Liu He: un tecn¨®crata ¡®liberal¡¯ al frente de la econom¨ªa china
El nuevo viceprimer ministro confirma su ascenso fulgurante gracias a sus estrechos v¨ªnculos con el presidente Xi
A Liu He, nombrado este lunes viceprimer ministro chino, solamente le faltaba el t¨ªtulo. Pese a no ocupar hasta ahora ning¨²n cargo de primer nivel, este firme aliado del presidente chino, Xi Jinping, lleva a?os marcando la direcci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica de la segunda potencia mundial. Acad¨¦mico de perfil bajo y sin carrera pol¨ªtica, consolida ahora una enorme influencia -mayor incluso a la del primer ministro, Li Keqiang- que le permitir¨¢ acometer reformas econ¨®micas con una marcada l¨ªnea roja: la voluntad del Partido Comunista, que no es otra que la de un reforzado Xi Jinping.
Con estudios en Harvard y un ingl¨¦s fluido, es f¨¢cil reconocer a Liu entre los altos cargos chinos porque es de los pocos que no opta por te?irse el pelo. De 66 a?os, ha pasado pr¨¢cticamente toda su carrera en un discreto segundo plano, primero como investigador en centros de estudio vinculados al Estado y despu¨¦s como uno de los principales asesores de los l¨ªderes chinos en econom¨ªa y finanzas. En 2012 logr¨® entrar en el principal ¨®rgano de poder del Partido Comunista al calor de la llegada de su padrino Xi como secretario general.
Liu es visto como un economista liberal, partidario de las reformas pro-mercado en China. ¡°Tiene las ideas muy claras y sabe perfectamente cu¨¢les son los puntos d¨¦biles del actual modelo de desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs. En muchos ¨¢mbitos est¨¢ de acuerdo con nosotros sobre d¨®nde hay que actuar¡±, asegura un economista de un organismo internacional que ha coincidido con ¨¦l.
Si la mayor¨ªa de altos cargos escogidos por Xi para encarar su segundo mandato son compa?eros de viaje con los que coincidi¨® mientras ejerci¨® de gobernador provincial, la trayectoria de Liu aparentemente no se cruza con la suya. Pero seg¨²n Cheng Li, experto en pol¨ªtica china de Brookings Institution, su v¨ªnculo se remontar¨ªa a su infancia en Pek¨ªn, donde crecieron juntos en el mismo vecindario. Los expertos coinciden en que este nuevo cargo le da un poder que supera ampliamente al del primer ministro (a pesar de que formalmente quede por debajo de este), que tradicionalmente hab¨ªa sido el encargado de dictar el rumbo de la pol¨ªtica econ¨®mica. El jefe de Gobierno actual, Li Keqiang ¨Cde una facci¨®n del partido distinta a la de Xi- ha visto reducida enormemente su influencia en los ¨²ltimos a?os, primero en favor del propio Xi y ahora por la llegada del cercano asesor del presidente.
Los rumores de que Liu tendr¨ªa un papel primordial en la pol¨ªtica econ¨®mica china se confirmaron cuando fue el enviado de Xi este a?o al Foro Mundial Econ¨®mico celebrado en Davos, donde asegur¨® que algunas de las medidas que se tomar¨¢n ¡°superar¨¢n las expectativas de la comunidad internacional¡±. Pero su capacidad para impulsar cambios significativos ha sido limitado, al menos hasta ahora. A ¨¦l se le atribuye el marco en el que se ha movido el Ejecutivo chino en los dos ¨²ltimos a?os, basado en reducir paulatinamente exceso de capacidad de algunas industrias y el control de los riesgos financieros ¨Cespecialmente la deuda- sin que el crecimiento econ¨®mico se resienta en exceso. Juegos de malabares m¨¢s f¨¢ciles de coordinar siendo un alto cargo en el Gobierno y tener control directo sobre el organismo que regula la pol¨ªtica monetaria, aunque esto demuestre la nula independencia del Banco Central chino.
¡°Liu cree en los mecanismos del libre mercado hasta cierto punto, porque tambi¨¦n es partidario de un entorno regulatorio muy fuerte. Creo que ah¨ª reside el enfoque que estamos viendo, asegur¨¢ndose de que las instituciones y los mercados sean regulados de una forma m¨¢s efectiva. Es una estrategia alineada con la del presidente Xi¡±, explica Andrew Polk, fundador de la consultoria Trivium con base en Pek¨ªn.
El margen de maniobra de Liu estar¨¢ marcado por el presidente, el hombre m¨¢s poderoso de China desde Mao Zedong. Algunos expertos opinan que su reciente consagraci¨®n como jefe de Estado de por vida si as¨ª quiere le dar¨¢ el poder suficiente para vencer a los grupos de inter¨¦s que obstaculizan las reformas estructurales. Por el momento Xi se ha mostrado muy conservador en lo econ¨®mico, con pocos avances que supongan una menor participaci¨®n del Estado en la econom¨ªa y, por tanto, una p¨¦rdida de influencia del Partido Comunista.
¡°Solamente aquellas reformas que no da?en la posici¨®n del partido seguir¨¢n adelante, como por ejemplo la progresiva liberalizaci¨®n del yuan (la moneda china) en los mercados internacionales. Hay que olvidarse de cambios significativos en las empresas estatales: por muy liberal que sea Liu, se someter¨¢ a la voluntad de un presidente cuyo principio es que el partido tiene el control. Dudo mucho que permita que sus subordinados le desaf¨ªen¡±, sostiene Willy Lam, profesor en la Universidad China de Hong Kong.
A la ya de por s¨ª complicada tarea de Liu habr¨¢ que sumarle factores externos que pueden desestabilizar a China, el primero la amenaza de una guerra comercial con Estados Unidos. No es extra?o que fuera ¨¦l quien, hace tres semanas, viajara a Washington para tantear un terreno hostil para sus intereses.
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