Hermanos, estupendo; pero no primos

Desde que Donald Trump jur¨® su cargo el 20 de enero de 2017, Europa no pierde pie. Como ha visto amenazado su modus vivendi¡ªla libertad comercial, al ser la regi¨®n de mundo m¨¢s abierta a los intercambios¡ª se ha esforzado en retrenzar lo que otros desmochan: la red de relaciones libres, entre iguales y con mecanismos de control perfeccionados.

Al ¨¢mbito tradicional de la eliminaci¨®n de aranceles, se le han a?adido los de inversiones, derechos de propiedad intelectual, acceso a los mercados de contrataci¨®n p¨²blica¡­ Estos tratados de nueva generaci¨®n versan tambi¨¦n, pues, sobre la problem¨¢tica de los servicios, no solo de los productos industriales.

As¨ª que la UE ha concluido en la era Trump tres tratados de libre comercio de envergadura. Por s¨ª mismos, y porque pespuntean una estrategia de resistencia al proteccionismo. El primero fue con Canad¨¢. Entr¨® en vigor el 21/9/2017. Adem¨¢s de suprimir los aranceles mutuos en m¨¢s de un 98% de los productos intercambiables, regul¨® el acceso a los contratos p¨²blicos. Durante su vigencia, empresas espa?olas de ramos como la alimentaci¨®n, el juguete o el vino han multiplicado su acceso comercial a Am¨¦rica del Norte.

El del Jap¨®n entr¨® en vigor el 2 de febrero, aunque dejando pendientes los mecanismos dirimentes de los litigios. Tambi¨¦n elimina las tasas comerciales en un 94% de productos (quesos europeos a cambio de coches japoneses), y facilita el incremento de las inversiones europeas en el pa¨ªs asi¨¢tico en m¨¢s de un 10%. Y el muy reciente con Mercosur (firmado el pasado 28 de junio y pendiente de ratificar a nivel nacional) abre el mercado suramericano a los coches europeos, a cambio de eliminar aranceles agr¨ªcolas de Mercosur que suponen el 99% del total.

Adem¨¢s, todo eso se ha ejercido con la Comisi¨®n ejerciendo ya de pato cojo. Por eso, y porque esos acuerdos contrar¨ªan la moda nacionalista, merecen ser destacados.

Ahora bien, el liberalismo comercial sin matices podr¨ªa ser ingenuo cuando unos acuden al America first y los otros a las empresas p¨²blicas s¨²per-subvencionadas. Por eso, sin llegar al extremo de patrocinar compa?¨ªas propias campeonas (y privilegiadas), los europeos han simultaneado los nuevos tratados con medidas de igual exigencia a terceros. Esta semana han adoptado una l¨ªnea de dureza para las ¡°equivalencias¡± en los servicios financieros: ha abierto un procedimiento (COM (2029)a 349 final) para instar a otros (Canad¨¢, Brasil, Singapur, Argentina y Australia) a que sean tan exigentes como la UE sobre las agencias de calificaci¨®n: si persisten en su laxitud en contraste con la regulaci¨®n europea, perder¨¢n el acceso al mercado financiero de la UE, pues sus bancos competir¨ªan con ventaja injustificada.

Esta normativa sintoniza con la adoptada el 5 de marzo (Foreign Investment Screening) que aument¨® el control sobre las inversiones extranjeras en Europa: la Comisi¨®n tendr¨¢ voz para se?alar si alguna de esas inversiones ¡°amenaza a la seguridad del orden p¨²blico europeo¡±. La idea es que hermanos, estupendo; pero primos, de ninguna manera.