Los j¨®venes de hoy viven peor que los mileuristas de hace una d¨¦cada
Los j¨®venes de hoy, nacidos en los noventa, sufren m¨¢s temporalidad y tienen sueldos m¨¢s bajos que los que nacieron una d¨¦cada antes a pesar de estar m¨¢s formados
M¨¢s precarios, m¨¢s pobres, m¨¢s pesimistas y muchos, muchos menos. Pero tambi¨¦n mejor preparados. Los menores de 30 a?os viven peor que sus hermanos mayores, los mileuristas de hace una d¨¦cada. Los veintea?eros de hoy crecieron con la palabra crisis cosida a su existencia, y muchos creen que jam¨¢s podr¨¢n escapar de ella. Precisamente por arrastrar unas expectativas tan bajas han decidido estudiar en masa. Cuentan, as¨ª, con m¨¢s herramientas para enfrentarse al futuro.
Al comparar los j¨®venes actuales con la generaci¨®n que estren¨® los 20 antes de la crisis que en 2008 sacudi¨® al mundo, dos aspectos llaman poderosamente la atenci¨®n: la precarizaci¨®n del empleo y la sangr¨ªa demogr¨¢fica. El primero se traduce en una devaluaci¨®n salarial vivida entre 2008 y 2016 por pr¨¢cticamente todos los trabajadores, pero que se concentr¨® en las franjas de edad m¨¢s bajas: el salario medio de los menores de 20 sufri¨® un descenso del 28%; la ca¨ªda para los de 20 a 24 fue del 15%; y del 9% para los de 25 a 29, seg¨²n la Encuesta Anual de Estructura Salarial.
El segundo gran cambio estructural es el adelgazamiento de la nueva generaci¨®n: los 4,8 millones de espa?oles de 20 a 29 a?os que el INE contabilizaba a principios de a?o suponen un descenso de casi el 30% respecto a los 6,7 que hab¨ªa en 2005. Un impresionante baj¨®n demogr¨¢fico.
"Se est¨¢n acentuado tendencias precarizadoras instaladas hace ya tiempo. Un joven consolida su proyecto vital sobre dos pilares: condiciones laborales y acceso a la vivienda. Y tanto la temporalidad como los precios del alquiler han ido a peor estos a?os", asegura Carlos Guti¨¦rrez, secretario de Juventud de CC OO, sindicato que acaba de publicar #Generaci¨®nm¨®vil, una radiograf¨ªa de la juventud cuya principal conclusi¨®n es que la precariedad "no se define ya como una fase inicial o transitoria", sino que "cada vez m¨¢s se extiende como una mancha de aceite que conforma una nueva normalidad del mercado de trabajo".
La precariedad juvenil en el trabajo puede analizarse desde dos grandes patas: la temporalidad y la rotaci¨®n de un puesto a otro. Mientras la temporalidad cay¨® en la ¨²ltima d¨¦cada para el conjunto de trabajadores, esta ha vuelto a repuntar para los menores de 29 y es ya superior a la de antes de la crisis. Pero el gran triunfador en las pr¨¢cticas laborales de los veintea?eros es el contrato a tiempo parcial, en su mayor parte no deseado. Durante la crisis, la destrucci¨®n de empleo afect¨® sobre todo a los trabajos a tiempo completo. La consecuencia es que los contratos por horas para los menores de 29 a?os pas¨® del 15% al 27%, seg¨²n calcula CC OO con datos de la EPA.
Frente a tanta negatividad, el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa Luis Garrido es mucho m¨¢s optimista. Seg¨²n sus estudios, las tasas de temporalidad se han mantenido sorprendentemente estables en cada franja de edad en generaciones anteriores. Y no ve ning¨²n motivo para que esto vaya a cambiar en el futuro. Garrido huye de cualquier discurso que lleve la coletilla de "generaci¨®n perdida". "De generaci¨®n perdida nada. ?Todo lo contrario!", protesta. ?l detecta dos factores que colocan a los j¨®venes de hoy en una situaci¨®n mucho m¨¢s favorable que la de sus predecesores: la vuelta en masa a los estudios ¡ªsobre todo de las chicas¡ª que dieron tras el shock de la crisis y la menor competencia por la ca¨ªda demogr¨¢fica.
Las malas perspectivas de encontrar empleo hundi¨® dr¨¢sticamente el abandono escolar: en 2006, el n¨²mero de varones de 16 a 24 a?os trabajadores lleg¨® a igualar a los estudiantes. Este a?o, el 63% de los chicos y chicas de esa edad se dedican tan solo a los libros, frente a un 15% de los que solo trabajan. "Muchos j¨®venes dicen estar desesperados por las malas perspectivas. Pero tienen ventajas descomunales. Entre otras, el ser poqu¨ªsimos. No hay ninguna ventaja comparable a esta", concluye Garrido, que lleva d¨¦cadas escudri?ando los datos de la EPA.
