Del ¡®subid¨®n¡¯ de Trump al ¡®baj¨®n¡¯
El mercado de bonos nos est¨¢ diciendo que el dinero ¡®inteligente¡¯ se ha vuelto muy pesimista sobre la econom¨ªa
El a?o pasado tras el desplome de la Bolsa que provocaron los titulares acerca del conflicto comercial entre Estados Unidos y China, indiqu¨¦ tres reglas para reflexionar sobre este tipo de acontecimientos. En primer lugar, el mercado burs¨¢til no es la econom¨ªa. En segundo lugar, el mercado burs¨¢til no es la econom¨ªa. Y en tercer lugar, el mercado burs¨¢til no es la econom¨ªa. Pero quiz¨¢ deber¨ªa a?adir una cuarta regla: el mercado de bonos casi que s¨ª es la econom¨ªa. Un viejo chiste de economistas dice que la Bolsa predijo nueve de las cinco ¨²ltimas recesiones. Pues bien, una ¡°curva de rentabilidad invertida¡± ¡ªcuando los tipos de inter¨¦s de los bonos a corto plazo son m¨¢s altos que los de los bonos a largo plazo¡ª predijo seis de las ¨²ltimas seis recesiones. Y una ca¨ªda de la rentabilidad a largo plazo, que ahora es menos de la mitad de lo que era el pasado oto?o, ha invertido la curva de tipos una vez m¨¢s, y ha provocado que el diferencial entre el corto y el largo plazo se reduzca a m¨¢s o menos donde estaba a principios de 2007, en la v¨ªspera de una crisis financiera desastrosa y de la peor recesi¨®n desde la d¨¦cada de 1930.
Ni yo ni nadie estamos prediciendo una repetici¨®n de la crisis de 2008. Ni siquiera est¨¢ claro que vayamos hacia una recesi¨®n. Pero el mercado de bonos nos est¨¢ diciendo que el dinero inteligente se ha vuelto muy pesimista respecto a las perspectivas econ¨®micas. ?Por qu¨¦? La Reserva Federal controla b¨¢sicamente los tipos a corto plazo, pero no los tipos a largo plazo; una rentabilidad baja a largo plazo significa que los inversores esperan una econom¨ªa d¨¦bil, lo cual obligar¨¢ a la Reserva a bajar los tipos repetidamente.
El chute de glucosa tras la rebaja fiscal fue temporal porque nunca se tradujo en mayor inversi¨®n empresarial
?Y a qu¨¦ se debe esta ola de pesimismo? En gran medida, aunque no por completo, a una moci¨®n de censura contra las pol¨ªticas econ¨®micas de Donald Trump. Quiz¨¢ recuerden que el a?o pasado, despu¨¦s de un par de trimestres de buenas noticias econ¨®micas, los funcionarios de Trump alardeaban de que la rebaja fiscal de 2017 hab¨ªa sentado las bases de muchos a?os de crecimiento econ¨®mico elevado.
Sin embargo, desde entonces los datos b¨¢sicamente han confirmado lo que los esc¨¦pticos hab¨ªan estado diciendo desde el principio. S¨ª, la rebaja fiscal anim¨® la econom¨ªa, pero fue una ¡°subida de glucosa¡±. Eso es lo que se consigue con unos d¨¦ficits de billones de d¨®lares. Pero el subid¨®n fue temporal. En concreto, el prometido auge de la inversi¨®n empresarial nunca se materializ¨®. Y ahora la econom¨ªa ha regresado, en el mejor de los casos, a su ¨ªndice de crecimiento anterior al est¨ªmulo.
Al mismo tiempo, est¨¢ cada vez m¨¢s claro que la beligerancia de Trump respecto al comercio exterior no es una pose, sino que refleja una convicci¨®n real. El proteccionismo parece ser, junto al racismo, parte ¨ªntegra del Trump esencial. Y la confirmaci¨®n de que realmente es el ¡°hombre de los aranceles¡± est¨¢ teniendo un grave efecto disuasorio sobre la inversi¨®n empresarial, en parte debido a que nadie sabe exactamente hasta d¨®nde va a llegar.
