Europa tan solo se beneficiar¨¢ moderadamente de la reactivaci¨®n econ¨®mica de China
La frustraci¨®n de los inversores que no aciertan en sus previsiones sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa europea proviene de una doble dificultad. La primera es que la econom¨ªa europea est¨¢ muy orientada al exterior. Excluyendo el comercio intracomunitario, el intercambio de bienes entre la Uni¨®n Europea y el resto del mundo representa en torno al 15 % del comercio mundial de bienes, lo que convierte a la UE en la primera potencia comercial a escala internacional, pero tambi¨¦n en una econom¨ªa cuya salud guarda una estrecha correlaci¨®n con la del resto del mundo. Aproximadamente el 20 % del PIB de la UE depende de sus exportaciones. Por tanto, resulta imposible prever adecuadamente la trayectoria futura del crecimiento europeo si solo se tiene en cuenta a Europa.
La segunda dificultad responde a que China es el primer socio comercial de la UE despu¨¦s de Estados Unidos, y pocas cosas son m¨¢s dif¨ªciles de descifrar que la realidad de la din¨¢mica econ¨®mica china. As¨ª, si nos atuvi¨¦ramos a los datos oficiales, llegar¨ªamos a la conclusi¨®n de que la tasa de crecimiento de la econom¨ªa del gigante asi¨¢tico registra una trayectoria estable desde hace cuatro a?os, en torno al 6,4 %. La situaci¨®n real es totalmente diferente, y el cotejo de estos datos con los de sus socios comerciales ¡ªque hacen gala de una mayor transparencia¡ª evidencian que China acus¨® una marcada ralentizaci¨®n en 2015, seguida de una s¨®lida recuperaci¨®n en 2016 para finalmente experimentar una dr¨¢stica reca¨ªda en 2018.
As¨ª, cabr¨ªa preguntarse qu¨¦ puede esperar Europa de la din¨¢mica china en 2019 y, partiendo de esa base, cu¨¢les son las implicaciones para los mercados burs¨¢tiles.
El comportamiento del mercado de renta variable chino arroja un primer indicio, a menudo ¨²til, dado que refleja principalmente la percepci¨®n de los inversores locales, propensos a asumir riesgos y que muestran una gran sensibilidad a la coyuntura local. No obstante, el mercado interno chino se ha revalorizado un 28 % en lo que llevamos de a?o. Este considerable repunte compensa, en parte, la marcada ca¨ªda que experiment¨® en 2018 y refleja una evoluci¨®n desde una situaci¨®n de importante ralentizaci¨®n econ¨®mica ¡ªprobablemente similar a la de 2015, acentuada por la amenaza estadounidense de imponer sanciones comerciales¡ª a una coyuntura de impulso presupuestario y monetario mitigado ante la perspectiva de que las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos se salden de manera ?constructiva?. Por tanto, la situaci¨®n de China ha mejorado. Resulta probable que, en el peor de los casos, el pa¨ªs est¨¦ en fase de estabilizar su ritmo de actividad, lo que constituye una noticia positiva para nuestras exportaciones. As¨ª, resulta l¨®gico que los sectores c¨ªclicos del mercado burs¨¢til registren un excelente comportamiento desde principios de a?o.
??Implica esta coyuntura que estamos cerca de experimentar una r¨¦plica del movimiento que apuntal¨® la recuperaci¨®n europea en el periodo 2016-2017? Seguramente no. Cierto es que los datos oficiales chinos del primer trimestre podr¨ªan hacernos pensar que as¨ª es. El crecimiento del cr¨¦dito se aceler¨®, al igual que el ritmo de las inversiones, e incluso las ventas de autom¨®viles presentan indicios alentadores. Y as¨ª, ?oh sorpresa! El ritmo del crecimiento del PIB chino se situ¨® en el primer trimestre en un... 6,4 %. No obstante, si analizamos este dato en mayor detalle, veremos al menos dos elementos que nos invitan a moderar el optimismo: por un lado, la aceleraci¨®n del cr¨¦dito se vio apuntalada por un marcado uso de las cuotas asignadas por el Gobierno en base anual. Por tanto, el arsenal de est¨ªmulos econ¨®micos ha quedado en gran medida desabastecido: queda poco margen de maniobra para el resto del a?o. Por otro lado, los propios datos oficiales indican que el crecimiento del primer trimestre esconde una continuaci¨®n de la ralentizaci¨®n de la actividad nacional. El crecimiento se ha visto impulsado por las exportaciones. Por consiguiente, la actividad econ¨®mica china ?saca partido? del crecimiento mundial en mayor medida de lo que contribuye a ¨¦l, al menos por el momento. La locomotora es m¨¢s lenta de lo que parece.
Como suele ser habitual, los mercados de renta variable no se han detenido por el momento a analizar los matices: tras haber entrado en p¨¢nico a finales del a?o pasado ante la perspectiva de una recesi¨®n generalizada, muestran hoy su entusiasmo ante la posibilidad de un repunte contagioso. Sin embargo, el quid de la cuesti¨®n seguramente resida en los matices: la fuerza impulsora de China tendr¨¢ efectos positivos, aunque claramente modestos, por lo que solo beneficiar¨¢ de forma moderada a los exportadores europeos, m¨¢xime si un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos favorece a las importaciones provenientes del pa¨ªs norteamericano, como cabr¨ªa esperar. As¨ª, los valores c¨ªclicos europeos no se revalorizar¨¢n hasta cotas astron¨®micas en 2019.
Didier Saint-Georges, es miembro del Comit¨¦ de Inversi¨®n de Carmignac
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