Taxi y Uber: a palos en las calles, pero unidos por la especulaci¨®n

¡°Compro licencia VTC en el acto, de Madrid, y que se puedan pasar a mi empresa individualmente. Sin veh¨ªculo. Pago m¨¢ximo 52.000€¡±.

¡°Se vende licencia de TAXI, sin coche, por jubilaci¨®n, Madrid y su comunidad, regalo tax¨ªmetro y capilla. Con libranza martes-par. 140.000€¡±

Estos son dos anuncios reales de la p¨¢gina milanuncios.com, y solo una muestra de los miles de compradores y vendedores que cada d¨ªa buscan o ponen a la venta una licencia administrativa que cotiza como la acci¨®n de cualquier empresa o una materia prima, con la ¨²nica diferencia de que mientras los t¨ªtulos de las compa?¨ªas o el oro y el petr¨®leo lo hacen en mercados organizados, las licencias de los taxis o las autorizaciones de veh¨ªculos de transporte con conductor (VTC) lo hacen en un mercado secundario (o negro, aunque a ninguno de los dos colectivos les gusta que se use este adjetivo), en el que las reglas las marcan solo el comprador y el vendedor.

Y es que, pese al enfrentamiento encarnizado que mantienen los taxistas y los conductores de VTC en las calles, que ha derivado en huelgas de taxistas (m¨¢s bien cierres patronales) durante la pasada semana que han colapsado las principales v¨ªas de Madrid, Barcelona o Valencia, el negocio de unos y otros no difiere mucho en su fundamento.

En ambos casos se trata de aprovecharse de un mercado cerrado de licencias o autorizaciones administrativas que al estar limitado o cerrado provoca que esos t¨ªtulos, que apenas cuestan unos pocos euros en su origen (las tasas administrativas), alcancen precios desorbitados en el mercado secundario, al pasar de mano en mano, porque la ley permite su traspaso.

Las licencias no valen nada

Y es que la primera falsificaci¨®n que hay que desmontar para entender el conflicto es que, frente a las quejas de sus propietarios, ni las licencias del taxi ni las de VTC valen nada. S¨ª, son gratis. Sus primeros adjudicatarios no pagaron nada a los ayuntamientos (en el caso de los taxis) ni al Estado o a las comunidades aut¨®nomas (en el de los VTC), salvo unas cuantas pesetas o euros por las tasas. Su valor es solo fruto de una especulaci¨®n permitida y, como en el caso de los ayuntamientos de Madrid y Barcelona de Manuela Carmena o Ada Colau, protegida, que tiene como base que ninguna de estas administraciones concede m¨¢s licencias de las ya existentes, lo que provoca un mercado cerrado y oligop¨®lico, similar al de los estancos o al de las administraciones de loter¨ªa.

Hay las mismas licencias de taxi que hace 20 a?os pese a que la poblaci¨®n ha aumentado en siete millones de personas

Los taxistas, atendiendo el llamamiento de sus principales organizaciones (Fedetaxi, Asociaci¨®n Caracol, Antaxi y Elite Taxi) tomaban las calles la pasada semana para quejarse de la proliferaci¨®n de licencias VTC, que incumplen el ratio legal de un permiso VTC por cada 30 taxis tal y como establece la legislaci¨®n actual.

Piden la suspensi¨®n o anulaci¨®n de autorizaciones VTC, pero ninguno de ellos defiende que se abra la espita para nuevas licencias de taxi, lo que equilibrar¨ªa esa proporci¨®n. Antes al contrario, las asociaciones de taxistas defienden a¨²n m¨¢s radicalmente que la eliminaci¨®n de los VTC, que ning¨²n ayuntamiento reabra la concesi¨®n de nuevas licencias de taxi porque eso devaluar¨ªa autom¨¢ticamente sus t¨ªtulos.

Los mismos taxis que hace 20 a?os

La consecuencia de esa paralizaci¨®n es que desde hace m¨¢s de 20 a?os el n¨²mero de licencias de taxi permanece invariable en las 70.000 en todo el territorio nacional (69.972 seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica recientemente publicados), pese a que la poblaci¨®n ha aumentado en siete millones de personas.

No le van a la zaga los empresarios que poseen VTC. Una vez que se han hecho con el paquete de autorizaciones iniciales (9.366 que ya est¨¢n operativas m¨¢s alrededor de otras 7.000 que est¨¢n siendo avaladas por la v¨ªa judicial y que ir¨¢n saliendo al mercado), la patronal Unauto, que integra 80 empresas como Cabify (Vector), Moove o Uber, tambi¨¦n est¨¢ porque se cierre el grifo de las autorizaciones.

