Europa se ¡®japoniza¡¯
A diferencia del caso nip¨®n, la banca europea tiene dif¨ªcil soportar la persistencia de tipos cero o negativos
En las ¨²ltimas semanas, y muy especialmente tras el cambio de rumbo de la pol¨ªtica monetaria del BCE hacia sesgos m¨¢s acomodaticios, ha cobrado una nueva actualidad el debate sobre los efectos de esas pol¨ªticas de tipos cero sobre los m¨¢rgenes y la rentabilidad bancaria. Al mismo tiempo, el ¡°enquistamiento¡± de tipos cero o negativos (en el caso de la facilidad marginal de dep¨®sito), con muy poca eficacia en t¨¦rminos de acercamiento a los objetivos de inflaci¨®n, va dibujando crecientes similitudes entre la situaci¨®n actual de la eurozona, y la vivida en Jap¨®n desde hace ya m¨¢s de dos d¨¦cadas, lo que se ha venido en denominar ¡°Euro-japonizaci¨®n¡±.
De ah¨ª que sea relevante analizar las lecciones de la banca japonesa, como indicador adelantado de lo que puede deparar a la europea con una d¨¦cada y media de retardo: en pr¨®ximas semanas se cumplir¨¢n cinco a?os desde que el BCE llev¨® a cero el tipo de inter¨¦s de su principal instrumento de pol¨ªtica monetaria, la conocida como MRO (Main Refinance Operation), situaci¨®n que en el caso japon¨¦s existe desde 1999.
El mantenimiento de los tipos en cero durante casi dos d¨¦cadas ha presionado a la baja los m¨¢rgenes unitarios de la banca japonesa. Cabe resaltar que el margen de intermediaci¨®n en la banca europea se encuentra actualmente en el mismo nivel (1,2% sobre activos) que disfrutaba la banca japonesa al inicio de siglo, y desde entonces dicho margen de intermediaci¨®n en Jap¨®n se ha reducido al entorno de 0,6%-0,7%. A ese margen de intermediaci¨®n hay que a?adir las comisiones, que son ciertamente reducidas en el caso de la banca japonesa (en torno al 0,3% de los activos, menos de la mitad que en la banca europea), y otros ingresos, fundamentalmente de la operativa en mercados, y tenencia de valores, que pesa en Jap¨®n algo m¨¢s que en la banca europea.
La suma de todos esos componentes se traduce en un margen bruto que, desde el inicio del siglo, en la banca japonesa se ha reducido desde el 2% (nivel que actualmente obtiene la banca europea) hasta el 1,2%. Frente a unos m¨¢rgenes tan exiguos y deprimidos, la banca japonesa ha exhibido dos elementos favorables, en su comparativa con la europea. En primer lugar, una presencia casi nula de morosidad, y por tanto de necesidad de provisiones, una vez digeridos los activos da?ados de la crisis del siglo pasado. En segundo lugar, una estructura de gastos mucho m¨¢s ligera que en la europea. Concretamente, el 1,4% de gastos sobre activos que tiene la banca europea es m¨¢s de lo que ten¨ªa la banca japonesa en 2000, y desde entonces esta los ha reducido al 0,6% actual, si bien es cierto que a esa reducci¨®n de gastos sobre activos ha ayudado el crecimiento de activos experimentado por dicha banca japonesa desde hace una d¨¦cada, fase a la que no ha llegado todav¨ªa la banca europea, y sin la que ser¨¢ muy dif¨ªcil soportar la persistencia de tipos cero o negativos.
?ngel Berges y Fernando Rojas son (*) profesores de AFI- Escuela
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