Estados y bancos centrales se quedan sin munici¨®n para hacer frente a otra crisis
Diez a?os despu¨¦s del inicio de la Gran Recesi¨®n, el exceso de deuda, los populismos y una pol¨ªtica monetaria sobrecargada har¨¢n que sea m¨¢s dif¨ªcil combatir una reca¨ªda
Se desconoce qu¨¦ desatar¨¢ otra crisis. El proteccionismo, los desequilibrios de China, Italia, las subidas de tipos de la Fed, los emergentes, la deuda no bancaria, la sobrevaloraci¨®n de la Bolsa de EE UU... Cualquiera podr¨ªa desencadenarla. Pero lo que s¨ª saben las autoridades econ¨®micas es que la artiller¨ªa disponible para combatir la siguiente recesi¨®n ser¨¢ mucho menor. La elevada deuda p¨²blica, una pol¨ªtica monetaria sobrecargada, el envejecimiento de la poblaci¨®n, los escasos repuntes de la productividad, unos salarios devaluados y un escenario pol¨ªtico marcado por el populismo pueden dejar poco margen de respuesta frente a una reca¨ªda.
¡°Un submarino que ha soltado todo el lastre y al que no le queda agua que desaguar para permanecer a flote¡ Si llega una recesi¨®n, estamos as¨ª: nos resta muy poco de lo que tirar para reactivar de nuevo la econom¨ªa¡±, con esa met¨¢fora dibujaba la situaci¨®n un miembro de un banco central en una conversaci¨®n informal. El principal escenario que manejan todos los organismos es que la econom¨ªa seguir¨¢ creciendo. Pero eso s¨ª, lo har¨¢ a un ritmo cada vez menor. Y tan pronto como la actividad se mueva a tasas muy bajas, el riesgo de que cualquier cosa lo pare es mucho mayor. En estos momentos los factores que podr¨ªan hacer descarrilar el crecimiento se acumulan a la puerta. ¡°Por ejemplo, Italia es una amenaza real. Tiene que financiar 270.000 millones el a?o que viene. Los bancos transalpinos ya est¨¢n muy cargados de deuda p¨²blica. ?Qui¨¦n se va a atrever a comprarla si pierde el apoyo del banco central?¡±, sostiene Lorenzo Bernaldo de Quir¨®s, presidente de la consultora Freemarket.
El endeudamiento p¨²blico es el primer problema. Durante la Gran Recesi¨®n se respondi¨® a una crisis de deuda con m¨¢s deuda. ¡°Ahora incluso hay todav¨ªa m¨¢s porque tambi¨¦n se ha sumado la de China¡±, se?ala el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez. En Espa?a, la deuda privada ha descendido. Pero la p¨²blica ha aumentado y el agregado se ha quedado casi como estaba antes. La deuda exterior, esa que hay que refinanciar peri¨®dicamente en los mercados internacionales, sigue en unos de de los niveles m¨¢s altos del mundo, cerca del 85% del PIB. En volumen representa la segunda mayor deuda externa del mundo tras la de Estados Unidos.
Incluso si es cierto que las empresas y familias han saneado sus cuentas y que no hay d¨¦ficit con el exterior, en Espa?a todav¨ªa hay un agujero presupuestario del 3% del PIB. Bastar¨ªa con un peque?a recesi¨®n para que se volviese a disparar el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica. De ah¨ª que todos los organismos insten a tomar medidas ahora que se puede. El pasado mi¨¦rcoles, el gobernador del Banco de Espa?a pidi¨® que se aprovechase la coyuntura favorable para ganar margen presupuestario frente a los vaivenes del ciclo.
En el anterior ciclo adverso, la respuesta fue de los bancos centrales. Antes de la Gran Recesi¨®n, la deuda p¨²blica comprada por el BCE era inexistente. Ahora posee en torno al 23% del PIB de la zona euro. Y su regulaci¨®n no le permite comprar m¨¢s del 33% de la emisi¨®n de un pa¨ªs. En cuanto haya otra crisis se estar¨¢ cerca de ese l¨ªmite. ¡°En Estados Unidos ya est¨¢n desandando el camino de las pol¨ªticas monetarias ultralaxas, no tanto porque haya inflaci¨®n sino porque les da miedo que llegue una crisis y no tengan capacidad de maniobra. Me temo que en Europa no llegaremos¡±, explica el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada Josep Oliver.
Esta misma semana, en una entrevista a Bloomberg, Andrew Bosomworth, director de PIMCO, uno de los mayores compradores de deuda p¨²blica del mundo, indic¨® que el BCE empezar¨¢ a subir tipos justo cuando las condiciones globales sean menos favorables. ¡°No creo que en Europa se coloquen muy por encima del cero¡±, afirm¨®. De paso por Madrid hace un par de semanas, el economista jefe del BCE, Peter Praet, reconoci¨® el escaso margen, y record¨® que siempre se podr¨ªa recurrir a las pol¨ªticas no convencionales. ¡°Puede modificarse el techo a la compra de deuda y disparar el balance adquiriendo t¨ªtulos como en Jap¨®n¡±, apunta Jos¨¦ Carlos D¨ªez. La deuda p¨²blica all¨ª alcanza ya dos veces y media el PIB. La nipona es, adem¨¢s, un ejemplo de econom¨ªa zombi en la que la deuda y la falta de reformas lastran cualquier repunte de la actividad.
