India: el pa¨ªs de los ¡®bollygarcas¡¯ que vive de espaldas a las mujeres

Se tardan 14 horas en viajar en tren desde la capital de la India, Nueva Delhi, a su centro financiero, Bombay. La misma distancia entre las principales ciudades chinas, Pek¨ªn y Shangh¨¢i, se hace en cuatro horas. Mientras el vecino asi¨¢tico ha duplicado sus v¨ªas f¨¦rreas desde 1990, las de la India han seguido igual y su inversi¨®n ha sido tres veces menor. La mejora de una red de ferrocarriles lenta y obsoleta condiciona el ¨¦xodo de cientos de millones de personas a las ciudades y el equilibrio del desarrollo de la India rural y urbana, tambi¨¦n segregada en clases, castas, religiones y g¨¦neros. La mejora de las infraestructuras en las zonas m¨¢s abandonadas y la inserci¨®n laboral de las mujeres son aspectos vitales para que el pa¨ªs goce de un crecimiento sostenido.

Nacido hace 165 a?os, Indian Railways es el mayor empleador del pa¨ªs ¡ª1,4 millones de trabajadores¡ª, pero ha estado gestionado por el clientelismo pol¨ªtico. El alto impuesto a las mercanc¨ªas transportadas en tren ¡ªpara subvencionar pasajes a viajeros¡ª ha reducido al 30% los bienes distribuidos por esta red cuando el porcentaje era del 65% en 1970. La restricci¨®n afecta a la distribuci¨®n del carb¨®n; principal fuente de energ¨ªa en la India, aunque tres veces m¨¢s costoso y lento de transportar que en China, lo que frena el desarrollo industrial.

En 2018, el Gobierno invirti¨® 18.500 millones de euros para remodelar estaciones y v¨ªas f¨¦rreas, medida que corri¨® en paralelo a la eliminaci¨®n de las restricciones a la inversi¨®n extranjera, una decisi¨®n esta ¨²ltima no exenta de controversia por el temor a la privatizaci¨®n. ¡°El ferrocarril es el medio de transporte para las clases bajas. Su privatizaci¨®n aumentar¨¢ los pasajes de viajeros y el precio de los bienes de primera necesidad, lo que afectar¨¢ a todos los bolsillos¡±, explica el profesor em¨¦rito del Centro de Observaci¨®n e Investigaci¨®n Abhijit Mukopadyay.

Geograf¨ªa inabarcable

El mismo equilibrio exige el desarrollo sostenible de las poblaciones unidas por la red de ferrocarriles en la vasta y desigual geograf¨ªa del s¨¦ptimo pa¨ªs m¨¢s extenso del planeta. M¨¢s del 65% de los 1.250 millones de indios viven en pueblos, pero se estima que 404 millones de personas emigrar¨¢n a las ya superpobladas megal¨®polis del pa¨ªs hacia 2050. As¨ª, en 2015, el Gobierno cre¨® la misi¨®n Smart City para mejorar 100 ciudades medias con una inversi¨®n de 6.700 millones de euros. Sin embargo, un informe de expertos concluye, tras analizar las condiciones de chabolas de las urbes o la falta de agua potable en pueblos, que el plan no satisface las necesidades de la poblaci¨®n.

El desarrollo rural depende, en buena medida, del ¨¦xito de promesas como la construcci¨®n de 30 kil¨®metros de carreteras diarias, cientos de millones de retretes e infraestructuras que suministren a poblaciones remotas. ¡°Hay una red muy limitada para que el gas natural llegue a los consumidores, independientemente de lo que se produce¡±, explica el experto de ORF, Aparajit Pandey, en referencia a una posible desregulaci¨®n del gas natural para reducir la dependencia importadora. ¡°Para hacer que el gas natural sea una opci¨®n viable en la India, la infraestructura para tuber¨ªas tiene que ser mejorada e incrementada¡±.

La abismal brecha entre las urbes de los bollygarcas ¡ªmezcla de Bollywood, industria del cine de Bombay, y oligarcas¡ª y las aldeas que bordean la pobreza extrema pasa por solucionar la perenne crisis del campo. Alrededor del 18% del PIB de la sexta econom¨ªa del planeta depende del sector agr¨ªcola, que reclama inversi¨®n p¨²blica y exenci¨®n de deudas para unas cosechas condenadas a calamidades y a la fluctuaci¨®n de precios. Ante el peso del voto de los 144 millones de labriegos indios (32% de la poblaci¨®n), la medida de los Gobiernos ha sido subvencionar la agricultura; incluido el del reacio Modi, que asign¨® 7.380 millones en planes de empleo para el sector con vistas a las elecciones.

Si los esfuerzos se redoblan para el desarrollo rural, m¨¢s velocidad a¨²n debe tomar la inclusi¨®n de la mujer india en la econom¨ªa, ya que solo el 27% participa en el mercado laboral. La violencia machista, ¡ªen proceso de erradicaci¨®n de fen¨®menos culturales como la dote o los feticidios femeninos¡ª ha truncado la educaci¨®n de generaciones de mujeres, ahondando la discriminaci¨®n y la brecha salarial. Pero la tendencia no augura cambios radicales. Seg¨²n la encuesta del Estudio Nacional de Estad¨ªstica (NSSO), m¨¢s j¨®venes de 15 a 19 a?os prefieren la educaci¨®n al trabajo prematuro, pero los datos para las edades de entre 20 y 24 a?os muestran menos mujeres en el mercado laboral. Estos datos ratifican el estudio del Banco Mundial sobre empleo femenino, que subraya que la reducci¨®n de trabajo en el campo no se corresponde con un aumento similar en actividades productivas no agr¨ªcolas en las ciudades.

¡°No solo la participaci¨®n laboral de la mujer es baja, tambi¨¦n su proporci¨®n en trabajos de ingresos elevados, altamente productivos y seguros; mientras que la relaci¨®n de mujeres es mayor en sectores agr¨ªcolas y en la producci¨®n informal¡±, explica Pallavi Choudhuri, investigadora del Consejo Nacional para el Estudio de la Econom¨ªa Aplicada (NCAER).