La salsa que no pica en Espa?a
Tabasco lamenta la baja demanda de su producto en el pa¨ªs y destaca el ¨¦xito en el mercado internacional de su salsa a base de chile molido y sal
![Plantaciones de chile en Avery Island (Luisiana) del grupo McIlhenny.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WKAZTDRM6H7WPW4RMUNB33EZEA.jpg?auth=c243f3758d7786bd1e1d0e7b0a64a77bdd2db1029d73d09de6a58e337e7ba061&width=414)
Se imaginan un helado, un postre dulce, chocolate o la fruta de la cuenca mediterr¨¢nea con sabor a salsa de chile? Esa es la propuesta m¨¢s innovadora del grupo McIlhenny en Espa?a. Una arriesgada estrategia que pretende ganar m¨¢s adeptos para la ic¨®nica salsa de Tabasco, creada hace ahora 150 a?os y que ha consagrado a la familia propietaria de la marca como la embajadora del picante en todo el mundo.
El vicepresidente ejecutivo del grupo, Harold Osborn, quinta generaci¨®n de este legendario negocio familiar que emplea a 200 trabajadores, se queja de que en Espa?a la salsa ¡°se usa solo en determinados platos y con pocas gotas¡±. Lo que no ocurre en otros pa¨ªses del mundo, desde su primer consumidor, Estados Unidos, seguido de Jap¨®n; hasta el continente europeo, Asia, Australia y m¨¢s recientemente Dub¨¢i, escenarios en los que el recetario para este producto es bastante m¨¢s diverso.
En Espa?a, con una cuota de mercado de salsas picantes del 35%, el grupo pretende crecer evangelizando el mercado a golpe de nuevas recetas en las que aplicar las 720 gotas que componen la ic¨®nica botella etiquetada en 25 idiomas. ¡°Trabajamos por un cambio de mentalidad del consumidor, pero no es f¨¢cil educar a la gente. Queremos ense?ar a usar el Tabasco en Espa?a. Todo un reto que busca nuevos sabores, adem¨¢s de potenciar los de la interesante cocina mediterr¨¢nea¡±.
La conquista del paladar se convierte as¨ª en el objetivo de esta compa?¨ªa, que factur¨® 200 millones de d¨®lares en 2014, seg¨²n el peri¨®dico anglosaj¨®n Daily Mail, cifra que ni confirma ni desmiente la familia. De hecho el vicepresidente, al mando de la compa?¨ªa, revela ¨²nicamente el crecimiento de un d¨ªgito en el mercado espa?ol y mundial para este ejercicio, as¨ª como un volumen de exportaci¨®n del 50% de sus producciones: ¡°Fabricamos 700.000 botellas de 60 mililitros al d¨ªa, la misma cantidad que mi tatarabuelo, Edmund McIlhenny, creador en 1868 del picante rojo, produc¨ªa en todo un a?o¡±. Cifras que les permiten controlar el 25% del mercado del picante a nivel internacional.
Factura 200 millones y sigue siendo una empresa familiar de 200 trabajadores
Y lo hacen desde las mismas plantaciones que hace un siglo y medio, de Avery Island, en Luisiana (EE UU), un lugar privilegiado del pa¨ªs por sus especiales condiciones de humedad. Desde all¨ª se centraliza la producci¨®n del chile rojo. Esta reporta la mayor parte de los ingresos a los inventores del tabasco, pero tambi¨¦n representa el tal¨®n de Aquiles de la compa?¨ªa. Las incidencias asociadas al cambio clim¨¢tico global, as¨ª como los huracanes Katrina, Rita o Matthew, provocaron el traslado de su producci¨®n hasta Canad¨¢, Venezuela y Reino Unido. ¡°Hoy toda la producci¨®n se encuentra de nuevo en Avery Island, pero es muy dif¨ªcil luchar contra la naturaleza, por lo que no descartamos volver a producir en Latinoam¨¦rica¡±, asegura Harold Osborn, que tambi¨¦n es ingeniero en Ciencias Ambientales.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BMDUTJITV3DNH7WOMAJQDC6CL4.jpg?auth=97c6c107cc98102d0b39a8a18579ab338e5a27223bb20e6cab17087f6c7428b1&width=414)
Cultivo itinerante
Conscientes de que la naturaleza no juega a su favor y de que ¡°vendr¨¢n otros huracanes¡± han convertido una costumbre en ley familiar. Cada a?o, para salvaguardar su bien m¨¢s preciado de una cat¨¢strofe medioambiental que les abocar¨ªa a una dif¨ªcil posici¨®n, uno de los miembros de la saga selecciona personalmente las mejores plantas y sus semillas y las deposita en la c¨¢mara de un banco de Avery Island, donde esperan a ser plantadas en la pr¨®xima cosecha.
Todas las medidas son pocas para preservar el preciado chile rojo y el negocio que genera, cuyo ¨¦xito reside, seg¨²n el ejecutivo del grupo McIlhenny, en ¡°mantener el legendario estilo de elaboraci¨®n¡±, ampliando controles de calidad en todo el proceso artesanal, desde la selecci¨®n de semillas, el cultivo, la mezcla del chile molido con la sal, su maceraci¨®n en barricas de roble (anteriormente de Jack Daniels) durante tres a?os y solo despu¨¦s una cantidad no confesada de vinagre, administrada por un miembro de la familia. ¡°Y todo desde una propuesta saludable que no contiene qu¨ªmicos, ni conservantes, ni condimentos y es baja en sal¡±.
Fabrica 700.000 botellas al d¨ªa, la misma cantidad que produc¨ªa en un a?o en 1868
Y en segundo lugar ¡°la gesti¨®n en las relaciones familiares y laborales¡±. Hoy son cuatro familias las descendientes (hasta sexta generaci¨®n), que colaboran sin apartarse de la disciplina que impone conocer el negocio ¡°desde abajo¡±. El propio Osborn, despu¨¦s de trabajar para el Gobierno de EE UU y ser directivo de una petrolera, comenz¨® arremang¨¢ndose y cavando zanjas. ¡°La gesti¨®n de las personas y de su felicidad es esencial para generar el mejor producto y eso incluye ser uno m¨¢s ¡ªasegura¡ª, especialmente en un negocio absolutamente artesanal y que da trabajo a generaciones completas de la regi¨®n. Es una responsabilidad para todos mantener el apellido en una etiqueta durante siglo y medio¡±.
Despu¨¦s de estar estos d¨ªas en Dub¨¢i, Nueva York, Londres y visitar Australia y China, adelanta que ya se est¨¢n haciendo pruebas para desarrollar diferentes productos y lanzar al mercado dos salsas nuevas que completen la gama de las seis que existen actualmente en el mercado: una peruana y otra ahumada con vinagre bals¨¢mico. Adem¨¢s, McIlhennys Company pretende potenciar el comercio electr¨®nico y su presencia en grandes superficies para satisfacer tanto la demanda en las tiendas como la online, a¨²n reducida. Todo ello con el objetivo de ampliar una base de clientes entre los que ya figuran, adem¨¢s de hoteles, restaurantes y cafeter¨ªas, la aviaci¨®n, el ej¨¦rcito estadounidense, canadiense o varias estaciones espaciales. Ni una alacena sin su botella, para posicionar a la joya del negocio que naci¨® envasada en botellas de perfume para enchilar al mundo.
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