Aun as¨ª, en el BCE habr¨ªa que sortear los obst¨¢culos pol¨ªticos. Los alemanes, hartos de sufrir remuneraciones muy bajas por sus ahorros, podr¨ªan ponerlo dif¨ªcil. ¡°Esto no es gratis, hincha los precios de los activos creando burbujas y comporta adem¨¢s serias repercusiones redistributivas, alimentando la desigualdad¡±, dice Oliver. Si todo esto ya fue motivo de arduas discusiones durante la crisis, ?por qu¨¦ no otra vez?
Incertidumbre pol¨ªtica
En tanto que exista margen pol¨ªtico siempre se podr¨¢ responder, coinciden los economistas consultados. Pero ah¨ª depende del optimismo que cada uno tenga sobre la capacidad de reacci¨®n de la UE. Europa deber¨ªa ya haber aprendido la lecci¨®n de c¨®mo se autoinfligi¨® una crisis por arrastrar los pies. Adem¨¢s, ahora existen instrumentos como el mecanismo de rescate europeo, que servir¨ªa de flotador. El BCE tambi¨¦n podr¨ªa comprar deuda de un pa¨ªs siempre que este pida un programa de rescate.
Sin embargo, el contexto pol¨ªtico no presagia nada bueno. En Alemania cada vez hay m¨¢s ciudadanos que votan a la derecha populista y que, en su reduccionista visi¨®n de Europa, est¨¢n hartos de pagar por los pa¨ªses del sur. E Italia ha lanzado un ¨®rdago directo a la disciplina fiscal necesaria para convivir dentro del euro. Como hemos aprendido de la crisis soberana, los mecanismos de ayuda exigen reconocer la p¨¦rdida de soberan¨ªa. Y eso no es algo que un Gobierno ceda a la ligera. ¡°El problema es que el BCE no puede por sus estatutos comprar deuda de manera asim¨¦trica para ayudar puntualmente¡±, explica ?lvaro Nadal, que sufri¨® este hecho cuando era jefe de la oficina econ¨®mica de Rajoy.
La falta de preparaci¨®n de la zona euro podr¨ªa hacer que una recesi¨®n suave se convierta en algo peor. Incluso podr¨ªa reeditarse la crisis del euro al tener que gestionarse entre unos gobiernos cada vez m¨¢s polarizados y populistas. En general, todos los analistas subrayan que ser¨¢ dif¨ªcil gestionar un paquete de est¨ªmulo conjunto, tanto en la UE como en el mundo. Unos gobiernos d¨¦biles y populistas, dicen, tendr¨¢n enormes dificultades para tomar medidas o hacer reformas, m¨¢xime con unos electorados todav¨ªa castigados por la crisis y las devaluaciones salariales.
Podr¨ªa suceder, adem¨¢s, que una guerra comercial o de divisas impidiese a los pa¨ªses en peores condiciones salir de la recesi¨®n exportando. La falta de cooperaci¨®n podr¨ªa dar la puntilla. Por ejemplo, en 2008 la Reserva Federal de EE UU proporcion¨® d¨®lares a los bancos europeos para salvarlos de la quiebra. Ahora tendr¨ªa que pedir permiso al presidente Trump para hacerlo.
Una demograf¨ªa adversa que tampoco ayuda
El economista jefe del BCE, Peter Praet, se?al¨® en Madrid que el escaso margen del que dispone el eurobanco empeorar¨¢ a¨²n m¨¢s por el envejecimiento de la poblaci¨®n. Este fen¨®meno provoca un declive de la fuerza laboral; una ralentizaci¨®n de la innovaci¨®n y por tanto de la productividad; un mayor ahorro y, en consecuencia, un menor consumo hasta el momento de la jubilaci¨®n. Al haber menos trabajadores, menos productivos y que consumen menos, el crecimiento potencial de la econom¨ªa disminuye. A su vez, un crecimiento m¨¢s lento hace que los tipos de inter¨¦s sean m¨¢s bajos.
Adem¨¢s, en la medida en que el baby boom sigue ahorrando para su jubilaci¨®n, este brinda una oferta masiva de liquidez que tira hacia abajo de los tipos reales de mercado. Es decir: si los tipos ya de por s¨ª son reducidos, el envejecimiento hace que cueste subirlos. Y ello deja menos margen para aplicar est¨ªmulos. Por si fuera poco, conforme empiece a retirarse el baby boom, en Espa?a all¨¢ por 2023, el gasto y la deuda p¨²blica se resentir¨¢n.
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