Portugal frena los pisos tur¨ªsticos
Las comunidades de vecinos podr¨¢n prohibir nuevas instalaciones o retirar el permiso de las ya existentes
Portugal ya tiene una ley para luchar contra el alojamiento local, se llame Airbnb o pisos tur¨ªsticos. La nueva ley es revolucionaria en el pa¨ªs, pero no tanto en comparaci¨®n a la de otros vecinos. La gran novedad es que los ayuntamientos van a tener competencias en este campo, pues hasta hora la regulaci¨®n del sector era exclusiva del Gobierno nacional.
A partir de la nueva ley, los ayuntamientos podr¨¢n prohibir establecimientos, multarlos, autorizarlos o regular su cantidad por barrios, en funci¨®n de la densidad de poblaci¨®n y de viviendas.
El alojamiento local viv¨ªa en un r¨¦gimen de casi absoluta libertad, pues ni siquiera hab¨ªa que notificarlo a los ayuntamientos. Ahora habr¨¢ notificaciones, permisos y multas y, sobre todo, muchos l¨ªmites. Uno de ellos, que una persona o empresa solo podr¨¢ tener siete alojamientos locales. Las empresas que ya superen esa cantidad podr¨¢n mantenerlos, pero no aumentarlos.
Si el ayuntamiento puede frenar este tipo de alojamientos en funci¨®n de su promiscuidad en un barrio concreto, tambi¨¦n los vecinos tienen mucho que decir. La mayor¨ªa de una comunidad de vecinos podr¨¢ prohibir el piso tur¨ªstico, aunque deber¨¢ justificarlo con supuestos da?os en la vecindad o la perturbaci¨®n de la paz de la comunidad. La decisi¨®n final es siempre del ayuntamiento.
La nueva ley complementa otra reciente que paraliza durante un a?o el desalojo de personas mayores o con minusval¨ªas que lleven en la misma casa m¨¢s de 15 a?os. Estas leyes y otras para el fomento del alquiler y de la vivienda social van encaminadas a contrarrestar la oleada de desahucios en los centros hist¨®ricos de Lisboa y Oporto, principalmente, asediados por el repentino crecimiento tur¨ªstico. Seg¨²n Miguel Coelho, concejal de Santa Maria Maior, que rige los barrios t¨ªpicos de Alfama y Mouraria, el alojamiento local en su distrito ha pasado de 43 licencias a 1.676 en cuatro a?os.
Pero junto a los argumentos sociales -desnaturalizaci¨®n de los barrios- tambi¨¦n hay que considerar los econ¨®micos. Para muchas familias, este turismo individual se ha convertido en un ingreso inesperado, que a?adir a su modesta pensi¨®n. Un tercio de los visitantes de Portugal duermen en un alojamiento local, seg¨²n la ALEP, asociaci¨®n nacional de este tipo de alojamiento, muy cr¨ªtica con la nueva reglamentaci¨®n.
Hay en el pa¨ªs 69.000 alojamientos locales, con 205.000 camas en total, un tercio de ellas en Lisboa, seg¨²n las cifras oficiales. El estudio de la patronal hotelera AHRESP y de Turismo de Portugal se?ala que el sector deja en la econom¨ªa de la ciudad 1.674 millones de euros, entre su impacto directo (286 millones de euros por alquiler de camas), el indirecto (550 millones por la manutenci¨®n durante los d¨ªas de estancia) y el inducido (829 millones por servicios tur¨ªsticos complementarios).
El alojamiento local, seg¨²n el estudio efectuado en 2016, emplea a 5.700 personas directamente e indirectamente a otras 13.500. En 2020, se calcula que se doblar¨¢ su impacto en la econom¨ªa del ¨¢rea metropolitana de Lisboa, rebasando los 3.700 millones de euros y los 42.000 empleos, de ellos 12.665 directos.
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