dispuestos los espa?oles a pagar en impuestos y cotizaciones. Y para garantizar el futuro de las pensiones hay que conseguir que la tarta sea lo m¨¢s grande posible a trav¨¦s de un crecimiento r¨¢pido de la econom¨ªa, tanto por el lado de la productividad como por el del empleo.
Para asegurar un aumento compatible con el IPC, el PIB tendr¨ªa que crecer casi un 4%. Y, desde luego, que el empleo, como el que se est¨¢ creando estos a?os, no sea tan precario. La tasa de temporalidad, del 27,4%, es pr¨¢cticamente el doble que la media de la UE y m¨¢s del 90% de los empleos que se crean son temporales.
El ¡®show¡¯ del Congreso ha demostrado que los l¨ªderes est¨¢n muy poco duchos en la materia
Ah¨ª est¨¢ la pol¨¦mica. El show montado en el Congreso de los Diputados solo ha servido para demostrar que los l¨ªderes parlamentarios est¨¢n muy poco duchos en la materia acudiendo a salidas f¨¢ciles como pedir que se utilice el dinero del rescate de las autopistas quebradas o del rescate bancario. Son frases en busca de popularidad. Y mientras los pensionistas escuchaban las peroratas preparando las manifestaciones del s¨¢bado, Mariano Rajoy apenas supo contrarrestar con alguna propuesta como subir las pensiones de viudedad o eximir del IRPF a las m¨ªnimas a cambio de sacar adelante los Presupuestos.
Otro problema es que todo se impregna de pol¨ªtica y perspectivas electorales. El asunto se l¨ªa en una espiral. Lo saben muy bien los portavoces en el Pacto de Toledo, que comparten muchas horas y discrepan amigablemente ante las c¨¢maras porque eso lo exige el guion. Lo importante es dotar al sistema de fondos y que los pensionistas reciban una dotaci¨®n digna. Y, desde luego, con una subida del 0,25% cuando la inflaci¨®n ha subido un 2%, no parece que se pueda aplicar ese adjetivo. El mismo porcentaje ha subido los cuatro a?os anteriores, si bien la inflaci¨®n hab¨ªa sido negativa y hab¨ªa mejorado el poder adquisitivo.
Los pensionistas, personas acostumbradas a pelear por la dignidad, que en mayor o menor medida hicieron la transici¨®n, han tardado en salir a la calle. Pero no quieren ser como la f¨¢bula de Stalin y la gallina, seg¨²n la cual, el dirigente va desplumando poco a poco al animal. Cuando ha terminado se aleja de ¨¦l y le ofrece comida. La gallina le persigue por todo el recinto. Stalin dice a sus colaboradores: ¡°As¨ª se gobierna a los est¨²pidos, ?ven c¨®mo me sigue la gallina pese al dolor que le he causado?¡±.
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