La pol¨ªtica agita las aguas del petr¨®leo
Las tensiones en el Golfo y la crisis China?EE UU despiertan al mercado de la previsibilidad que auguraba el ¡®fracking¡¯
En 2015, por primera vez en 26 a?os, Estados Unidos se convirti¨® en el primer productor de petr¨®leo del mundo, una posici¨®n que no ha abandonado. El a?o pasado, el pa¨ªs norteamericano bombe¨® 14,5 millones de barriles al d¨ªa, un 15% de lo que se extrajo en todo el planeta. Este auge est¨¢ alimentado por la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica de yacimientos de esquisto (fracking), un boom que, como se?alan de Julius B?r, ¡°ha transformado el mercado¡± y que, a principios de la d¨¦cada, hundi¨® las cotizaciones de la materia prima de m¨¢s de 100 a algo menos de 30 d¨®lares el barril. Pero, desde hace un a?o, el precio del petr¨®leo ha aumentado m¨¢s de un 40%. Y aunque una econom¨ªa global m¨¢s acelerada ha tenido que ver, el principal factor que agita el mercado es el que lo ha movido en los ¨²ltimos 50 a?os: la geopol¨ªtica.
¡°Hace tiempo que las nuevas formas de perforaci¨®n han amenazado con echar abajo el precio del petr¨®leo de forma estructural y permanente¡±, explica Paul Markham, gestor de Newton IM. ¡°Las disrupciones en la producci¨®n en ciertas regiones han contribuido a mantener los precios altos. Estas pueden producirse por razones operativas pero, las m¨¢s de las veces, suceden por maquinaciones pol¨ªticas¡±.
Y no hay principal maquinaci¨®n pol¨ªtica que el principal c¨¢rtel de la industria, la OPEP. El acuerdo firmado en septiembre de 2016 puso fin al hundimiento de los precios, apremiado por Rusia, a quien la ca¨ªda hab¨ªa golpeado en la l¨ªnea de flotaci¨®n de su econom¨ªa. A Arabia Saud¨ª, el otro gigante de la organizaci¨®n, tampoco le ha venido mal el ascenso de las cotizaciones; el pr¨ªncipe heredero y hombre fuerte de la dinast¨ªa de los Saud, Mohamed bin Salm¨¢n, necesita dinero para sus ambiciosos planes de reforma y para la guerra en Yemen. M¨¢xime despu¨¦s de que su otra opci¨®n, la salida a Bolsa parcial de la petrolera estatal Saudi Aramco, se haya estancado en sucesivos retrasos.
Estados Unidos, y su nueva posici¨®n en el mercado, tambi¨¦n tiene que ver en el otro foco de tensi¨®n en la regi¨®n: Ir¨¢n. El pa¨ªs persa, quinto productor mundial, puso el a?o pasado 2,1 millones de barriles al d¨ªa en el mercado. ¡°Ahora Estados Unidos puede poner sanciones si eso es lo que quieren sus electores¡±, se?ala Elguero. Donald Trump quiere usar el petr¨®leo para presionar al r¨¦gimen de Teher¨¢n, con una bater¨ªa de sanciones que se espera entren en vigor a partir de noviembre.
No todo el mundo va a acompa?arle, fundamentalmente, porque el mercado es mucho menos flexible que antes. ¡°A principios de los a?os ochenta, si los pa¨ªses de la OPEP quer¨ªan, pod¨ªan aumentar la producci¨®n un 25% con solo abrir el grifo¡±, indica David Donora, director de inversi¨®n en materias primas en Columbia Threadneedle. ¡°Hoy, las discusiones son sobre si hay que poner uno o dos millones de barriles m¨¢s¡±.
Adem¨¢s, el petr¨®leo va a ser otro de los campos de batalla de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. ¡°China est¨¢ deseando arrebatarle a EE UU el papel de l¨ªder mundial¡±, apunta Elguero. ¡°Lo que est¨¢ claro es que hay una guerra comercial en marcha de forma insalvable y China no se va a posicionar del lado de Estados Unidos¡±. Vemos la confrontaci¨®n como la opci¨®n m¨¢s probable, con China socavando la efectividad del embargo estadounidense¡±, confirman de Julius B?r.
Desde Deutsche Bank alertan de que ¡°vale la pena ser cauto¡± con los efectos del cierre del grifo persa. ¡°El efecto f¨ªsico en la producci¨®n y en las exportaciones no ser¨¢ inmediato, sino que se extender¨¢ durante meses y hasta un a?o, lo que puede producir ciertas decepciones¡±.
El principal riesgo de una batalla econ¨®mica es a largo plazo. ¡°Esto es potencialmente el inicio de una recesi¨®n m¨¢s seria¡±, se?ala Donora. ¡°En una guerra comercial no hay ganadores, pero el pa¨ªs que gana es el que pierde menos; o, en lo que relativo a lo que puede permitirse perder, el que pierde menos con respecto a otros. Se convierte en un juego de suma cero¡±.
Sin embargo, los expertos dudan que el mercado vaya a seguir escalando m¨¢s. ¡°No vamos a volver a los niveles de los 100 d¨®lares, pero el rango de los 70 a 80 no est¨¢ especialmente sobrevalorado¡±, se?ala Luis Padr¨®n, de Ahorro Corporaci¨®n Financiera. ¡°Con un precio del barril entre 80 y 90 d¨®lares Arabia Saud¨ª puede financiar su presupuesto¡±, considera Gonzalo Escribano, analista del Real Instituto Elcano. ¡°M¨¢s de eso no les interesa, porque puede producir un impacto negativo sobre la demanda y atraer a¨²n m¨¢s el inter¨¦s de los productores de gas de esquisto estadounidense¡±. ¡°Arabia Saud¨ª necesita que Estados Unidos siga comprando¡±, respalda Jos¨¦ Mar¨ªa Elguero, director del servicio de estudios de Marsh. ¡°No le interesa perder su amistad¡±.
Hay otros factores que preocupan en el mercado. El primero es Venezuela. Durante todo el chavismo, la producci¨®n venezolana se ha mantenido estable en t¨¦rminos anuales alrededor de 2,5 millones de barriles diarios. Pero la descomposici¨®n econ¨®mica del pa¨ªs latinoamericano ha llegado al fin al hueso: su antigua joya de la corona, Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA). Siempre seg¨²n la Administraci¨®n de Informaci¨®n Energ¨¦tica de EE UU, en mayo la producci¨®n baj¨® de 1,5 millones de barriles diarios.
La inestabilidad pol¨ªtica tambi¨¦n afecta a grandes exportadores como Libia (el lunes, un comando armado asalt¨® la sede de la petrolera nacional en Tr¨ªpoli, causando dos muertos; el ataque fue reivindicado por ISIS) y Nigeria. Adem¨¢s, queda por saber el efecto de la llegada al poder en M¨¦xico de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y si el cambio de Gobierno implicar¨¢ realmente un cambio brusco en la pol¨ªtica petrolera.
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