Montoro se va como el ministro de Hacienda m¨¢s longevo de la democracia
El pol¨ªtico popular ha participado en la elaboraci¨®n de 15 Presupuestos Generales del Estado.
La moci¨®n de censura con la que Pedro S¨¢nchez se ha convertido en presidente del Gobierno ha supuesto tambi¨¦n el punto y final del mandato del Gobierno de Mariano Rajoy. En ese gabinete destaca un hombre: Crist¨®bal Montoro, el ministro de Hacienda m¨¢s longevo de la democracia y uno de los ministros que m¨¢s tiempo ha ocupado una cartera gubernamental desde que se aprob¨® la Constituci¨®n en 1978. Los socialistas Narcis Serra y Carlos Solchaga son los ministros que m¨¢s tiempo han ocupado un sill¨®n en el Consejo de Ministros.
Crist¨®bal Montoro (Ja¨¦n, 1950) hace gala de haber participado en la elaboraci¨®n de 15 Presupuestos Generales del Estado. Cuatro como secretario de Estado del primer ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el resto como ministro. Ha dirigido el Departamento que tiene la llave de las arcas p¨²blicas en dos etapas: la primera, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar entre 2000 y 2004; y la segunda con Mariano Rajoy, desde 2011. M¨¢s de 3.800 d¨ªas en el despacho del viejo caser¨®n de Hacienda situado en el nacimiento de la calle de Alcal¨¢ de Madrid.
Pese a su timidez y sus pocas ansias de protagonismo, Montoro ha sido un ministro pol¨¦mico por sus agrias intervenciones parlamentarias, criticado por medidas como la amnist¨ªa fiscal y admirado por sus propios adversarios pol¨ªticos. Hace apenas un mes, uno de sus contrincantes m¨¢s ac¨¦rrimos admit¨ªa la talla pol¨ªtica del pol¨ªtico de Ja¨¦n, que procede de una familia humilde. Y reconoc¨ªa su visi¨®n econ¨®mica de luces largas. En sus comparecencias, el ministro no se cansaba de explicar los buenos cimientos sobre los que est¨¢ creciendo la econom¨ªa espa?ola. Y con iron¨ªa indicaba a menudo que el gr¨¢fico m¨¢s importante del power point que siempre utilizaba en sus presentaciones era el que mostraba el super¨¢vit de la balanza por cuenta corriente. Ese indicador muestra c¨®mo Espa?a est¨¢ desendeud¨¢ndose y creciendo a lomos del sector exterior gracias a la fuerza de las exportaciones.
Durante su ¨²ltima etapa se le atragant¨® la pol¨¦mica amnist¨ªa fiscal, que termin¨® siendo un fracaso pol¨ªtico por el que lleg¨® a pedir perd¨®n. A pesar de ello, ha sido una losa demasiado pesada que le ha acompa?ado durante los ¨²ltimos seis a?os. Tambi¨¦n ha sido el responsable de la mayor subida de impuestos de la democracia. En 2012, en su segunda etapa, ya con el Gobierno de Rajoy, aprob¨® incrementos del IRPF, IVA, impuestos especiales y sociedades. Tard¨® cinco a?os en desmontar el grueso de esos incrementos fiscales gracias a la recuperaci¨®n, aunque muchos siguen en m¨¢ximos hist¨®ricos.
Otra de las grandes claves de su andadura como ministro de Hacienda ha sido su batalla contra el d¨¦ficit p¨²blico. A su llegada en 2012 los n¨²meros rojos de las administraciones p¨²blicos eran escandalosos. A pesar de no cumplir las metas de Bruselas ning¨²n a?o, solo lo logr¨® en 2017, y porque la Comisi¨®n relaj¨® las metas, lo cierto es que el d¨¦ficit ha bajado del 9,3% de 2011 al 3,1% el a?o pasado. Estaba previsto que a lo largo de este mismo ejercicio la Comisi¨®n Europea sacara a Espa?a del Procedimiento de D¨¦ficit Excesivo, el brazo corrector de Bruselas para los pa¨ªses con desequilibrios presupuestarios. Pero Montoro ya no podr¨¢ colgarse esa medalla.
Y termina su mandato con tareas pendientes. Con una reforma de la financiaci¨®n en marcha pero sin cerrar, con nuevos impuestos por desarrollar, como los que graban a las tecnol¨®gicas y con las soluciones para asegurar el futuro de las pensiones. ?l ha tenido la llave de las arcas p¨²blicas durante los ¨²ltimos a?os. Una ¨¦poca marcada por la grave crisis econ¨®mica en la que casi todas las soluciones pasaban por su despacho, su b¨²nker, como ¨¦l suele llamarlo. Un refugio que ahora tendr¨¢ que despejar.
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