Globalizaci¨®n, independencia y soberan¨ªa, seg¨²n Draghi

La globalizaci¨®n entendida como el incesante proceso de integraci¨®n de la econom¨ªa mundial est¨¢ desencajando las relaciones entre los poderes econ¨®micos y las instituciones pol¨ªticas. La eclosi¨®n de grandes corporaciones tecnol¨®gicas, financieras e industriales ha empeque?ecido la soberan¨ªa de los estados que ven cada d¨ªa m¨¢s menguada su capacidad de protecci¨®n de los ciudadanos.

Este fen¨®meno ha sido analizado por Mario Draghi, presidente del BCE, en una relevante conferencia, La soberan¨ªa en un mundo globalizado, en la Universidad de Bolonia el pasado 22 de febrero. El economista italiano aparc¨® por un momento los tipos de inter¨¦s para ir al meollo de las preocupaciones y contradicciones en que viven los europeos: por una parte aprecian los beneficios de la integraci¨®n econ¨®mica y monetaria, con un 75% a favor del euro, y por otra, reducen su confianza en la Uni¨®n Europea que ha ca¨ªdo al 42%, frente al 57% en 2007.

Draghi sostuvo que la tensi¨®n entre integraci¨®n econ¨®mica y cooperaci¨®n pol¨ªtica es alimentada por la falsa idea de que para lograr un mayor control sobre sus vidas los ciudadanos deben aflojar el f¨¦rreo control de las estructuras pol¨ªticas europeas. En su opini¨®n el error est¨¢ en confundir independencia y soberan¨ªa.

Para Draghi la verdadera soberan¨ªa no reside en el poder de hacer leyes, "sino en un mayor control de los acontecimientos para responder a las necesidades fundamentales de los ciudadanos". Acudi¨® al pensador ingl¨¦s John Locke, para definir estas necesidades como "la paz, la seguridad y el bien p¨²blico". El jefe del BCE sintetiz¨®: la capacidad de adoptar decisiones de manera independiente no asegura tal control. En otras palabras, "la independencia no garantiza la soberan¨ªa".

En un contexto de creciente intensificaci¨®n de los flujos de capitales, competencia desleal y destrucci¨®n del medio ambiente, Draghi afirm¨® que la cooperaci¨®n entre estados en el marco de la UE, estableciendo normas comunes, ha sido la respuesta "para recuperar la soberan¨ªa". Consider¨® que "el hecho de disponer de un poder reglamentario a nivel de la UE permite a los Estados miembros ejercer una verdadera soberan¨ªa en los campos de la fiscalidad, de la protecci¨®n de los consumidores y de las normas sociales".

Las dudas surgen por la debilidad de esta cooperaci¨®n. Un informe de Oxfam V¨ªa Libre, recoge que en 2015 las grandes multinacionales trasladaron 600.000 millones de d¨®lares de sus beneficios a para¨ªsos fiscales, un 30% dentro de la UE. Las p¨¦rdidas de recaudaci¨®n para Espa?a, Francia, Italia y Alemania, fueron 35.100 millones.

A pesar del proteccionismo de Trump y la guerra comercial con China la globalizaci¨®n ha venido para quedarse. Recordemos que 30 millones de empleos en Europa dependen de las exportaciones y la transmisi¨®n de los avances tecnol¨®gicos es dif¨ªcilmente parable. La respuesta est¨¢ en avanzar en la cooperaci¨®n entre estados si queremos mantener la democracia, el Estado de bienestar y un planeta vivible.