La mejor prueba este recelo a la liberalizaci¨®n de las VTC es que, pese a sus quejas sobre el oligopolio del taxi, cuando el Tribunal Supremo aval¨® el pasado de mes de junio la restricci¨®n 1 VTC/30 taxis, frente al criterio de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que ped¨ªa que se permitieran m¨¢s licencias para aumentar la competencia y bajar los precios, Unauto, la patronal de los VTC, celebr¨® la sentencia. La paradoja es que la propia Unauto era uno de los recurrentes de ese l¨ªmite d¨¢ndose la in¨¦dita circunstancia de que los querellantes celebraban una sentencia desfavorable a su recurso. Evidentemente, una vez conseguido su bot¨ªn de licencias, el cierre a nuevas concesiones asegura que su valor se va a mantener.

El precio de las licencias del taxi y de las VTC cotiza un mercado secundario no regulado que depende de muchos factores: ciudad, d¨ªa de libranza, si lleva a?adido el autom¨®vil y, en este caso, el estado del mismo, financiaci¨®n del pago, integraci¨®n en sociedades con m¨¢s socios y otras tantas.

Apenas hay datos oficiales. Los ayuntamientos se niegan a darlos como se queja la CNMC en su informe de noviembre de 2016. El valor medio en 2015 de una licencia de taxi en el mercado secundario alcanzaba en San Sebasti¨¢n, los 220.000 euros; en Santander, 215.000 euros; Palma de Mallorca, 205.957; Segovia (190.000 euros) y Madrid, 142.254 euros.

Actualmente, una licencia en Madrid puede oscilar en una horquilla entre 135.000 y 160.000 euros. En el momento m¨¢s boyante de la econom¨ªa espa?ola, entre 2005 y 2007, se llegaron a pagar 180.000 euros. Pero la crisis y la competencia de los VTC han reducido considerablemente los precios.

La mejor inversi¨®n

No obstante, como se?al¨® en otro informe la CNMC, la compraventa de una licencia es uno de los mejores negocios, mucho m¨¢s rentable que invertir en Bolsa: el valor medio de un t¨ªtulo en Barcelona ascend¨ªa a 134.115 euros en 2016, con datos de las autoridades municipales, seis veces m¨¢s (+503%) que hace 30 a?os, mientras que el Ibex ha ganado en ese periodo solo un 233%.

El informe de Competencia pone un ejemplo muy revelador: una licencia de taxi concedida extraordinariamente por el Ayuntamiento de C¨®rdoba en 2012 cost¨® 457 euros en tasas; nada m¨¢s salir al mercado esa misma licencia ¨Cun papel timbrado sin m¨¢s- se situ¨® en 102.102 euros.

Por su parte, una autorizaci¨®n de VTC en Madrid puede conseguirse por entre 50.000 y 65.000 euros, con la salvedad de que, a diferencia de las del taxi, estas licencias no se pueden traspasar en los dos primeros a?os, tras la aprobaci¨®n de una bater¨ªa de limitaciones por el Gobierno del PP. Algunas de ellas como la de que cada sociedad (o aut¨®nomo) tuviera un m¨ªnimo de siete licencias fueron anuladas por el Tribunal Supremo.

Adem¨¢s, seg¨²n denuncia Unauto VTC, aunque la licencia del taxi cueste el triple que la de VTC, se amortiza antes porque las VTC pagan hasta nueve veces m¨¢s impuestos por su cotizaci¨®n por estimaci¨®n directa, es decir, sobre todo el beneficio anual real, y no sobre una estimaci¨®n previa (m¨®dulos), a la que se acogen mayoritariamente los taxistas.

¡°El taxista solo paga unos 80 euros de impuestos al mes a pesar de estar facturando 5.000 o 6.000 euros en Madrid o Barcelona, porque los 500 o 600 euros que recauda por el IVA se los queda, y solo paga 80 euros por m¨®dulos¡±, indica Eduardo Mart¨ªn, presidente de Unauto. ¡°Es decir, que la mayor¨ªa de los taxistas no paga ni 1.000 euros al a?o, mientras que un propietario de VTC paga casi 9.000 euros por la misma actividad y kilometraje¡±, a?ade.

Desde la otra trinchera, la Federaci¨®n Espa?ola del Taxi (Fedetaxi) acusa a Cabify de haber solicitado hasta 50.000 licencias VTC los d¨ªas previos a la aprobaci¨®n por el Gobierno del real decreto-ley sobre limitaciones a estos veh¨ªculos el pasado 20 de abril, con el fin de asegurarse un trofeo por adelantado.

La CNMC ha criticado que el oligopolio del taxi va en detrimento de la calidad del servicio, ya que los usuarios del taxi tienen que resignarse a subirse a veh¨ªculos con m¨¢s de 300.000 kil¨®metros, y estar al capricho del humor del taxista, frente a los coches impolutos de Uber o Cabify cuyos conductores pueden ser calificados a trav¨¦s de Internet por los usuarios. Pero pronto tendr¨¢ que hacer otro informe sobre el oligopolio de Uber y Cabify, porque tambi¨¦n se ha convertido en un coto cerrado, m¨¢s pulcro pero igual de exclusivo.