Pese a este futuro luminoso que les anticipa el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa, los j¨®venes se enfrentan a un presente muy dif¨ªcil. As¨ª se desprende del informe que esta semana va a publicar el Centro Reina Sof¨ªa sobre Adolescencia y Juventud. Este bar¨®metro muestra que el impacto de la crisis fue mayor entre los j¨®venes espa?oles que en los de otros pa¨ªses europeos. "Para medir la emancipaci¨®n, estudiamos las pol¨ªticas p¨²blicas, la situaci¨®n econ¨®mica y factores culturales. En este aspecto, Espa?a sigue por debajo de sus vecinos. Y la brecha sigue creciendo", dice Eulalia Alemany, del Centro Reina Sof¨ªa. Otro problema al que tendr¨¢n que enfrentarse j¨®venes como Severino Edjagn. "Mis amigos y yo vemos muy dif¨ªcil dar con un buen trabajo estable. M¨¢s bien pensamos que iremos saltando de un puesto a otro", sintetiza este estudiante de FP de 25 a?os.
LOS QUE TEN?AN 20 A?OS ANTES DE LA CRISIS
ANA PASTOR, 37 A?OS | Arque¨®loga
¡°Las nuevas generaciones son m¨¢s competitivas que nosotros¡±
En septiembre de 2010, EL PA?S inici¨® la ambiciosa serie (Pre)parados, donde a lo largo de 20 entregas radiografiaba la juventud que se enfrentaba a una crisis que entonces apenas empezaba. En ella, la arque¨®loga y restauradora Ana Pastor se lamentaba de los perjuicios para encontrar trabajo que le acarreaba su exceso de preparaci¨®n. ¡°Me planteo eliminar de mi curr¨ªculum las dos carreras que tengo¡±, dec¨ªa. Han pasado ocho a?os en los que Pastor ha logrado mejorar su situaci¨®n econ¨®mica. Pero vivir de su profesi¨®n sigue pareciendo una quimera.
Cuando dio la entrevista, su sue?os era trabajar como restauradora de bienes arqueol¨®gicos. Lo logr¨® durante a?o y medio. Pero la crisis ¡ªque golpe¨® con fuerza al sector cultural¡ª dio al traste con su empresa. Y Pastor, que en 2010 se quejaba de estar demasiado preparada, sigui¨® form¨¢ndose. Hizo un m¨¢ster con una beca. Ahora estudia un curso de doctorado.
¡°?Que si he cumplido mis expectativas de entonces? Yo dir¨ªa que las he sobrepasado. Estoy muy contenta de haber seguido form¨¢ndome. Pero tengo claro que el t¨ªtulo de doctora no me va a abrir nuevas puertas laborales¡±, asegura al tel¨¦fono desde Barcelona. Hoy, Pastor compatibiliza un trabajo de supervivencia en una empresa de atenci¨®n al cliente con sus cursos de doctorado.
Cumplidos los 37 a?os, tiene perspectiva para compararse con los alumnos m¨¢s j¨®venes con los que convive. ¡°Los que vienen detr¨¢s son m¨¢s competitivos. La crisis les ha hecho m¨¢s individualistas. Y en la Universidad veo desigualdades de clase muy fuertes que no ve¨ªa cuando yo empec¨¦ a estudiar¡±, concluye.
CLARA FERN?NDEZ, 33 A?OS | Actriz y camarera
¡°Los m¨¢s j¨®venes se han acostumbrado a la precariedad¡±
EL PA?S ha contactado con algunos protagonistas de la serie de 2010 (Pre)parados. La idea es analizar c¨®mo les ha ido desde entonces a unos j¨®venes que al inicio de la crisis mostraban su frustraci¨®n por un mercado laboral que se derrumbaba; y comparar su situaci¨®n con la de aquellos que hoy tienen la edad que ellos ten¨ªan entonces. Clara Fern¨¢ndez era una de las protagonistas de la serie, donde enumeraba los problemas a los que se hab¨ªa enfrentado para tener un trabajo remunerado. Ahora lleva tres a?os en Lucerna (Suiza), a donde se mud¨® por motivos personales.
Las escasas salidas de su carrera de psicopedagog¨ªa llev¨® a Fern¨¢ndez, hoy con 33 a?os, a dedicarse a su pasi¨®n: el teatro. En Lucerna, adem¨¢s de aprender alem¨¢n y trabajar como camarera en un centro cultural, ha logrado desarrollar su faceta art¨ªstica en una compa?¨ªa de teatro y circo.
"Me estoy especializando en marionetas. Y puedo dedicarme a esto gracias a que en Suiza est¨¢ desarrollado la idea de tener un trabajo por horas solo para pagar las facturas; y que te deje tiempo para ocuparte de las cosas que realmente te interesan", asegura por tel¨¦fono antes de entrar en su turno de camarera.
