La era de los pagos invisibles
Visa reconoce que la tecnolog¨ªa supone un reto para el control personal de las finanzas
Charlotte Hogg, m¨¢xima responsable del negocio de Visa en Europa, es la quintaesencia del establishment brit¨¢nico. Su abuelo, vizconde de Hailsham, fue primer lord del Almirantazgo, su padre, Douglas, ejerci¨® de ministro de Agricultura en el Gobierno de John Major, y su madre, Sarah, que tiene el tratamiento de baronesa, fue la primera mujer en presidir una compa?¨ªa del ¨ªndice FTSE 100, en concreto el grupo de capital riesgo 3i. Una forma de ser y estar labrada durante generaciones en los centros educativos de la ¨¦lite local (Eton, Oxford, Saint Mary's Ascot) proporciona la flema suficiente para, en el d¨ªa en el que tu empresa sufre el mayor impacto reputacional en d¨¦cadas, puedas salir a un escenario ante m¨¢s de 200 expertos en temas financieros para aleccionarles sobre el sistema de pagos en el futuro.
"Me gustar¨ªa empezar pidiendo perd¨®n a clientes y socios. Nuestra misi¨®n es conectar el mundo a trav¨¦s de la red m¨¢s segura y resistente, permitiendo interactuar a consumidores y empresas. Y durante unas horas incumplimos esas expectativas". As¨ª empez¨® Hogg (Londres, 1970) su presentaci¨®n durante el evento Money 20/20, celebrado recientemente en Amsterdam. La directiva, que trabaj¨® durante algunos a?os en Santander UK, se disculpaba porque el pasado 1 de junio un problema t¨¦cnico impidi¨® que los clientes europeos pudieran hacer transacciones a trav¨¦s de la plataforma de Visa. "Algunos se preguntar¨¢n qu¨¦ hago yo aqu¨ª y quiero decirles que tenemos un magn¨ªfico equipo que ha trabajado duro para que el sistema vuelva a operar con normalidad". Poco ha trascendido desde entonces sobre lo que ocurri¨®, aunque la compa?¨ªa descarta que fuera objeto de un ciberataque.
Tras entonar el mea culpa, Hogg se centr¨® en el objeto de su conferencia: la era de los pagos invisibles. "A lo largo de la historia, la forma en la que se han establecido las relaciones comerciales ha evolucionado mucho. Primero se us¨® el trueque, luego se introdujeron las monedas y los billetes y en el siglo XX llegaron las transacciones electr¨®nicas. Ahora, sin embargo, nos encontramos en una nueva era, la de los pagos invisibles. Este mundo se caracteriza porque ya no pasamos por caja para pagar, ni tan siquiera abrimos la cartera. En esta etapa lo importante no es el lugar en que hacemos la operaci¨®n, sino el momento en el que la hacemos. Incluso determinados objetos como los coches podr¨¢n actuar en nuestro nombre", explic¨®.
Un conflicto de inter¨¦s
Un asunto familiar acab¨® con la carrera de Charlotte Hogg en el Banco de Inglaterra. La actual responsable de Visa fue jefa de supervisi¨®n en el banco central brit¨¢nico durante cuatro a?os, puesto que le catapult¨® hasta la vicepresidencia de la instituci¨®n. Sin embargo, a las pocas semanas de su ascenso, se vio forzada a presenta su dimisi¨®n ya que no hab¨ªa hecho p¨²blico que uno de sus hermanos trabajaba en Barclays, uno de los bancos que ten¨ªa que supervisar. "Fue un error", reconoci¨® Hogg tras su adi¨®s.
En su opini¨®n, los nuevos sistemas de pago (tel¨¦fonos m¨®viles, sistemas biom¨¦tricos, anillos inteligentes, el internet de las cosas...) inauguran un mundo de posibilidades para los vendedores, que podr¨¢n ofrecer diferentes experiencias a sus clientes. "Al liberarles del momento del cobro, tendr¨¢n m¨¢s tiempo para asesorar a los consumidores", augura.
La revoluci¨®n que supone para el negocio de las transacciones la digitalizaci¨®n, sin embargo, no significar¨¢ el fin definitivo de los billeteros. "El dinero no puede ni debe desaparecer. Todav¨ªa necesitamos el efectivo para determinadas operaciones complejas. La labor de la industria de los medios de pago, sin embargo, deber¨¢ ser la de facilitar a los clientes el control de su vida financiera. Es decir, tendremos que controlar c¨®mo gasta, d¨®nde gasta y en qu¨¦ gasta el dinero nuestro frigor¨ªfico", dijo Hogg. "Y les aseguro que ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil controlar al frigor¨ªfico que a mi hija adolescente", brome¨® la directiva.
Aunque el dinero no vaya a desaparecer, su papel ser¨¢ cada vez m¨¢s residual. La responsable de Visa record¨® que en Europa los pagos que se realizan con efectivo y cheques cayeron en los ¨²ltimos cinco a?os desde el 40% del total al 31%. En pa¨ªses como Reino Unido, Finlandia y Dinamarca las operaciones con cash suponen menos del 10% del volumen. "En este contexto, surgen nuevos requerimientos para la industria de los medios de pago. Tenemos que trabajar para que el uso del dinero sea m¨¢s seguro, fluido y simple".
Visa aprovech¨® el evento Money 20/20, al que invit¨® a varios medios europeos, entre ellos EL PA?S, para anunciar una colaboraci¨®n m¨¢s estrecha con el mundo de las nuevas empresas financieras surgidas al calor de los avances tecnol¨®gicos (fintechs). La primera l¨ªnea de actuaci¨®n es un programa destinado a facilitar y abaratar el acceso de las startups a la plataforma global de la compa?¨ªa. "Cualquier red debe de ser abierta para que todos podamos beneficiarnos de las innovaciones. S¨¦ que hist¨®ricamente Visa no se ha caracterizado por ser una plataforma con la que sea f¨¢cil trabajar. Hemos adquirido el compromiso de cambiar esta actitud".
Hogg lleg¨® al cargo en oto?o pasado. En 2015 Visa pag¨® 21.000 millones de euros para hacerse con su filial europea, ocho a?os despu¨¦s de vend¨¦rsela a diferentes bancos. La reciente crisis de la compa?¨ªa por el cortocircuito de sus sistemas ha reforzado su idea de que en este negocio es fundamental tejer alianzas constantes con cualquier fintech que pueda aportar soluciones distintas de las que desarrolla la propia compa?¨ªa. "Por eso vamos a lanzar un plan de 100 millones de euros para invertir en compa?¨ªas de reciente creaci¨®n en Europa. Nos vamos a centrar sobre todo en aquellos proyectos que se centren en este mundo de los pagos invisibles y que ayuden a los clientes a tener mayor control de su dinero", subray¨®. En los ¨²ltimos a?os, Visa ya ha invertido en diferentes fintechs como Klarna, solarisBank y Payworks. El pasado a?o, la industria europea de las fintech recibi¨® en su conjunto inversiones por valor de 4.700 millones, seg¨²n datos de KPMG.
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