Rivera, que sea ahora si es inevitable
El desaf¨ªo interno a la ejecutiva de Ciudadanos llega en el peor momento para prosperar. Un repaso a las ideas y la estrategia en la crisis interna de la formaci¨®n naranja
La crisis en Ciudadanos es profunda, el partido est¨¢ hu¨¦rfano de ideolog¨ªa y ha fracasado en sus expectativas de liderar su bloque, aunque esta sigue siendo la apuesta. La salida con portazo de Rold¨¢n, la ruptura con Valls y la contestaci¨®n p¨²blica de otros hombres fuertes como Igea, Nart o Garicano ponen de manifiesto la crisis que ven¨ªa gest¨¢ndose dentro del partido. Algunos integrantes naranjas no comparten el veto a S¨¢nchez, la deriva nacionalista o los pactos con la derecha radical.
El cord¨®n sanitario al presidente en funciones ten¨ªa y tiene todav¨ªa un objetivo simple, el de conseguir adelantar al PP y convertirse en el partido hegem¨®nico de la derecha. Algo que pasa por renunciar a muchos de los principios fundacionales de aquel joven partido que, en 2006, se defin¨ªa como no nacionalista, liberal y socialdem¨®crata. Ahora, lo de no nacionalista solo aplica para las naciones ajenas; lo de liberal, solo y con matices para la econom¨ªa; y lo de socialdem¨®crata se reduce a dem¨®crata.
La manta corta de Albert
Sabemos que los movimientos partidistas en el eje izquierda-derecha son como una manta corta. Cuando uno se mueve en este espectro, lo debe hacer siempre pensando que lo que aspira a conseguir es mayor que lo que se va a dejar en la otra direcci¨®n. En el caso de Ciudadanos nunca sabremos qu¨¦ hubiese pasado si en vez de centrarse en su frontera electoral a la derecha, hubiese dado la batalla en el centro pol¨ªtico. Pero parece pertinente repasar su trayectoria reciente en el plano estrictamente electoral:
- Ciudadanos han mejorado sus resultados con respecto a las legislaturas anteriores en elecciones generales, auton¨®micas, municipales y europeas.
- Sin embargo, durante el mes de ¡®entreguerras¡¯ los de Rivera han perdido m¨¢s de la mitad de los votos si se comparan generales y municipales; y 1.400.000 votos si tomamos como referencia las europeas. Una sangr¨ªa sin paliativos, en cualquier caso, aunque sean arenas diferentes.
- La formaci¨®n ven¨ªa tambi¨¦n de ser primera fuerza en Catalu?a en 2017, comunidad en la que pierde m¨¢s de un 70% de sus apoyos entre aquellos comicios y las ¨²ltimas elecciones al Parlamento Europeo.
Si se a?aden a todo lo expuesto, las expectativas que se crearon en torno al liderazgo que otorgaban las encuestas a Ciudadanos durante los primeros meses de 2018, parece discutible la direcci¨®n en que Rivera ha decidido arroparse con su manta electoral.
La maniobra ideol¨®gica
Ciudadanos se adscribe definitivamente al bloque de la derecha y abandona el centro. Mantiene as¨ª la posici¨®n que sostuvo en las ¨²ltimas campa?as de vetar al Partido Socialista. Rivera deja tambi¨¦n de explotar el eje vieja-nueva pol¨ªtica para utilizar solo el eje izquierda-derecha. En otras palabras, renuncia a la batalla de la regeneraci¨®n y se abona a la de las trincheras ideol¨®gicas.
La pol¨ªtica de bloques queda completamente restituida en el momento en el que Rivera levanta un muro en el centro y solo se dispone a acordar a su derecha y extrema derecha. La competici¨®n partidista espa?ola queda abocada, en palabras del propio Rold¨¢n, al retorno de las trincheras rojas y azules. En parte, porque uno de los dos partidos llamados a generar di¨¢logo entre bloques descarta esta posibilidad.
El viraje de Rivera tambi¨¦n ha adquirido una dimensi¨®n europea. M¨¢s all¨¢ de la desaprobaci¨®n p¨²blica de Macron y algunos de sus socios europeos por pactar con la derecha radical. La posici¨®n del grupo liberal (ALDE), al que pertenece Ciudadanos, puede ir en la direcci¨®n opuesta. En las negociaciones para elegir la nueva Comisi¨®n Europea, la posici¨®n de los liberales encabezados por Macron puede pasar por acordar con socialistas y verdes. Direcci¨®n opuesta a la que ha escogido Rivera.
La alternativa a esta din¨¢mica es clara: romper el eje en el que se disputa la competici¨®n partidista y generar consensos transversales. Esto fue lo que consiguieron Ciudadanos y Podemos en sus inicios y lo que ahora se empe?an en dilapidar. Quienes han reclamado esta estrategia se han encontrado una y otra vez con la negativa de sus partidos. Los planes de I?igo Errej¨®n y Toni Rold¨¢n parecen calcados tanto en su contenido como en su desenlace.
Mal momento para levantar la voz
Como ha se?alado el polit¨®logo Llu¨ªs Orriols, la salida de Rold¨¢n se produce en un momento muy singular. El desaf¨ªo adquiere su dimensi¨®n medi¨¢tica en plena expansi¨®n del partido, algo que no es demasiado com¨²n. La coyuntura m¨¢s com¨²n para las disputas internas suele producirse en periodos de recesi¨®n partidista. Cuando los resultados no son favorables o se pierde poder y puestos en las instituciones es cuando menos cuesta criticar p¨²blicamente al partido. Nada m¨¢s lejos de la situaci¨®n actual de Ciudadanos. Los de Rivera se encuentran, a pesar de todo, en disposici¨®n de acceder a gobiernos en multitud de municipios y comunidades aut¨®nomas.
Sabemos que existe toda una corriente de contestaci¨®n que atraviesa a la formaci¨®n naranja, al menos, de Barcelona a Valladolid. A pesar de todo, no existen demasiados motivos para sumarse al bando rebelde en un plano puramente estrat¨¦gico. Si esta crisis ten¨ªa que estallar, no se me ocurre un mejor momento para Rivera. No hay elecciones a la vista, ni mayor incentivo para no levantarse contra la ejecutiva, que uno de esos sillones que a¨²n quedan por repartir.
* Gonzalo Velasco Monasterio es analista pol¨ªtico de la Fundaci¨®n Alternativas
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