Los ayuntamientos reducen los tipos impositivos del IBI Urbana ante la buena situaci¨®n municipal

Es por ello por lo que, ante los l¨ªmites para hacer crecer el gasto impuestos por la regla de gasto, est¨¢n optando por derivar esa mejora financiera hacia una reducci¨®n de sus ingresos a trav¨¦s de bajadas en el tipo impositivo del IBI Urbana. De este modo, se observa una reducci¨®n continua de los tipos impositivos, que disminuyen, en media, un 5% entre 2015 y 2018, pasando de un tipo medio del 0,6224% aplicado en 2015 a uno del 0,5924% en 2018.

Estas bajadas han sido pr¨¢cticamente generalizadas en los municipios de todas las provincias[2], con disminuciones que en algunos casos superan los dos d¨ªgitos, como es el caso de Lugo y Soria.

Los tipos impositivos fijados para 2018 muestran que los municipios de las provincias que tienen menor tipo medio son: Pontevedra (0,47), Santa Cruz de Tenerife (0,48), A Coru?a (0,49), Soria (0,49) y Cantabria (0,50).

Por el contrario, los municipios con un tipo medio mayor se encuentran en las provincias de Alicante (0,71), Tarragona (0,70), C¨¢diz (0,69), Girona (0,69) y Barcelona (0,68), todas costeras y con un gran n¨²mero de municipios tur¨ªsticos, donde los tipos suelen ser m¨¢s altos, asociados a las mayores necesidades de servicios en los periodos vacacionales.

De las diez ciudades de mayor tama?o, solo dos no han reducido el tipo: M¨¢laga, que es la que tiene el tipo m¨¢s bajo, y Barcelona, que cuenta con el tipo m¨¢s elevado.

Destaca la importante reducci¨®n del tipo en Zaragoza, que experimenta una variaci¨®n de algo m¨¢s del 30% entre 2015 y 2018, situ¨¢ndose en este ¨²ltimo ejercicio como la segunda ciudad de las diez de mayor tama?o con el tipo m¨¢s bajo.

Esta reducci¨®n generalizada de tipos en las grandes ciudades es extensible a todos los municipios. Separando por tramos poblacionales se observa que, incluso en los m¨¢s peque?os, donde por el menor nivel de competencias el tipo ha tendido a estar situado m¨¢s cerca del m¨ªnimo legal (0,4%), se han practicado reducciones en los ¨²ltimos ejercicios.

En todo caso, esta bajada de tipos en los pueblos y ciudades espa?olas, no ha implicado una reducci¨®n de la presi¨®n fiscal. De hecho, la recaudaci¨®n por IBI Urbana creci¨® entre 2015 y 2017 debido a que, para el c¨¢lculo del recibo y la recaudaci¨®n, hay otros factores que se deben tener en cuenta, como si se ha practicado una revaloraci¨®n catastral o si han aumentado el n¨²mero de bienes inmuebles en el municipio. En todo caso, las reducciones de tipo han frenado el crecimiento del IBI, que crece a tasas m¨¢s bajas que el resto de recursos fiscales.

Por tanto, nos encontramos en un escenario en el que, dada la consolidaci¨®n de la mejora econ¨®mica, financiera y presupuestaria del sector local, los municipios pueden invertir sus super¨¢vits en infraestructuras que reviertan en los habitantes de dichos territorios. El control ejercido por la regla de gasto, para emplear dichos super¨¢vits en cuestiones corrientes, est¨¢ llevando a muchos ayuntamientos a optar por aligerar los tipos aplicados a los contribuyentes en el impuesto municipal por excelencia, sin que esto est¨¦ conllevando una reducci¨®n significativa de sus ingresos.

[1] La Ley Org¨¢nica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera establece un l¨ªmite al endeudamiento local del 3% del PIB, sin embargo, este se situ¨® a cierre de 2018 en el 2,1%sobre PIB.

[2] ?nicamente se dispone de datos para las provincias de R¨¦gimen Com¨²n.