?Qu¨¦ diferencia ve entre ella y las generaciones que vienen detr¨¢s? "Ellos se han acostumbrado a la precariedad. Creen que es la norma, porque es la cotidianeidad que han vivido", responde. Es la diferencia con los de su edad, que crecieron pensando que todo estaba de su lado y se dieron de bruces con la crisis. "Mi madre me dijo que si estudiaba me iba a ir bien. Y m¨ªrame, tengo tres carreras y el futuro me lo tengo que labrar cada d¨ªa".
LOS VEINTEA?EROS ACTUALES
GUILLERMO REBOLLO, 21 A?OS | Estudiante
¡°Seguramente me tendr¨¦ que ir a trabajar fuera de Espa?a¡±
Guillermo Rebollo interrumpe la escritura de un ensayo sobre la Ley de Violencia de G¨¦nero para atender la llamada de EL PA?S. Estudia el doble grado de Sociolog¨ªa y Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Complutense, habla ingl¨¦s y franc¨¦s y tiene claro que, antes de lanzarse a la selva del mercado laboral, prefiere seguir form¨¢ndose. "Sin un m¨¢ster, va a ser muy dif¨ªcil encontrar un buen trabajo", asegura.
Tras todo este periplo acad¨¦mico, Rebollo se ve m¨¢s fuera que dentro de Espa?a. "Seguramente tendr¨¦ que irme a trabajar al extranjero, preferiblemente a Europa", asegura. Este joven de 21 a?os no ve esta emigraci¨®n forzosa como algo negativo: "Me apetece vivir fuera. Pero tambi¨¦n veo que no me queda otra opci¨®n. Dudo que en Espa?a vaya a encontrar un trabajo en mi campo". Aqu¨ª es donde ve una diferencia entre su generaci¨®n y la inmediatamente anterior. Antes, opina, los j¨®venes se iban cuando no ten¨ªan otro remedio. Pero ¨¦l y sus amigos ven en el extranjero una opci¨®n apetecible.
Esta es una percepcion subjetiva. Pero lo que las estad¨ªsticas muestran es que sus compa?eros de generaci¨®n frecuentan m¨¢s las aulas que sus hermanos mayores: de 2000 a 2018, el porcentaje de j¨®venes que solo estudia ha aumentado 18 puntos, mientras que los que solo trabajan han ca¨ªdo tambi¨¦n 18 puntos.
La ¨²ltima diferencia entre unos y otros es, seg¨²n Rebollo, las peores perspectivas laborales de los nacidos en los noventa. "Nosotros vamos a tener que pringar m¨¢s a?os como becarios. Me da miedo acabar en un estado de precariedad eterna. Por eso me planteo tambi¨¦n estudiar oposiciones".
VICENTE BELAIRE, 22 A?OS | T¨¦cnico de laboratorio
¡°Muchas empresas quieren que te quedes siempre de becario¡±
A sus 22 a?os, Vicente Belaire tiene muy cerca el ejemplo de la generaci¨®n anterior. Este estudiante de FP comparte las aulas del grado superior de t¨¦cnico de laboratorio con compa?eros de 35 a?os que abandonaron los estudios al calor del boom de la Espa?a del ladrillo.
"Cuentan que antes era m¨¢s f¨¢cil encontrar un trabajo con un buen sueldo. Pero como no ten¨ªan formaci¨®n, con la crisis se quedaron en el paro", dice Belaire, que se consuela al pensar que gracias a sus estudios pr¨¢cticos podr¨¢ encontrar un trabajo. "Aunque, eso s¨ª, me tendr¨¦ que adaptar a condiciones m¨¢s duras que antes", explica.
Belaire considera estar muy bien formado. Despu¨¦s de estudiar el grado superior de Qu¨ªmica Ambiental, ahora cursa el de Salud Ambiental. Y se alegra de poder disfrutar de unos avances t¨¦cnicos que facilitar¨¢n su trabajo. Ese es "el pro" de tener su edad. "El contra" lo detecta tambi¨¦n con nitidez: las condiciones del mercado laboral. "Muchas empresas, por no decir todas, te obligan a tener un periodo demasiado largo de becario. Es algo que hablo mucho con mis compa?eros. Tenemos miedo a que solo nos cojan de becarios; y que pretendan que sigamos siempre as¨ª", asegura Belaire, que pertenece al 35% de estudiantes espa?oles que tras la secundaria optan por FP. Es este un porcentaje a¨²n bajo frente al 50% de la UE.
Belaire es consciente de que lo tendr¨¢ dif¨ªcil el d¨ªa que quiera independizarse de sus padres. Irse a vivir solo ni se lo plantea. "Con el precio de los alquileres, no veo posible alquilar yo solo. Me gustar¨ªa irme a vivir con amigos".
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