Vicente Boluda, la ambici¨®n del naviero madridista
El empresario valenciano se ha convertido en l¨ªder mundial de remolque mar¨ªtimo con un grupo que facturar¨¢ este a?o m¨¢s de 800 millones de euros

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El imponente despacho de Vicente Boluda Fos (Valencia, 1955) est¨¢ decorado con pinturas marinas, maquetas de barcos, maderas nobles y, en un estante a la izquierda de la entrada, algunos trofeos del Real Madrid, el club que presid¨ª¨® en 2009. El empresario valenciano, de 64 a?os, acaba de convertirse en l¨ªder mundial de remolque mar¨ªtimo, la actividad principal de su grupo, un gigante naval dedicado tambi¨¦n al transporte de mercanc¨ªas, la gesti¨®n de terminales, el suministro de combustible y otros servicios en 29 pa¨ªses y 118 puertos.
El naviero representa a una clase particular de hombre hecho a s¨ª mismo. No empez¨® desde abajo, porque era rico de cuna, como su padre y hasta cierto punto su abuelo, pero ha convertido una empresa que en 1989 facturaba 21 millones de euros en un grupo global que en 2019, tras la reciente adquisici¨®n de la firma holandesa Kotug Smit Towage, superar¨¢ los 800 millones. Las ganancias se elevar¨¢n a unos 60 millones. ¡°No son compa?¨ªas que den muchos beneficios porque las amortizaciones son brutales. Un remolcador cuesta entre 10 y 12 millones, y todos los a?os tienes que comprar, como m¨ªnimo, 20 o 25 nuevos¡±, afirma. La divisi¨®n de remolcadores, unos barcos peque?os y muy potentes, claves en el tr¨¢fico portuario, representar¨¢ este a?o 510 millones de la facturaci¨®n del grupo. La dedicada al transporte mar¨ªtimo aportar¨¢ menos de la mitad, 210 millones, pero Boluda dice que es ¡°la que m¨¢s recorrido tiene¡±.
La corporaci¨®n opera en nueve de los 10 mayores puertos de Europa ¡ª¡°el d¨¦cimo que nos falta es el de Barcelona¡±¡ª, y est¨¢ ampliamente extendida por Am¨¦rica Latina y ?frica. ¡°En Estados Unidos no estamos porque consideran esta industria estrat¨¦gica. Solo podr¨ªamos tener el 27% de una compa?¨ªa, y todos los directores y consejeros tienen que ser norteamericanos, aunque ellos s¨ª pueden venir y comprarte el 100%¡±. De Venezuela se march¨® hace cuatro a?os, sugiere que debido al grado de corrupci¨®n. ¡°Era imposible. Lleg¨® un momento en que dije: ¡®Trabaje usted, yo no tengo ning¨²n inter¨¦s en estas cosas¡±.
El term¨®metro del comercio global que son las navieras empieza a reflejar unas d¨¦cimas de fiebre por la guerra arancelaria entre Washington y Pek¨ªn, y Boluda admite su preocupaci¨®n. ¡°Tienen que llegar a un equilibrio. Ni por supuesto tiene raz¨®n Estados Unidos, ni tampoco tiene toda la raz¨®n China. No se puede despedir a la gente de la industria en Estados Unidos y Europa y que luego, en algunos sectores, te invadan con lo que todos sabemos que es dumping. Si queremos tener los hospitales que queremos tener, los niveles salariales y el sistema de vida occidental, habr¨¢ que protegerlos un poco ante pa¨ªses tan voraces¡±, opina.
Ha cerrado recientemente la compra de Kotug Smit Towage por 300 millones
Boluda sufri¨® la desaparici¨®n de la industria naval en el primer mundo ante el empuje oriental. En 1999, compr¨® Uni¨®n Naval de Levante para especializarla en la fabricaci¨®n de remolcadores, pero la cerr¨® una d¨¦cada despu¨¦s ante la imposibilidad de competir, dice, sin subvenciones p¨²blicas, vetadas por Bruselas. ¡°La ¨²nica construcci¨®n naval que queda en Europa es la de buques de pasaje, grandes cruceros, en Alemania y Francia, y es porque todav¨ªa no tienen manos para confeccionar los interiores. El d¨ªa que tengan carpinteros, ebanistas y dem¨¢s se acabar¨¢¡±.
