Pobreza de j¨®venes, una emergencia nacional
No solo caen sus salarios, tambi¨¦n reduce la emancipaci¨®n juvenil, con consecuencias perturbadoras
Este diario abr¨ªa sus p¨¢ginas de econom¨ªa el lunes pasado con la informaci¨®n de que los j¨®venes espa?oles, incluidos los que tienen estudios universitarios, obtienen rentas salariales anuales menores que las de los j¨®venes de hace una d¨¦cada. La situaci¨®n es a¨²n peor para los j¨®venes con pocos estudios, que perciben hoy lo mismo que se ganaba hace dos d¨¦cadas. Este retroceso ha roto la tendencia a que cada generaci¨®n supere los ingresos de la precedente. La fuente de la informaci¨®n era una conferencia del Gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, anticipando algunos resultados de un estudio que su instituci¨®n est¨¢ llevando a cabo.
Estos datos vienen a completar los procedentes de otras fuentes. Tomados en su conjunto, permiten identificar un grave problema social en Espa?a que, sin embargo, no est¨¢ en la agenda del debate p¨²blico, ni en la de la pol¨ªtica: la pobreza de j¨®venes.
No s¨®lo caen los salarios. Seg¨²n la encuesta de hogares de 2018 del INE, tambi¨¦n se ha reducido de forma alarmante la emancipaci¨®n juvenil. Uno de cada cuatro j¨®venes de 30 a 34 a?os sigue viviendo con sus padres. El porcentaje es del 53% entre los de 25 y 29 a?os, 4,6 puntos porcentuales m¨¢s alto que en 2013. En la franja de edades en que en otros pa¨ªses europeos acostumbra a producirse la emancipaci¨®n, de los 16 a los 24 a?os, en Espa?a s¨®lo un 6,8 % lo consigue.
Las consecuencias de esta falta de emancipaci¨®n son perturbadoras, tanto para los propios j¨®venes como para la sociedad y para la econom¨ªa espa?ola. D¨¦jenme mencionar solo tres. La primera es el efecto que tendr¨¢ sobre la cultura moral de los j¨®venes, sobre aquellas actitudes y virtudes (prudencia, justicia, fortaleza, templanza) que son necesarias para responsabilizarse de la propia vida. En la d¨¦cada en que se construye esa fibra moral, entre los 19 y los 29 a?os, la ¡°d¨¦cada prodigiosa¡± de la que hablaba el gran economista austro norteamericano Josep Alois Schumpeter, m¨¢s de la mitad de nuestros j¨®venes siguen en el nido de sus padres. La segunda es la dificultad para formar un hogar estable y tener hijos. ?Por qu¨¦ nos sorprende la baja natalidad espa?ola? La tercera es sobre la prosperidad colectiva. Los datos de otras sociedades nos dicen que una econom¨ªa es tanto m¨¢s innovadora y pr¨®spera cuanto antes produzca la emancipaci¨®n de sus j¨®venes. Si aceptamos este postulado, nuestra prosperidad est¨¢ gravemente afectada.
?Qu¨¦ hacer? Las soluciones que ofrece el Gobernador van por el lado de flexibilizar el marco laboral y mejorar el nivel educativo. Algo m¨¢s y mejor se puede hacer en esos dos campos. Pero tengo para m¨ª que no es suficiente. Son necesarias, y dir¨ªa que m¨¢s urgentes, otro tipo de medidas, como pol¨ªtica de rentas (salarios m¨ªnimos) y pol¨ªtica de vivienda para emancipaci¨®n, entre otras.
Para afrontar con ¨¦xito la pobreza de j¨®venes puede ser ¨²til recordar c¨®mo, a la salida de la Gran Depresi¨®n y de la Segunda Guerra Mundial, las sociedades occidentales acabaron con la ¡°pobreza de mayores¡±. Esa pobreza ven¨ªa de tres fuentes. Si una persona perd¨ªa su empleo por una crisis econ¨®mica, perd¨ªa su salario; y, como no hab¨ªa cobertura de ingresos por p¨¦rdida de empleo, ca¨ªa en la pobreza. En segundo lugar, si ten¨ªa la mala suerte de contraer una enfermedad y tener un accidente, como no hab¨ªa sanidad p¨²blica, entraba en la pobreza. Y, en tercer lugar, cuando las fuerzas f¨ªsicas obligaban a ¡°jubilarse¡±, perd¨ªa los ingresos; y, como no hab¨ªa cobertura para esta p¨¦rdida, ca¨ªa en la pobreza.
Para acabar con la pobreza de mayores, se construy¨® un contrato social que logr¨® erradicarla. Los que estaban mejor se comprometieron a pagar impuestos para que los gobiernos pudiesen construir tres grandes mecanismos de cobertura de ingresos: los seguros p¨²blicos de paro, el sistema p¨²blico de salud y el sistema p¨²blico de pensiones. Este contrato social erradic¨® lo que durante un siglo hab¨ªa sido el principal problema social de las econom¨ªas capitalistas
Hoy, el problema social m¨¢s grave que tenemos es la pobreza de j¨®venes. Su soluci¨®n requiere construir un nuevo contrato social para los j¨®venes. Un contrato ambicioso, que ha de operar tanto en el campo de la pol¨ªtica p¨²blica como en el de las empresas. Estamos ante una verdadera emergencia nacional. La sociedad espa?ola se enfrentar¨¢ a un futuro l¨²gubre y paup¨¦rrimo si no es capaz de afrontar con eficacia y justicia el problema de la pobreza de j¨®venes.
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