Para entender c¨®mo funciona esto, piensen en el dilema al cual se enfrentan muchos fabricantes estadounidenses. Algunos dependen en gran medida de piezas importadas y, ante unos aranceles reales o la amenaza de los mismos sobre esas importaciones, no van a invertir. Otros a lo mejor competir¨ªan con mercanc¨ªas importadas si se les asegurara que esas importaciones se van a enfrentar a duros aranceles, pero no saben si esos aranceles van a llegar realmente o si durar¨¢n. De manera que la gente est¨¢ sentada sobre montones de dinero, esperando a ver qu¨¦ hace un presidente err¨¢tico.
Por supuesto, Trump no es el ¨²nico problema. Otros pa¨ªses tienen sus propias dificultades ¡ªuna recesi¨®n europea y una desaceleraci¨®n china parecen bastante probables¡ª y algunos de estos problemas est¨¢n salpicando a Estados Unidos.
El mercado de bonos, que es el mejor indicador que tenemos, declara que la 'Trumponom¨ªa' ha sido un fracaso
Pero aunque Trump y compa?¨ªa no sean la fuente de todos los apuros econ¨®micos de los estadounidenses, uno quiere de todas formas alguna garant¨ªa de que los problemas se abordar¨¢n de manera eficaz a medida que surjan. Entonces, ?qu¨¦ tipo de plan de contingencia est¨¢ cavilando el Gobierno? ?Qu¨¦ se plantean hacer las autoridades si la econom¨ªa acaba debilit¨¢ndose sustancialmente? Al parecer, la respuesta es que no hay ninguna discusi¨®n pol¨ªtica, lo cual no es ninguna sorpresa si se tiene en cuenta que b¨¢sicamente cualquier persona que sepa algo de econom¨ªa dej¨® la Administraci¨®n de Trump hace meses o a?os. Los asesores que quedan est¨¢n ocupados con tareas de gran prioridad como acusar a la p¨¢gina editorial de The Wall Street Journal de ser pro-china.
No, el ¨²nico plan del Gobierno si las cosas se ponen feas parece ser culpar a la Reserva Federal, cuyo presidente fue elegido por Donald Trump. Para ser justos, ahora est¨¢ claro que la Reserva se equivoc¨® cuando subi¨® los tipos a corto plazo el a?o pasado.
Pero es importante darse cuenta de que el error de la Reserva fue, esencialmente, que deposit¨® demasiada fe en las pol¨ªticas econ¨®micas trumpistas. Si la rebaja fiscal hubiera provocado realmente el boom prometido, si la guerra comercial no hubiese entorpecido el crecimiento, no tendr¨ªamos una curva de rentabilidad invertida; recuerden, la Reserva no caus¨® el hundimiento de los tipos a largo plazo, que es lo que invirti¨® la curva. Y tampoco se supon¨ªa que el subid¨®n de Trump iba a ser tan flojo que una peque?a subida de tipos lo echar¨ªa a perder.
Podr¨ªa a?adir que culpar a la Reserva me parece una estrategia pol¨ªtica discutible. ?Cu¨¢ntos votantes saben siquiera qu¨¦ es la Reserva o lo que hace?
Pero cuidado: los mercados de bonos nos dicen que el dinero inteligente se muestra pesimista respecto a las perspectivas econ¨®micas, pero el dinero inteligente se puede equivocar. De hecho, se ha equivocado en el pasado reciente. Los inversores fueron claramente demasiado optimistas el pasado oto?o, y a lo mejor ahora son demasiado pesimistas. En cualquier caso, el mercado de bonos, que es el mejor indicador que tenemos, declara que la Trumponom¨ªa ha sido un fracaso.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2019
Traducci¨®n de News Clips
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