¡°Es f¨¢cil para los pol¨ªticos culpar de sus fracasos al capitalismo¡±
El profesor sueco Andreas Bergh reflexiona sobre el papel del Estado del bienestar, el libre mercado y la democracia
C¨®mo afecta el Estado del bienestar al crecimiento econ¨®mico? ?Cu¨¢ndo funciona mejor una econom¨ªa? ?Cu¨¢l es la relaci¨®n entre democracia y capitalismo? Estas son algunas de las preguntas que intenta contestar en sus trabajos el economista sueco Andreas Bergh, profesor de la Universidad de Lund y del Instituto de Investigaci¨®n de Econom¨ªa Industrial en Estocolmo. Bergh, de 45 a?os, asegura que Suecia ha crecido m¨¢s hist¨®ricamente cuando el Estado ha intervenido menos en la econom¨ªa, es decir, cuando su sistema de bienestar ha sido fuerte, pero a la vez ha funcionado en el marco de un mercado abierto y no subvencionado.
Es el argumento principal de uno de sus libros, Sweden and the Revival of the Capitalist Welfare State (Suecia y el resurgir del Estado del bienestar capitalista). El economista, durante una entrevista en su despacho en Lund, explica que, desde finales del siglo XIX, el peor periodo de la econom¨ªa sueca fue el que transcurri¨® entre 1970 y 1995, cuando se incrementaron de forma significativa los impuestos y el Estado intervino en la industria naviera o automovil¨ªstica para intentar salvarla.
¡°Mientras podamos trabajar la mitad de nuestra vida, podremos equilibrar la situaci¨®n con las pensiones¡±
PREGUNTA. ?Cu¨¢l es su idea del Estado de bienestar capitalista?
RESPUESTA. Puede parecer un ox¨ªmoron, pero no creo que lo sea. Lo que hace que el capitalismo funcione es el Estado de derecho, el derecho a la propiedad y el libre comercio. Pero no funciona bien en pa¨ªses donde no se cumplen las leyes, no hay seguridad jur¨ªdica y gobiernan corruptos que benefician a sus empresas y a sus amigos. Cuando hay un Estado de derecho fuerte, el capitalismo funciona mucho mejor y puedes fijar impuestos elevados para financiar escuelas, hospitales, pensiones¡
P. Si no se llevan antes el dinero a un para¨ªso fiscal.
R. Exacto... Algunos prefieren esa v¨ªa, pero hay que insistir en que, si lo hacen, se pierden cosas importantes tambi¨¦n para su negocio, como tener una mano de obra formada, sana e innovadora, porque tiene acceso a unos servicios p¨²blicos de calidad.
P. La imagen del capitalismo pasa malos momentos, sobre todo tras la crisis financiera de 2008 y el crecimiento de las desigualdades.
R. Es f¨¢cil para los pol¨ªticos culpar de sus fracasos al capitalismo, y a veces lo hacen. Es como una papelera en la que caben todos los problemas. Pero la realidad tiene muchos m¨¢s matices. Hay algunos errores pol¨ªticos que no se pueden achacar al capitalismo. Creo que la raz¨®n por la que ahora tiene mala reputaci¨®n es porque en algunos pa¨ªses no se cumple la ley, hay corrupci¨®n o se interfiere demasiado en la econom¨ªa. Eso ayuda a entender, en mi opini¨®n, la crisis financiera en EE UU y lo que est¨¢ haciendo ahora Donald Trump, c¨®mo est¨¢ interfiriendo en la econom¨ªa. En cambio, los pa¨ªses escandinavos lo hacen bastante bien porque son un ejemplo de que la democracia capitalista y el Estado de bienestar van muy bien de la mano, tanto si se mira el PIB, como la esperanza de vida, los ¨ªndices de confianza en las instituciones o los de felicidad.
R. Hay economistas que defienden que el Estado de bienestar, cuando funciona bien, impulsa el crecimiento. ?Est¨¢ de acuerdo?
P. Cuando el Estado del bienestar es el adecuado, incrementa la productividad de un pa¨ªs. Para m¨ª es un Estado que gasta en ¨¢reas clave, como la educaci¨®n y la sanidad, y en inversi¨®n p¨²blica. Si estos pilares no son fuertes, surgen las desigualdades. Tambi¨¦n soy partidario de una menor intervenci¨®n estatal en otras ¨¢reas, como la regulaci¨®n de los mercados y el comercio.
P. Hay voces que dicen que no hay que confiar en el sistema p¨²blico de pensiones porque no es posible garantizar su sostenibilidad.
R. A esa gente les dir¨ªa que desmantelar el Estado del bienestar no va a hacer que el problema del envejecimiento de la poblaci¨®n desaparezca. Hay que financiar las pensiones, proteger a los mayores y cuidarles. Eso tiene un coste. La cuesti¨®n es c¨®mo gestionarlo: ?queremos que el Estado nos garantice unos servicios o queremos gestionarlos por nuestra cuenta? Sea como sea, mi generaci¨®n va a tener que afrontar que tendr¨¢ que ocuparse de m¨¢s gente mayor.
P. ?Trabajaremos hasta los 75?
R. Suena dr¨¢stico, pero no lo es tanto. Ahora, durante los primeros 20 a?os de nuestra vida alguien nos cuida y estudiamos; despu¨¦s, entre los 20 y los 60 a?os, trabajamos; por ¨²ltimo, nos retiramos y esperamos morir a los 80. En total, hay 40 a?os en los que alguien tiene que cuidar de ti, y otros 40 en los que trabajas. En el futuro, ser¨¢n 50 y 50 a?os, es decir, 25 de ni?o y estudiante, 50 trabajando y 25 tras la jubilaci¨®n y hasta la muerte, a eso de los 100. Mientras estemos dispuestos a trabajar la mitad de nuestra vida, creo que podremos equilibrar la situaci¨®n con las pensiones. El mercado laboral va a cambiar. Habr¨¢ cambios relacionados con la tecnolog¨ªa que ahora ni siquiera imaginamos. Ahora trabajamos toda la vida en la misma cosa y creo que esa es una de las razones por las que muchos est¨¢n cansados de su empleo a los 55 a?os. En el futuro, cambiaremos m¨¢s.
P. En el presente vemos problemas, como las desigualdades.
R. El economista Thomas Piketty muestra que entre 1900-1980, gracias al desarrollo de la democracia, la desigualdad se redujo. Ese ha sido el gran logro de la democracia y del Estado de bienestar. A partir de los ochenta, los ricos empiezan a ser m¨¢s ricos otra vez, las ganancias del capital se disparan y las clases medias se quedan atr¨¢s. Esta es la tendencia actual. Pero la imagen general, a m¨¢s largo plazo, es positiva. Puede que este retroceso se deba al cambio tecnol¨®gico, a la inteligencia artificial. Algo parecido sucedi¨® en el pasado durante la transici¨®n de una econom¨ªa agraria a una sociedad industrial. Primero hubo gente que se hizo rica, pero luego los obreros negociaron mejoras salariales y la desigualdad se redujo. Ahora vemos un fen¨®meno parecido.
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