China intenta ense?ar econom¨ªa a Trump
Para entender la guerra comercial con China, lo primero que hay que tener en cuenta es que nada de lo que est¨¢ haciendo Donald Trump tiene l¨®gica. Sus puntos de vista sobre el comercio son incoherentes. Sus exigencias son incomprensibles. Y sobrevalora su capacidad de infligir da?o a China mientras que minusvalora el da?o que China puede hacer en revancha. Lo segundo que hay que considerar es que la respuesta de Pek¨ªn hasta ahora ha sido bastante modesta y moderada, al menos si tenemos en cuenta la situaci¨®n. EE UU ha impuesto o anunciado aranceles sobre pr¨¢cticamente todo lo que China le vende, con unas medias arancelarias que no se hab¨ªan visto en generaciones. Los chinos, en cambio, todav¨ªa no han desplegado toda la gama de instrumentos a su disposici¨®n para contrarrestar las acciones de Trump.
?Por qu¨¦ no han ido los chinos a por todas? Creo todav¨ªa est¨¢n intentando ense?ar a Trump un poco de econom¨ªa. En efecto, lo que han estado diciendo con sus actos es lo siguiente: ¡°Cre¨¦is que nos pod¨¦is intimidar. Pero no pod¨¦is. Nosotros, en cambio, podemos arruinar a vuestros agricultores y reventar vuestro mercado burs¨¢til. ?Quer¨¦is reconsiderar la situaci¨®n?¡±. Sin embargo, no hay indicios de que este mensaje est¨¦ calando. En vez de eso, cada vez que dan una tregua y brindan a Trump la oportunidad de recapacitar, ¨¦l se lo toma como una prueba de que tiene raz¨®n y aprieta a¨²n m¨¢s. A su vez, lo que esto da a entender es que en cualquier momento los disparos de advertencia se convertir¨¢n en una guerra comercial y de divisas en toda regla.
Nada de lo que hace el presidente tiene l¨®gica. Sus puntos de vista sobre el comercio son incoherentes
Con respecto a los puntos de vista de Trump, su incoherencia queda de manifiesto casi todos los d¨ªas, pero uno de sus ¨²ltimos tuits fue una ilustraci¨®n perfecta. Recuerden que Trump no ha parado de quejarse de la fortaleza del d¨®lar que, seg¨²n ¨¦l, deja a EE UU en una posici¨®n de desventaja competitiva. El pasado lunes consigui¨® que el Departamento del Tesoro declarase que China es un manipulador de divisas, lo cual era cierto hace siete u ocho a?os, pero no ahora. Sin embargo, justo al d¨ªa siguiente escrib¨ªa con aire triunfal que ¡°cantidades ingentes de dinero de China y de otras partes del mundo est¨¢n entrando a raudales en Estados Unidos¡±, y declaraba que ¡°es bonito ver algo as¨ª¡±.
?Y qu¨¦ pasa cuando ¡°cantidades ingentes de dinero¡± entran en un pa¨ªs? Pues que la moneda se revaloriza, que es exactamente de lo que se queja Trump. Y si estuvieran saliendo grandes cantidades de dinero de China, el yuan se estar¨ªa desplomando, no experimentando la ca¨ªda trivial (de un 2%) que denunciaba el Tesoro. En fin, supongo que la aritm¨¦tica no es m¨¢s que un fraude perpetrado por el Estado profundo. As¨ª y todo, aunque lo que afirma Trump no tenga l¨®gica, ?se rendir¨¢ China ante sus exigencias? La respuesta breve es ¡°?qu¨¦ exigencias?¡±. Lo que parece molestar a Trump es el super¨¢vit comercial de China con EE UU, el cual tiene m¨²ltiples causas y en realidad no se encuentra bajo el control del Gobierno chino.
Otros miembros de su Administraci¨®n parecen preocupados por los avances de China en los sectores tecnol¨®gicos, los cuales, efectivamente, podr¨ªan amenazar el dominio estadounidense. Pero China es una superpotencia econ¨®mica y al mismo tiempo relativamente pobre en comparaci¨®n con EE UU; es extremadamente poco realista imaginar que se puede empujar a un pa¨ªs de estas caracter¨ªsticas a recular en sus ambiciones tecnol¨®gicas.
Hecho que nos lleva a la cuesti¨®n de cu¨¢nto poder tiene realmente EE UU en esta situaci¨®n. EE UU es, l¨®gicamente, un mercado de primer orden para las mercanc¨ªas chinas y China compra relativamente poco a cambio, de modo que las consecuencias adversas directas de una guerra de aranceles son peores para los chinos. Pero es importante tener un sentido de la proporci¨®n. China no es como M¨¦xico, que env¨ªa un 80% de sus exportaciones a EE UU; la econom¨ªa china depende menos del comercio que otros pa¨ªses m¨¢s peque?os y a EE UU llega menos de una quinta parte de sus exportaciones.
De manera que, aunque los aranceles de Trump sin duda perjudican a los chinos, Pek¨ªn est¨¢ bastante bien posicionada para contrarrestar sus efectos. China puede inflar el gasto interno con un est¨ªmulo monetario y fiscal; y puede potenciar sus exportaciones, tanto al mundo en general como a EE UU, dejando que caiga el yuan.
La leve devaluaci¨®n de Pek¨ªn es un intento de mostrar que est¨¢ en una posici¨®n mucho m¨¢s d¨¦bil de la que imagina
Al mismo tiempo, China tambi¨¦n puede hacer da?o. Puede comprar las semillas de soja en otra parte y perjudicar as¨ª a los agricultores estadounidenses. Como hemos visto esta semana, incluso un debilitamiento fundamentalmente simb¨®lico del yuan puede hacer que se desplomen las acciones de EE UU. Y la capacidad de Washington para contrarrestar estas maniobras se ve obstaculizada por una combinaci¨®n de factores t¨¦cnicos y pol¨ªticos. La Reserva Federal puede bajar los tipos, pero no mucho en vista de lo bajos que ya est¨¢n. Se podr¨ªa implementar un est¨ªmulo fiscal, pero despu¨¦s de imponer una rebaja de impuestos beneficiosa para la plutocracia en 2017, Trump tendr¨ªa que hacer verdaderas concesiones a los dem¨®cratas para sacarles algo m¨¢s, lo cual seguramente no va a hacer.
?Y una respuesta internacional coordinada? Es poco probable, tanto porque no est¨¢ claro lo que Trump quiere de China como porque su beligerancia general (por no hablar de su racismo) ha hecho que casi nadie est¨¦ dispuesto a ponerse de parte de EE UU en las disputas mundiales.
De modo que Trump se encuentra en una posici¨®n mucho m¨¢s d¨¦bil de lo que imagina y me atrever¨ªa a decir que la leve devaluaci¨®n monetaria que ha llevado a cabo China ha sido un intento de mostrarle ese hecho. Pero dudo mucho que haya aprendido nada. Su Administraci¨®n ha ido deshaci¨¦ndose puntualmente de las personas que sab¨ªan algo de econom¨ªa y las noticias que tenemos indican que Trump ni siquiera escucha a la banda de ignorantes que le quedan.
As¨ª que esta disputa comercial probablemente se volver¨¢ mucho peor antes de que empiece a mejorar.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa.
? The New York Times, 2019.
Traducci¨®n de News Clips.
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