Impuestos necesarios
Hay que aprobar una reforma que revierta las rebajas tributarias anteriores y construya un sistema fiscal justo
El grado de desarrollo de un pa¨ªs est¨¢ m¨¢s correlacionado con el ¨ªndice de desarrollo humano que con el volumen de gasto p¨²blico. El motivo es que un nivel de impuestos suficiente permite no solo medios para fomentar el crecimiento e igualar las oportunidades, sino adem¨¢s cuentas p¨²blicas saneadas. Los impuestos sirven para protegernos de los mercados financieros internacionales, si en Espa?a no lo hacen suficientemente es porque aqu¨ª la contribuci¨®n fiscal global est¨¢ 7,4 puntos del PIB por debajo de la media de la Eurozona y mucho m¨¢s lejos si nos comparamos con los pa¨ªses europeos m¨¢s desarrollados. Los impuestos tambi¨¦n pagan la educaci¨®n y la sanidad p¨²blicas, las prestaciones sociales (pensiones, desempleo, incapacidad, rentas de inserci¨®n, becas, etc¨¦tera) y muchos otros servicios (protecci¨®n, judicatura, pol¨ªtica de vivienda, etc¨¦tera) que nos hacen la vida m¨¢s f¨¢cil. Asimismo, financian la inversi¨®n p¨²blica y el gasto en I+D+i, que son dos de las palancas m¨¢s importantes de cambio para el pa¨ªs.
Nuestros servicios p¨²blicos y nuestro Estado de bienestar requieren de un nivel de recursos suficiente para mantener su calidad y seguir impulsando el desarrollo. Sin embargo, se han puesto en peligro por las pol¨ªticas de austeridad equivocadas ¡ªcomo ha reconocido el presidente de la Comisi¨®n Europea¡ª, que han provocado la congelaci¨®n y recorte de las plantillas p¨²blicas, y la insuficiencia de ingresos que el anterior Gobierno profundiz¨® recortando en 12.000 millones la recaudaci¨®n fiscal entre 2015 y 2016.
Algunos nos intentan convencer de que lo p¨²blico no es importante y que est¨¢ mal gestionado, y aunque algunas cosas son mejorables, quienes lo dicen son precisamente los que hacen negocio de la p¨¦rdida de terreno y la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos. La realidad es que pagamos pocos impuestos para las necesidades de desarrollo del pa¨ªs y que lo hacemos de manera poco equitativa, lo que en alg¨²n caso puede elevar la percepci¨®n de presi¨®n fiscal. Por ejemplo, el tipo efectivo medio del impuesto de sociedades ha ca¨ªdo al 10% cuando antes de la crisis y de las rebajas fiscales era del 20%. Esta es adem¨¢s la media; los grandes grupos empresariales solo pagan el 7%, mientras que el resto de empresas tributan al 13,8%.
Desde CC OO estamos planteando la necesidad de una reforma fiscal en profundidad que proporcione ingresos suficientes, revirtiendo las rebajas anteriores, y plantee un reparto m¨¢s justo de la contribuci¨®n fiscal. En este sentido, proponemos que, en general, todas las figuras impositivas se simplifiquen eliminando deducciones en base y cuota que, por lo general, tienen un componente regresivo. Queremos que nuestro sistema fiscal sea progresivo y justo, y para ello la imposici¨®n directa tiene que ganar peso en la recaudaci¨®n. Con este fin, la aportaci¨®n de las rentas del capital debe aumentar en el IRPF y empezar a converger con la aportaci¨®n de las rentas del trabajo. El impuesto de sucesiones y donaciones debe tener una contribuci¨®n m¨ªnima, independientemente de la comunidad aut¨®noma que lo recaude, al igual que el impuesto de sociedades, cuyo m¨ªnimo debe establecerse sobre el resultado contable y no sobre la base imponible. Hay que reestructurar la imposici¨®n sobre el consumo haciendo que bajen los tipos de los bienes relacionados con el hogar y elevando los relacionados con el turismo. Necesitamos un impuesto sobre las transacciones financieras, y no solo sobre la compra de acciones de los ahorradores medios, y medios suficientes para luchar contra el fraude fiscal.
Unai Sordo Calvo es secretario general de CC OO
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