Los peque?os accionistas no son bienvenidos
Las salidas a Bolsa apenas han contado con los peque?os inversores tras el fiasco de la OPV de Bankia
En los a?os noventa del pasado siglo, la privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas mediante la oferta p¨²blica de venta de acciones (OPV) fue el primer contacto de millones de espa?oles con el mercado de valores. El famoso capitalismo popular fue extendi¨¦ndose durante los primeros compases del siglo XXI y cualquier estreno en el parque que se preciara destinaba un tramo de la colocaci¨®n a los inversores minoristas. Esta pr¨¢ctica, con la que no pudo el estallido de la burbuja puntocom, s¨ª encontr¨® un punto de inflexi¨®n con la llegada de la crisis financiera. El fiasco que supuso la salida a Bolsa de Bankia (2011) hizo que desde entonces solo la venta parcial de Aena por parte del Estado haya destinado una parte del capital a los peque?os ahorradores.
¡°La inclusi¨®n de un tramo minorista no es que se termine rechazando tras hablar con los bancos colocadores de la OPV, es que ya no se llega ni a plantear en las negociaciones previas¡±, reconoce Yoko Takagi, socia de White & Case. Juan Manuel de Remedios, socio responsable en Espa?a de este despacho especializado en operaciones mercantiles, recuerda que apelar a los peque?os inversores en una salida a Bolsa hab¨ªa sido tradicionalmente un gui?o al mercado m¨¢s que una necesidad real, puesto que los que marcan la demanda y, por consiguiente, el precio de venta de las acciones son los institucionales (fondos, aseguradoras, grandes patrimonios¡). ¡°En la medida que la regulaci¨®n se ha ido endureciendo y han surgido despachos que facilitan la litigiosidad de los clientes sin apenas desembolsos por su parte, las compa?¨ªas han decidido prescindir del tramo minorista, que, por otra parte, no es determinante para el ¨¦xito de una colocaci¨®n¡±, explica De Remedios.
¡°La herencia de la antigua caja de ahorros genera miedo en el mercado¡±, dice un gestor
En los ¨²ltimos a?os, al calor de la recuperaci¨®n econ¨®mica, el segmento de las OPV en Espa?a ha recobrado cierto br¨ªo. Metrovacesa ha sido el ¨²ltimo estreno hasta la fecha, pero antes que el grupo inmobiliario aterrizaron en Bolsa firmas como Gestamp, Unicaja, Neinor, Prosegur Cash, la embotelladora de Coca-Cola, Telepizza, Euskaltel, Talgo o Cell?nex, entre otros. Todas las colocaciones ten¨ªan en com¨²n la exclusi¨®n del peque?o inversor. ¡°La colocaci¨®n de Bankia marca un antes y un despu¨¦s. La herencia de la antigua caja de ahorros genera miedo en el mercado¡±, reconoce Le¨®n Izuzquiza, analista de fondos de Fidentiis.
Un ejemplo de c¨®mo ha cambiado la opini¨®n de las compa?¨ªas sobre el papel de los peque?os inversores en las salidas a Bolsa es Parques Reunidos. El gestor de centros de ocio inici¨® su andadura con una OPV en 1999. En esa operaci¨®n se destin¨® el 30% de las acciones en venta al tramo minorista. En 2003, el principal accionista de Parques Reunidos decidi¨® excluir de cotizaci¨®n a la compa?¨ªa, que se mantuvo alejada del mercado hasta que en 2016 volvi¨® al parqu¨¦. En esta segunda venta, la oferta de acciones solo incluy¨® a inversores profesionales.
Mayor agilidad
¡°Cuando se cuenta con el peque?o ahorrador, el efecto propaganda es mayor para el emisor porque normalmente la venta incluye una campa?a publicitaria y atrae m¨¢s atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Adem¨¢s, proporciona diversidad y liquidez a la base accionarial, lo cual es positivo¡±, dice Javier Amo, director del m¨¢ster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB. A pesar de estas ventajas, las empresas priman ahora la mayor agilidad del proceso. ¡°Si la oferta se dirige solo a institucionales, se registra en la CNMV un ¨²nico folleto en ingl¨¦s, no hace falta traducirlo al espa?ol. Adem¨¢s, tambi¨¦n hay una reducci¨®n de costes¡±, argumenta Ignacio Corujo, asociado de Baker McKenzie.
Adem¨¢s del miedo a posibles demandas de peque?os inversores descontentos con la evoluci¨®n de una OPV, los expertos hablan de otros factores que explican el cierre de puertas para este colectivo en las ¨²ltimas operaciones en la Bolsa espa?ola. Uno de ellos es el peligro de ejecuci¨®n. Cuando en una colocaci¨®n existe un tramo para minoristas, el plazo para cerrar la venta de acciones se alarga en hasta tres semanas. ¡°En un mercado tan cambiante como el actual, en el que cualquier noticia econ¨®mica o pol¨ªtica puede modificar la aversi¨®n al riesgo de los inversores, que una OPV se extienda m¨¢s de la cuenta puede ser peligroso para su ¨¦xito¡±, reconoce Takagi.
Cuando solo hay un tramo institucional, el proceso es m¨¢s barato y se acortan los plazos
El otro obst¨¢culo tiene que ver con la situaci¨®n de la banca dom¨¦stica. Las salidas a Bolsa se conf¨ªan a un grupo de entidades, normalmente dirigidas por un gran banco de inversi¨®n internacional, que se encargan de buscar inversores y aseguran la colocaci¨®n. Cuando existe un tramo para peque?os ahorradores, ese pool suele requerir de la colaboraci¨®n de bancos espa?oles para vender t¨ªtulos a trav¨¦s de su redes. ¡°Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, la regulaci¨®n ha obligado a los bancos a reforzar su capital bien mediante ampliaciones de capital, bien mediante bonos convertibles. Para ello han tenido que apelar al dinero de sus clientes, y era dif¨ªcil convencerlos para que adem¨¢s vendieran acciones de terceros¡±, asegura la socia de White & Case.
Otro debate es si conviene a un inversor acudir a las OPV. De las ¨²ltimas 26 operaciones,16 est¨¢n por debajo del precio que se fij¨® para su estreno. En este sentido, algunos gestores prefieren esperar a ver c¨®mo es la evoluci¨®n de la empresa tras el estreno antes de tomar una decisi¨®n, ya que argumentan que en la colocaci¨®n la informaci¨®n es asim¨¦trica. ¡°Desde un punto de vista acad¨¦mico, es mejor no comprar cuando alguien, por el motivo que sea, decide salir del capital. Da m¨¢s confianza cuando es una familia la que vende acciones, pero se queda en el accionariado o incluso en la gesti¨®n de la empresa, que cuando es un inversor financiero el que desinvierte¡±, seg¨²n Le¨®n Izuzquiza.
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