Aut¨®matas para peque?as empresas
Universal Robots se coloca en cabeza en el creciente mercado de los 'cobots'
A punto de cumplirse el centenario de la palabra robot (derivada de una obra de teatro del escritor checo Karel Capek), la automatizaci¨®n de los procesos de producci¨®n est¨¢ creciendo de forma imparable. Seg¨²n la Federaci¨®n Internacional de Rob¨®tica (IFR, en sus siglas en ingl¨¦s), el n¨²mero de aut¨®matas en funcionamiento va a crecer a un ritmo anual superior a dos cifras: de 1,8 millones en 2016 a algo m¨¢s de tres millones en 2020. Gran parte de esas expectativas est¨¢n impulsadas por los robots colaborativos o cobots, un mercado en el que la danesa Universal Robots reivindica tener m¨¢s de un 60% de cuota. Una rodaja muy rentable: en 2017 la firma factur¨® 170 millones de d¨®lares (154 millones de euros), tres veces m¨¢s que en 2015. Ese ¨²ltimo a?o, la estadounidense Teradyne se hizo con la compa?¨ªa por 315 millones de d¨®lares, lo que ha proporcionado a la firma el capital necesario para su expansi¨®n internacional.
Pero, ?qu¨¦ es un cobot? Un robot colaborativo es el que trabaja en el mismo entorno f¨ªsico que los empleados humanos, al contrario que los robots tradicionales, que, por razones de seguridad, est¨¢n en espacios delimitados por jaulas en las que los humanos no pueden entrar sin parar la producci¨®n. "Pueden interactuar con los operarios", explica Jacob Pascual, director general de Universal Robots en Espa?a. "Pueden hacer tareas sencillas y repetitivas, como mover pesos, que representan un peligro para las personas". Por ejemplo, en una mesa de trabajo, el aut¨®mata puede mover piezas de un punto a otro.
El objetivo de la empresa es democratizar la rob¨®tica. "Analizamos el mercado entre 2005 y 2006 y detectamos que el uso de robots estaba, entre un 80% y un 90%, centrado en empresas muy grandes, especialmente en automoci¨®n", explica Pascual. "Nos dimos cuenta de que no hab¨ªa robots pensados para la industria en general, especialmente las pymes. Nuestro objetivo era un aut¨®mata accesible para todas las empresas". La empresa tiene ahora mismo tres modelos de brazo rob¨®tico, el UR3, el UR5 y el UR10, siendo el n¨²mero el peso m¨¢ximo (en kilos) que pueden cargar. El coste de una instalaci¨®n simple oscila entre 35.000 y 40.000 euros. El mantenimiento no es un problema, insisten desde la compa?¨ªa. "Las piezas est¨¢n construidas para durar sin mantenimiento durante 35.000 horas a m¨¢ximo rendimiento", proclama Pascual. "Eso son cuatro a?os si estuviese haciendo exactamente lo mismo durante las 24 horas del d¨ªa".
Pero Universal Robots no dise?a robots para hacer lo mismo durante a?os, porque su p¨²blico objetivo no lo necesita. "Una empresa del autom¨®vil puede necesitar una pieza exactamente igual durante d¨¦cadas, pero las firmas peque?as no funcionan as¨ª", explica Pascual. "Una pyme trabaja con lotes peque?os, y si est¨¢ haciendo una cosa puede necesitar otra completamente diferente al d¨ªa siguiente".
Y es ah¨ª, seg¨²n el director general, donde reside la gran diferencia de Universal Robots. "Los robots tradicionales son grandes, peligrosos y complejos de programar. Lo que nosotros ofrecemos es un robot que pueda ser programado por el empleado para hacer la funci¨®n que necesite en ese momento". Para Pascual, la ventaja de dejar la programaci¨®n en manos del operario, "que es el que sabe lo que necesita en cada momento", agiliza los procesos productivos, ahorra tiempo y dinero y permite al empleado dedicarse a labores de mayor valor a?adido. Hacerlo f¨¢cil para el usuario lo hace dif¨ªcil para el fabricante: 180 de los 540 empleados de la firma est¨¢n dedicados a la I+D, y representan casi la mitad de la plantilla de la sede de la compa?¨ªa en Odense.
Pero aun as¨ª no es suficiente. Para acelerar la creaci¨®n de programas, la compa?¨ªa ha creado un est¨¢ndar de programaci¨®n, llamado UR Plus, y ha animado a otras empresas a programar utilidades para sus robots. "Queremos que sea como la Apple Store", compara Pascual. La firma es consciente de que cuantos m¨¢s posibles usos se encuentren a sus robots, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ que encuentren su sitio en los pol¨ªgonos industriales.
Empleo y conocimiento
Para Pascual, la mayor dificultad para su empresa es que las pymes les conozcan. "Cuando tienes una firma peque?a, est¨¢s al d¨ªa a d¨ªa, no tienes tiempo de ir a ferias y convenciones y ver que hay un producto de rob¨®tica pensado para ellos". Respecto a los efectos de la robotizaci¨®n sobre el empleo, especialmente sobre los trabajos sencillos y repetitivos que son la especialidad de sus aut¨®matas, el director general se?ala que los pa¨ªses que m¨¢s robots tienen instalados, como Alemania, Jap¨®n o Corea del Sur, tienen tasas de paro entre las m¨¢s reducidas del mundo.
A pesar de que las m¨¢quinas de Universal Robots no son especialmente grandes, la seguridad "es fundamental", en palabras de Pascual. "Cada vez que se instala una m¨¢quina es necesario un an¨¢lisis de los riesgos potenciales. No solo hay que hacer que sean sensibles al contacto y que detecten si hay alguien ah¨ª, hay que controlar su fuerza, hay que tener en cuenta si lleva una herramienta cortante (porque en ese caso es peligroso siempre), y muchas otras situaciones".
As¨ª pues, con empresas como Universal Robots y otras como ella, est¨¢ el camino marcado para que, 100 a?os despu¨¦s de inventada la palabra, los robots est¨¦n realmente por todas partes. Por cierto: en la obra de Capek, la empresa protagonista tambi¨¦n se llama Robots Universales.
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