Espa?a se prepara para que EE UU castigue las inversiones en Cuba
Trump prev¨¦ reactivar la pr¨®xima semana la pol¨ªtica de penalizaciones a empresas europeas con intereses en la isla
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Espa?a se prepara para afrontar un contencioso diplom¨¢tico y comercial con Estados Unidos. La Administraci¨®n de Donald Trump tiene previsto reactivar la pr¨®xima semana la pol¨ªtica de penalizaciones a empresas europeas con intereses en Cuba, la conocida como ley Helms Burton, que lleva m¨¢s de 20 a?os congelada. Esta herramienta, que permite reclamar da?os en los tribunales estadounidenses a cualquier firma que se haya asociado con otra cubana para hacer negocio en la isla, amenaza con desencadenar miles de litigios judiciales. El Gobierno ha expresado a Washington su malestar por esta decisi¨®n.
La beligerancia con la que Trump entiende su relaci¨®n con la UE encona particularmente las relaciones comerciales. Al permitir que cualquier empresa o particular estadounidense denuncie en su pa¨ªs a firmas que hayan utilizado terrenos expropiados con la llegada de la revoluci¨®n cubana, en 1959, Estados Unidos abre una caja de Pandora de consecuencias imprevisibles. Washington ya ha hecho saber tanto al Gobierno como a la UE que esa palanca se activar¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, seg¨²n fuentes gubernamentales y comunitarias consultadas por este diario.
La medida puede afectar de manera particular a las firmas espa?olas instaladas en Cuba. Espa?a es el pa¨ªs con m¨¢s empresas mixtas (surgidas de colaboraci¨®n con sociedades cubanas) y m¨¢s sucursales implantadas en la isla, con una destacada presencia en el turismo y los servicios, seg¨²n datos del Ministerio de Exteriores. Un 71% de las habitaciones controladas por cadenas extranjeras est¨¢n en manos de inversores espa?oles. Pese a todo, en cifras globales, las cantidades invertidas no son voluminosas (Cuba ocupa el n¨²mero 53 en la lista de destinatarios de inversi¨®n espa?ola en el exterior, con unos 300 millones de euros anuales).
El gran riesgo de esta medida es que desencadene un alud de reclamaciones judiciales a ambos lados del Atl¨¢ntico. En su momento, el Gobierno estadounidense estim¨® que reactivar el t¨ªtulo 3 de la ley Helms Burton abrir¨ªa la puerta a unos 200.000 casos, seg¨²n informa Reuters. Las demandas presentadas ¡ªen la actualidad inactivas porque la norma no est¨¢ en vigor¡ª rondan las 6.000. Las fuentes consultadas consideran dif¨ªcil estimar la viabilidad de estos recursos. Lo que resulta muy probable es una cascada de demandas y contrademandas. Porque Bruselas tiene una herramienta que respalda a cualquier empresa europea v¨ªctima de este procedimiento para acudir a los tribunales del continente y reclamar a su vez compensaciones a la firma estadounidense que la haya demandado. Todo un embrollo judicial.
Efecto en Venezuela
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, trat¨® de disuadir a su hom¨®logo estadounidense, Mike Pompeo, en la reuni¨®n que mantuvieron a principios de abril en Washington. ¡°Espa?a y la UE est¨¢n en contra de esa aplicaci¨®n, porque entendemos que hay un acuerdo que prev¨¦ una renovaci¨®n permanente y sistem¨¢tica cada seis meses de la no aplicaci¨®n de este cap¨ªtulo¡±, se?al¨® entonces el ministro. Tambi¨¦n la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstr?m, y la alta representante para la Pol¨ªtica Exterior de la UE, Federica Mogherini, han planteado sus objeciones a las autoridades estadounidenses.
Aun as¨ª, esta misma semana dos representantes de la Administraci¨®n Trump han trasladado que no hay mucho m¨¢s que hacer. El representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, desliz¨® a sus interlocutores en Exteriores y en La Moncloa que la Casa Blanca estaba decidida a dar el paso adelante. Pese a que este contencioso no tiene nada que ver con el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, Washington entiende que cualquier castigo a Cuba ¡ªaunque este es indirecto, a trav¨¦s de empresas extranjeras¡ª contribuye a asfixiar a Maduro. Casi al mismo tiempo que se produc¨ªan estas reuniones en Espa?a, los representantes de los 28 Estados de la UE se reunieron en Bruselas con un alto cargo del Departamento de Estado estadounidense. La advertencia fue similar.
El pr¨®ximo jueves, el consejero estadounidense de Seguridad Nacional, John Bolton, tiene previsto anunciar la medida de castigo a las firmas europeas. Ese d¨ªa vence el plazo para que el presidente comunique al Congreso de su pa¨ªs si sigue congelada ¡ªcomo ha ocurrido desde 1998¡ª la medida aprobada en el mandato de Bill Clinton o la reactiva (el escenario m¨¢s probable).
Silencio entre las empresas espa?olas m¨¢s afectadas
Las firmas espa?olas m¨¢s afectadas por un posible castigo estadounidense evitan, de momento, ponerse en el peor escenario. Frente a la preocupaci¨®n m¨¢s o menos expl¨ªcita que han expresado estos d¨ªas tanto el Gobierno como la Uni¨®n Europea ante la posibilidad de tener que lidiar de nuevo con la ley Helms Burton, las compa?¨ªas han guardado silencio. EL PA?S ha intentado sin ¨¦xito recabar la valoraci¨®n de algunas de las m¨¢s expuestas en la isla.
Las principales cadenas hoteleras tienen intereses en Cuba. Entre ellas figuran Meli¨¢, Iberostar, Barcel¨®, Globalia, Sercotel, H10, Valent¨ªn, NH, Blau y Roc, seg¨²n la ficha sobre intereses espa?oles en Cuba elaborada por Exteriores a finales del a?o pasado. Hay, en total, 45 empresas mixtas (hispanocubanas), dos proyectos de cooperaci¨®n, 60 contratos de administraci¨®n, seis contratos de asociaci¨®n y uno a riesgo, de acuerdo con ese documento.
La UE se reserva una medida de represalia si Estados Unidos finalmente pone en marcha su amenaza. El club comunitario renunci¨® a mantener viva la reclamaci¨®n que hizo en su d¨ªa ante la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) tras el compromiso estadounidense de suspender esta medida de penalizaci¨®n. El pacto, plasmado en un memorando de entendimiento, se alcanz¨® en 1998 y enterr¨® el caso europeo ante este tribunal comercial. Bruselas tiene intenci¨®n de presentar de nuevo el caso. Aunque Washington da a entender que el impacto real en las firmas europeas ser¨¢ limitado, las instituciones comunitarias no pueden aceptar el principio de sanciones extraterritoriales con el que Washington pretende castigar en su territorio a firmas ajenas a su jurisdicci¨®n.
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