Facebook rompe la maldici¨®n de la antigua Torre Agbar con su centro contra las noticias falsas

Cuando el magnate Sheldon Adelson visit¨® hace apenas seis a?os Barcelona para negociar la apertura de un megacasino en las proximidades de la ciudad, sus anfitriones quisieron mostrarle que la capital catalana tambi¨¦n tiene sus colosos. Ante la Torre Agbar, el multimillonario del juego, seg¨²n cuentan, solo frunci¨® el ce?o y solt¨®: "Eso no es un rascacielos".

Pese a no poder competir con las grandes torres de Dubai, Shangh¨¢i o Nueva York, el inmueble dise?ado por el arquitecto Jean Nouvel se ha convertido en uno de los iconos de Barcelona. Su atractivo exterior, sin embargo, no lo ha salvado de ser un edificio gafado. El inmueble, rebautizado como Torre Gl¨°ries, estuvo llamado a ser un hotel de gran lujo y la Agencia Europea del Medicamento. Pero no fue nada de eso. Tras permanecer casi tres a?os vac¨ªa, Facebook ha roto esa maldici¨®n al instalar all¨ª, a trav¨¦s de una firma subcontratada, un centro para combatir fake news que emplear¨¢ a 500 personas, seg¨²n ha adelantado este lunes Cinco D¨ªas.

La torre fue inaugurada en 2005 por encargo de Agbar, que quer¨ªa un edificio que fuera emblem¨¢tico para su sede corporativa y para el incipiente distrito tecnol¨®gico del 22@. Nouvel dise?¨® una torre de 145 metros cuya piel pod¨ªa cambiar de color que Agbar deb¨ªa ocupar parcialmente. El resto deb¨ªa ser para oficinas. Pero el edificio, admiten antiguos trabajadores, era tan espectacular como poco pr¨¢ctico.

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En los dos primeros a?os y medio de andadura, solo consigui¨® atraer a tres empresas y alquilar un millar de metros cuadrados. Fuentes del mercado argumentan que el alquiler era muy elevado y las instalaciones, poco operativas. Para rematarlo, result¨® que el icono de Barcelona padec¨ªa la enfermedad del edificio moderno, que se le diagnostic¨® cuando se descubrieron una cuarentena de casos de lipoatrofia semicircular entre sus trabajadores.

Todas las empresas acabaron por irse. Incluida Agbar, que diez a?os despu¨¦s de su llegada decid¨ªa mudarse a la Zona Franca tras apalabrar su venta con Emin, un fondo de origen andorrano que proyectaba un hotel de gran lujo gestionado por Grand Hyatt y un gran mirador que promet¨ªa hacer de la zona de les Gl¨°ries un nuevo polo de atracci¨®n tur¨ªstica. Sin embargo, esos planes se toparon con la moratoria hotelera del reci¨¦n llegado gobierno de Ada Colau. Como respuesta, los nuevos propietarios amenazaron en pleno verano de 2015 con apagar las luces del edificio y dejar a Barcelona sin una de sus atracciones.

Tras una guerra abierta con el ejecutivo de Colau, la torre pas¨® la moratoria. Aun as¨ª, el proyecto de hotel fue desdibuj¨¢ndose. Hasta que en enero de 2017 la socimi Merlin Properties anunciaba su compra a Agbar por 142 millones de euros para devolverla a su uso de oficinas. Su comercializaci¨®n se antojaba complicada, pero el Ayuntamiento vio la oportunidad de que ese edificio no solo fuera un icono tur¨ªstico, sino tambi¨¦n el s¨ªmbolo de la nueva econom¨ªa que ambicionaba la ciudad. As¨ª que la ofreci¨® como nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en ingl¨¦s), que deb¨ªa abandonar Londres por el Brexit.

Con ese proyecto, la torre no solo logr¨® ilusionar a la ciudadan¨ªa, sino unir a todas las administraciones y agentes sociales en un momento de m¨¢xima tensi¨®n por el anuncio de la convocatoria unilateral del refer¨¦ndum independentista. La candidatura de Barcelona no lleg¨® ni a la final y ?msterdam se llev¨® la sede de la EMA. El edificio segu¨ªa luciendo de noche, pero tambi¨¦n languidec¨ªa de d¨ªa al no hallar ocupantes.

Este lunes, las autoridades locales y los empresarios aplaud¨ªan la llegada de la empresa Competence Call Center, que ha alquilado 9.000 metros cuadrados para llevar a cabo tareas vinculadas con el control de fake news para Facebook. En su p¨¢gina web pueden verse ya todas las ofertas de empleo disponibles, sobre todo gestores de redes sociales. M¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s de su inauguraci¨®n, el edificio parece haberse sacado el gafe de encima.