?D¨®nde recargar un coche el¨¦ctrico? Estas son las ¡®electrolineras¡¯ que vienen

Rafael Ar¨®stegui (San Sebasti¨¢n, 1958) cambi¨® el Airbus por un coche el¨¦ctrico. Este piloto retirado ahora transita por las calles de Madrid en su veh¨ªculo que noche tras noche enchufa a la corriente de la luz en el garaje. Es uno de los miles de conductores en Espa?a que se ha dejado cautivar, desde hace m¨¢s de cinco a?os, por el autom¨®vil libre de emisiones de carbono. ¡°Es delicioso de conducir: no hace ruido, no vibra¡­, no contamina¡±, dice con orgullo. ¡°Pero tiene una peque?a pega¡±. La autonom¨ªa es limitada: los puntos de recarga para hacer viajes largos (de m¨¢s de 200 kil¨®metros) son escasos, arguye. La soluci¨®n a este problema, sin embargo, se est¨¢ cocinando. Las grandes empresas energ¨¦ticas avanzan en el desarrollo de las llamadas electrolineras, puntos de recarga m¨¢s r¨¢pidos que los actuales que pretenden ser el futuro ante la imparable transici¨®n energ¨¦tica.

El lento despegue del veh¨ªculo con bater¨ªa se debe a la falta de lugares para repostar. Existen unos 2.500 en Espa?a

Iberdrola, Endesa y Repsol se han volcado en el dise?o de infraestructuras de recargas por el pa¨ªs para dar mucha mayor autonom¨ªa al veh¨ªculo enchufado. Pero sobre todo para no quedarse fuera del negocio de la movilidad, que obviar¨¢ en los pr¨®ximos a?os el coche de combusti¨®n y dar¨¢ paso al el¨¦ctrico. La fecha ya est¨¢ marcada. Espa?a se ha comprometida con Bruselas a reducir en un 26% la emisi¨®n de gases de efecto invernadero en 2030 y entre un 80% y un 95% antes de 2050. Dar ese paso no ser¨¢ sencillo. Para lograrlo es fundamental cambiar el parque de veh¨ªculos y extender la red de puntos de recarga el¨¦ctrica p¨²blicos, destaca un an¨¢lisis de Deloitte.

Seg¨²n la consultora, Espa?a necesita unos 300.000 coches el¨¦ctricos para 2020 y 11.000 electrolineras r¨¢pidas (que permiten la carga del 80% de la bater¨ªa en 20 minutos) o semirr¨¢pidas (que tardan entre dos y tres horas). Hacia 2030, la cifra es monumental: deber¨¢ haber entre cuatro y seis millones de autos enchufados y unos 50.000 sitios de repostaje para cumplir con los objetivos fijados por la Uni¨®n Europea. ¡°Es evidente que el mercado se est¨¢ moviendo y que pronto va a explotar. Pero lo har¨¢ con dificultades¡±, aprecia Jorge Morales, ingeniero especializado en energ¨ªa renovable y autor del libro Adi¨®s, petr¨®leo (Alianza, 2017).

Altas necesidades

Las grandes empresas ¡°no instalan m¨¢s puntos de recarga porque a¨²n no hay la suficiente demanda y viceversa¡±, se?ala Pedro Gonz¨¢lez, director de regulaci¨®n y asuntos econ¨®micos de Unesa, la patronal el¨¦ctrica. Actualmente el parque de veh¨ªculos el¨¦ctricos es reducido (unas 30.000 unidades, el 0,09% del total, seg¨²n la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico) y las estaciones de recarga sumaban 2.476 al cierre de 2017, de las cuales 226 son r¨¢pidas, explica Javier Julve, desarrollador de negocio de Electromaps, una aplicaci¨®n m¨®vil que permite encontrar los puntos de repostaje el¨¦ctrico en varios pa¨ªses de Europa y Am¨¦rica.

Ante este escenario, compa?¨ªas como Iberdrola est¨¢n abriendo los ojos a las oportunidades que ofrece el mercado. La firma ha llegado a un acuerdo con Avia para invertir conjuntamente 1,35 millones de euros en la instalaci¨®n de 27 puntos de carga r¨¢pida en algunas estaciones de servicio del operador petrol¨ªfero. ¡°Es fundamental el desarrollo de una buena infraestructura¡±, defiende Raquel Blanco, directora de soluciones inteligentes de la el¨¦ctrica.

Iberdrola quiere instalar 25.000 de aqu¨ª a 2021; Endesa, 600 a dos a?os vista, y Repsol, con 200 postes compartidos, espera

Su verdadera apuesta, sin embargo, est¨¢ en los hogares, donde Iberdrola quiere implantar 16.000 de los m¨¢s de 25.000 puntos de recarga que tiene previsto desarrollar en Espa?a hasta el a?o 2021. Los 9.000 restantes estar¨¢n en empresas que quieran ofrecer este servicio a sus empleados o clientes. ¡°La ventaja de tener un punto de carga r¨¢pida y p¨²blico es que el usuario puede hacer un viaje de 500 kil¨®metros repostando un par de veces, pues el coche el¨¦ctrico est¨¢ndar, en promedio, tiene una autonom¨ªa de 200 kil¨®metros¡±, arguye Morales.

Endesa tampoco quiere quedarse atr¨¢s y se ha lanzado a colocar puntos de recarga p¨²blicos. La meta es tener 600 por el pa¨ªs en 2020. Desde 2011 estudia la mejor estrategia para llegar a un mayor n¨²mero de usuarios. A la par, se ha involucrado en un plan de acci¨®n interno en el que ha dado facilidades a m¨¢s de medio millar de trabajadores para la compra de un coche el¨¦ctrico. Aunque, al igual que Iberdrola, la mira est¨¢ puesta en los hogares. ¡°La gente est¨¢ tranquila con un punto de carga en la calle, pero son muy costosos y no se rentabilizan con el parque actual¡±, dice Elena Bern¨¢rdez, subdirectora de desarrollo de negocio comercial de movilidad el¨¦ctrica de Endesa. ¡°Adem¨¢s, es mucho m¨¢s caro un sitio p¨²blico, donde por cada 100 kil¨®metros de carga se paga entre seis y siete euros, mientras que en una instalaci¨®n de hogar el promedio es de dos euros¡±, afirma.

Incertidumbre

Ante el c¨²mulo de datos, expectativas que parecen inalcanzables y con una demanda incipiente, el juego a dos bandas se ha convertido tambi¨¦n en una opci¨®n. Al menos para Repsol. Su presidente, Antonio Brufau, afirm¨® hace un par de semanas que el coche el¨¦ctrico ¡°se enfrenta a grandes dudas, a grandes incertidumbres¡± y no ser¨¢ competitivo hasta 2025. A pesar de ello, la petrolera lo ve como una gran oportunidad de futuro y formar¨¢ parte de su negocio de movilidad: ¡°Nosotros vamos a estar con el veh¨ªcul??o de combusti¨®n y con el veh¨ªculo el¨¦ctrico¡±, asegur¨® Brufau. La firma ha desplegado diversos programas de investigaci¨®n y desarrollo de tecnolog¨ªas relacionadas con el veh¨ªcu?lo el¨¦ctrico.

Incluso tiene un 50% de participaci¨®n en Ibil, una firma de referencia en el mercado en los servicios de recarga, con unos 200 puntos p¨²blicos y 33 de carga r¨¢pida instalados en las estaciones de servicio de Repsol. Pero su red m¨¢s extensa es la de hogares, con 1.500 puntos. Uno de estos es el de Rafael, el piloto jubilado, ferviente creyente de la movilidad el¨¦ctrica.