La sede de Boluda Corporaci¨®n Mar¨ªtima se encuentra donde en su d¨ªa se alz¨® el edificio de oficinas de Uni¨®n Naval. Destruido durante la Guerra Civil espa?ola por la aviaci¨®n alemana e italiana y reconstruido tras la contienda, Boluda lo adapt¨® hace 20 a?os como mascar¨®n de proa de su grupo. En el peque?o jard¨ªn de la entrada, un busto recuerda a su abuelo, que con solo 16 a?os fund¨® el negocio familiar.
A los 14, Vicente Boluda Mar¨ª (1904-1998) perdi¨® a su padre, v¨ªctima de la mort¨ªfera pandemia de gripe espa?ola, y hered¨® una parte en una f¨¢brica de curtidos. ¡°Como vio que all¨ª se lo com¨ªan sus primos, se la vendi¨® y se vino a trabajar con un t¨ªo que ten¨ªa una empresa de estiba en el puerto de Valencia¡±. En aquella ¨¦poca los barcos no atracaban en los muelles, construidos en terrapl¨¦n, sino que fondeaban en mitad de la rada. La mercanc¨ªa era cargada y descargada mediante unas barcazas arrastradas por remolcadores de vapor. A los 16, Boluda Mar¨ª invirti¨® el dinero obtenido con la venta de la f¨¢brica en comprar la mitad de uno de ellos. Dos a?os m¨¢s tarde hab¨ªa adquirido todos los remolcadores del puerto.
Su nieto y actual propietario del grupo cogi¨® el tim¨®n del mismo en 1982, con 28 a?os, tras haber estudiado Derecho en Madrid. ¡°La compa?¨ªa ten¨ªa entonces los puertos de Valencia y Cartagena, el 50% de Castell¨®n y 15 remolcadores, de los cuales 12 eran de madera¡±. Ahora tiene 370. Cuando su padre, que le hab¨ªa dejado paso debido a una enfermedad, se reincorpor¨® a mediados de los ochenta, Vicente Boluda cruz¨® el Mediterr¨¢neo y estableci¨® en Libia la primera base internacional del grupo. En la d¨¦cada siguiente, se lanz¨® a una r¨¢pida sucesi¨®n de compras de compa?¨ªas en dificultades con la intenci¨®n de reflotarlas. Algunas fueron arriesgadas, como Fuera Costa Ib¨¦rica, que adquiri¨® en 1990 por una peseta asumiendo una deuda de 36 millones de euros.
Presi¨®n de los bonistas
En unos a?os, Boluda lleg¨® a reunir 170 sociedades, que se han ido reduciendo a unas decenas mediante fusiones y extinciones. Pero es ahora cuando va a crear su primer consejo de administraci¨®n forzado por los bonistas que financian la adquisici¨®n de la holandesa Kotug Smit Towage, una operaci¨®n de 300 millones . El consejo se formar¨¢ solo en la cabecera de remolcadores del grupo, Boluda Towage and Salvage. En el resto se mantendr¨¢ como administrador ¨²nico, aunque acaba de poner en marcha una ¡°sucesi¨®n tranquila¡± en sus hijos Vicente e Ignacio.
Amigo de Juan Roig, presidente de Mercadona, y del rey Juan Carlos I, a quien ha alojado m¨¢s de una vez en su residencia de Navajas (Castell¨®n), Boluda posee tambi¨¦n Bodegas Fos. ¡°Un capricho¡±, dice. En 2015 compr¨® el 6,8% de la Cope, cuyo asiento en el consejo dej¨® en 2018 a Esther Pastor, su pareja. Y durante un lustro form¨® parte del comit¨¦ de transparencia del Instituto para las Obras de Religi¨®n, el banco vaticano, un organismo que le result¨® fascinante. ¡°Uno en la vida hace cosas porque quiere un mejor coche, una casa mejor, vivir mejor¡ En el Vaticano, si pasas a un grado superior, pueden cambiarte el color de los botones, pero sigues igual. Con lo cual, ?por qu¨¦ esas luchas intestinas por subir? All¨ª vi lo que es el poder por el poder¡±.
F¨²tbol y reivindicaci¨®n
Vicente Boluda preside desde 2011 la Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios (AVE), un lobby que ha reivindicado la construcci¨®n del corredor ferroviario mediterr¨¢neo y la reforma del modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Lleg¨® al cargo despu¨¦s de pasar en 2009 por la presidencia del Real Madrid, a la que no le importar¨ªa regresar y en la que lamenta ver a Florentino P¨¦rez. "No me gusta su pol¨ªtica. Ganar m¨¢s o menos t¨ªtulos, a veces es lo de menos, pero con sus posicionamientos y sus maneras ha conseguido que sea el club m¨¢s odiado de Espa?a, y a eso no hay derecho. En la vida hay que ser humilde", afirma.
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