El Brexit hace peligrar las fresas

En Wimbledon no hay lugar para la improvisaci¨®n. Todo est¨¢ medido en el torneo de tenis m¨¢s famoso del mundo. Desde el c¨¦sped de la pista (cortado a una altura de ocho mil¨ªmetros), hasta los uniformes de los competidores (100% blancos). El protocolo ni siquiera deja espacio a la imaginaci¨®n en el emblema culinario de esta fiesta deportiva: las fresas (servidas con nata), que durante las dos semanas del torneo son recolectadas en la madrugada para que al mediod¨ªa los espectadores puedan engullir el sencillo manjar. Este a?o se consumieron m¨¢s de 34.000 kilogramos de esa fruta.

En 2017, la producci¨®n inglesa de fresas alcanz¨® una cifra hist¨®rica: 127.600 toneladas, de acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura de Reino Unido. La cosecha no ha dejado de crecer. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas se ha disparado un 289%, a pesar de que el ¨¢rea cultivada solo ha mostrado un aumento del 12,3%. En 1997 la producci¨®n de esta fruta llegaba a las 33.000 toneladas y se importaba una cantidad similar para satisfacer la demanda local.

¡°Las fresas siempre han sido un producto t¨ªpico de Reino Unido¡±, comenta Cindy van Rijswick, analista de frutas y verduras de la consultora RaboResearch Food & Agribusiness. Pero a finales de los a?os 80, mientras la producci¨®n local ca¨ªa en picado, la demanda iba en aumento y cada vez m¨¢s era abastecida por las importaciones, principalmente de Israel, Marruecos y Espa?a. Fue en 1997, despu¨¦s de que la industria introdujera los primeros polit¨²neles (invernaderos), cuando la cosecha local empez¨® a despuntar. Hoy las fresas inglesas (m¨¢s del 90% producida en polit¨²neles) representan el 71,8% de todas las que se consumen en Reino Unido (m¨¢s de 177.000 toneladas en 2017). ¡°En verano, casi todas son brit¨¢nicas¡±, comenta Van Rijswick.

Pero no todo es tan positivo para este producto. La recolecci¨®n de la fresa ¡ªpero tambi¨¦n de las frambuesas, moras y ar¨¢ndanos¡ª est¨¢ bajo amenaza ante un d¨¦ficit de mano de obra, argumenta el British Summer Fruits (BSF, por sus siglas en ingl¨¦s), que aglutina al 97% de los productores de frutos del bosque que abastecen a los supermercados del pa¨ªs. Seg¨²n el BSF, los recolectores, en su mayor¨ªa procedentes de pa¨ªses de Este de Europa, han perdido el inter¨¦s en ir a Gran Breta?a, pues han encontrado mejores oportunidades laborales en sus pa¨ªses. Adem¨¢s, los vaivenes del Brexit y la depreciaci¨®n de la libra frente al euro han influido en la llegada de trabajadores.

Reino Unido necesita, entre mayo y septiembre de cada a?o, unos 29.000 recolectores de frutos rojos (para 2021 ser¨¢n necesarios 31.000). Pero para esta temporada, sin embargo, el BSF ha advertido habr¨¢ entre un 10% y un 15% de trabajadores menos que hace un a?o. Su estimaci¨®n es que en el oto?o el d¨¦ficit alcance el 30%.

Reacci¨®n del Gobierno

El Gobierno de Theresa May trata de alentar a los brit¨¢nicos desempleados a que se sumen a la recogida de fruta, en la que pueden obtener sueldos semanales de hasta 675 libras (unos 757 euros), asegura The Guardian. Por otro lado, hasta 2013 Reino Unido ten¨ªa un esquema estacional que permit¨ªa que ciudadanos de Bielorrusia, Ucrania y Rusia fueran a Reino Unido con visados de temporada. Este programa fue cancelado poco antes de que a los nacionales de Bulgaria y Rumania (de donde proced¨ªan la mayor parte de los recolectores) se les permitiera trabajar en todos los pa¨ªses de la UE, despu¨¦s de su ingreso en el bloque, en 2007.

En aquel entonces, el Gobierno desoy¨® las advertencias los agricultores que vislumbraban un d¨¦ficit de trabajadores, que no ocurri¨® hasta 2016, despu¨¦s del Brexit. Ahora tres de cada cinco productores brit¨¢nicos de frutos rojos dice que ya se ha vuelto m¨¢s dif¨ªcil contratar trabajadores temporales de la UE, seg¨²n el BSF. Como consecuencia de esto, cuatro de cada cinco productores espera recolectar menos fruta. Las preocupaciones sobre la mano de obra han llevado a los agricultores a evaluar la posibilidad de trasladar sus campos al extranjero, lo que encarecer¨ªa el coste del producto.

¡°La primera revoluci¨®n en la producci¨®n de fresas en Reino Unido casi ha llegado a su fin¡±, dice Van Rijswick. La especialista asegura que despu¨¦s de la introducci¨®n de los invernaderos, que permitieron aumentar la producci¨®n en el campo ingl¨¦s, el pr¨®ximo cambio de la industria vendr¨¢ con el uso de las m¨¢quinas inteligentes. ¡°Es inevitable que los robots recolectores se usen a largo plazo, ya que la disponibilidad de mano de obra se est¨¢ agotando. [Los ingleses] seguir¨¢n comiendo fresas brit¨¢nicas, aunque podr¨ªan volverse m¨¢s caras y podr¨ªan ser cosechadas por una m¨¢quina y no por seres humanos¡±, concluye.