La doble vida de la econom¨ªa espa?ola
Mientras los indicadores agregados siguen sonriendo, las alarmas se disparan en la industria
Mucho se ha escrito sobre si la econom¨ªa ha entrado en fase de desaceleraci¨®n o si, por el contrario, la expansi¨®n contin¨²a, aunque de manera m¨¢s moderada tras el rebote inicial de la recuperaci¨®n. Los datos macroecon¨®micos, con un crecimiento estimado todav¨ªa en torno al 0,6% durante el segundo trimestre, o un 2,3% anual ¡ª?m¨¢s del doble de la media europea, pero inferior al resultado de 2018¡ª, se prestan a ambas lecturas. Sin embargo, ese podr¨ªa ser un falso debate porque los hechos parecen avalar a la vez ambas tesis, lo que complica la tarea de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Y es que, por un lado, los servicios mantienen el pulso expansivo gracias al auge del consumo p¨²blico y privado y a la creaci¨®n de empleo. Los principales ¨ªndices de actividad siguen orientados al alza, en l¨ªnea con un crecimiento en los servicios de mercado, que roza el 3%. El turismo, aunque con registros algo menos boyantes, se beneficiar¨ªa del incremento del gasto medio por visitante extranjero. Tambi¨¦n en el resto de Europa el consumo, la creaci¨®n de empleo y la actividad en el sector de servicios se retroalimentan, en un bucle similar al espa?ol.
Otra cosa es la industria y buena parte del sector exportador, que parecen haber entrado en una fase de estancamiento, que tiene tintes de ser estructural. La producci¨®n manufacturera avanza un escaso 0,9% anual (con datos desestacionalizados hasta abril) como consecuencia del par¨®n del comercio internacional, que afecta sobremanera a este sector. Teniendo en cuenta la fuerte ca¨ªda de la cartera de pedidos industriales y el desplome del otro ¨ªndice avanzado de actividad en el sector hasta los m¨ªnimos registrados en 2013, las perspectivas no son nada halag¨¹e?as. El panorama es a¨²n m¨¢s sombr¨ªo en los principales pa¨ªses vecinos, donde los ¨ªndices avanzados apuntan a una contracci¨®n de la actividad industrial. El ¨²ltimo dato disponible para Alemania muestra una contracci¨®n de la actividad industrial del 2,5% en un solo mes. La industria tambi¨¦n cae, aunque algo menos, en Francia e Italia.
La industria del autom¨®vil es una de las m¨¢s afectadas por el declive, pero este se extiende poco a poco al resto de sectores. Una tendencia que se explica por la virulencia de la guerra comercial y la p¨¦rdida de confianza de las empresas en un entorno global cada vez m¨¢s incierto. La escalada arancelaria ya no parece ser un fen¨®meno puntual, y bastante normal durante las fases de negociaci¨®n internacional, que es cuando la presi¨®n se ejerce con m¨¢s hostilidad. Asistimos a una pugna tecnol¨®gica y geopol¨ªtica entre las dos principales potencias del planeta que conlleva la redefinici¨®n del marco multilateral, por lo que las turbulencias sin duda se prolongar¨¢n. As¨ª lo insinu¨® esta semana el propio Mario Draghi para justificar la prolongaci¨®n de las medidas ultraexpansivas del BCE.
Otro factor que pesa sobre la industria nacional y europea es la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico. Este es un imperativo ineludible por la toma de conciencia de la necesidad de reducir las emisiones de carbono. La transici¨®n tambi¨¦n ofrece una oportunidad hist¨®rica de reducir nuestra dependencia a la importaci¨®n de hidrocarburos y lograr una posici¨®n puntera en la producci¨®n de energ¨ªa renovable. Pero existen numerosas piedras en el camino de esa transici¨®n y la incertidumbre (cuando no contradicci¨®n) normativa no ayuda, como es el caso de la producci¨®n de veh¨ªculos di¨¦sel.
La divergencia entre los sectores m¨¢s expuestos a la competencia internacional y los que dependen de la demanda interna no es sostenible. En alg¨²n momento la restricci¨®n externa aparecer¨¢. Afortunadamente, ese punto no ha llegado, lo que deja un margen de maniobra para acciones preventivas como el fortalecimiento de la capacidad de adaptaci¨®n del tejido industrial espa?ol ante los desaf¨ªos comerciales, digitales y medioambientales, o un plan espec¨ªfico para sectores en gran dificultad como el autom¨®vil. Ante el car¨¢cter global de los cambios, tambi¨¦n se echa de menos una Europa que pase de su actual dedicaci¨®n cuasi-exclusiva de guardi¨¢n del cumplimiento de normas contables a la de actor proactivo de pol¨ªtica econ¨®mica.
Raymond Torres es director de coyuntura en Funcas. En Twitter: @RaymondTorres
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