Inversiones complicadas en 2019
La aversi¨®n al riesgo seguir¨¢ inhibida por las incertidumbres que pesan sobre la econom¨ªa
Arranca 2019 con una mala herencia financiera y la certeza de que las condiciones monetarias no ser¨¢n m¨¢s favorables que en el pasado, desde luego en la eurozona. No solo los ahorradores individuales, sino los gestores profesionales, seguir¨¢n encontrando serias dificultades para hallar activos susceptibles de generar rendimientos favorables. La f¨¢cil receta de la diversificaci¨®n se encuentra nublada por unas expectativas poco favorables en la pr¨¢ctica totalidad de categor¨ªas de activos.
La herencia es suficientemente explicita. El pasado ha sido uno de los peores a?os en el comportamiento de los activos de renta variable. La pr¨¢ctica totalidad de los ¨ªndices burs¨¢tiles relevantes han sufrido depreciaciones de dos d¨ªgitos, explicados por esa acumulaci¨®n de factores adversos que no han desaparecido con el a?o. Entre ellos, como punto de partida, las valoraciones elevadas en algunas acciones con incidencia importante en los ¨ªndices, el endurecimiento de la pol¨ªtica monetaria de la Reserva Federal y el menor activismo estimulador del BCE, los obst¨¢culos a las exportaciones de las empresas consecuentes con las tensiones comerciales abiertas por EE UU, la reducci¨®n de las posibilidades de aumento de los beneficios empresariales, o el aumento de la deuda p¨²blica y privada global.
Algunos de esos factores ayudan a explicar las peores expectativas de crecimiento de la econom¨ªa mundial en el nuevo a?o. Con apenas excepciones, ninguna entre las econom¨ªas m¨¢s relevantes en la escena global, todas crecer¨¢n menos. Desde luego las avanzadas, pero tambi¨¦n la segunda locomotora mundial, China. Esta tendr¨¢ que seguir digiriendo su nivel de endeudamiento al tiempo que sortear la guerra comercial y tecnol¨®gica abierta por el presidente estadounidense. La eurozona, por su parte, crecer¨¢ significativamente menos que el promedio, con problemas espec¨ªficos como la adaptaci¨®n a ese inicio de la normalizaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria del BCE que tiene en la ausencia de compras de t¨ªtulos de deuda su principal episodio. El hoy incierto desenlace sobre el Brexit tampoco favorece los planes de crecimiento de las empresas europeas, como no lo hacen las dudas sobre la salud de algunos bancos.
Ante ello, los inversores no lo tendr¨¢n m¨¢s f¨¢cil que en el pasado. La aversi¨®n al riesgo seguir¨¢ inhibida por esos factores sobre los que la informaci¨®n disponible no es precisamente favorable, en el mejor de los casos. En el peor, los desenlaces en t¨¦rminos del crecimiento del beneficio de las empresas, no invitan a la apuesta compradora. En el m¨¢s probable, la volatilidad, el comportamiento err¨¢tico de los precios de las acciones y de los bonos, seguir¨¢ condicionando las expectativas de los inversores. Pero tambi¨¦n del com¨²n de los agentes econ¨®micos, aunque su conexi¨®n con las finanzas sea ¨²nicamente la de procurar atender la deuda contra¨ªda en el pasado.
La mera posibilidad de que el BCE, adem¨¢s de cesar en sus apoyos a la deuda p¨²blica, siga el camino de sus colegas en la elevaci¨®n de los tipos, no favorece precisamente el apetito por el riesgo. Desde luego en aquellos cuyas rentas salariales siguen sin apenas incrementos. La dificultad para atender simult¨¢neamente el servicio de la deuda y generar ahorro destinado a la inversi¨®n, a la preparaci¨®n de la jubilaci¨®n, seguir¨¢ siendo un empe?o harto dif¨ªcil para el com¨²n de los ciudadanos de nuestro pa¨ªs. La inestabilidad financiera, el comportamiento de los ¨ªndices de los mercados de acciones, de bonos o de materias primas, le preocupar¨¢ en la medida en que impacte en la empresa donde trabaja. Que no es poco.
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