Las empresas se desesperan por la dificultad de cumplir todas las leyes medioambientales
Rosario de normas: hace 20 a?os apenas exist¨ªan 72 textos ambientales en todo el mundo, ahora hay 1.500
La batalla por el medio ambiente se encuentra en un punto decisivo. Los palpables efectos del cambio clim¨¢tico, el problema de la contaminaci¨®n en las grandes ciudades o los continuos incendios en la Amazonia y algunas regiones de ?frica han situado la preservaci¨®n del planeta como la mayor preocupaci¨®n de la ciudadan¨ªa a nivel mundial, seg¨²n el instituto norteamericano Pew Research Center. Adem¨¢s, a pesar de los palos en las ruedas de negacionistas como Donald Trump o Jair Bolsonaro, el discurso medioambiental se abre camino en la agenda pol¨ªtica de forma cada vez m¨¢s s¨®lida. Sin ir m¨¢s lejos, la nueva presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula Von der Leyen, ha fijado el cambio clim¨¢tico como una de las prioridades para su pr¨®ximo mandato.
La creciente concienciaci¨®n de organismos y administraciones no solo cristaliza en medidas p¨²blicas. Tambi¨¦n (y fundamentalmente) en normas que imponen nuevas obligaciones a las empresas. En los ¨²ltimos a?os, se ha acelerado tanto el ritmo de aprobaci¨®n de este tipo de disposiciones que, incluso para las compa?¨ªas m¨¢s comprometidas, no siempre resultan f¨¢ciles de cumplir. Una encuesta realizada a 3.500 abogados de empresa europeos revela que el 50% prev¨¦ que tendr¨¢n problemas regulatorios en esta materia en los pr¨®ximos a?os, y tan solo el 15% afirma estar bien preparado para las exigencias medioambientales.
¡°Las leyes ecol¨®gicas en vigor ahora mismo se miden por miles¡±, indica Santiago Garrido, socio de Hogan Lovells. Seg¨²n el Instituto de Investigaci¨®n Grantham, un organismo brit¨¢nico especializado en cambio clim¨¢tico, a finales de los noventa, apenas exist¨ªan 72 textos ambientales en todo el mundo; en la actualidad son unos 1.500.
Otra de las caracter¨ªsticas de esta legislaci¨®n es la pluralidad de sus fuentes. Existen normas internacionales, comunitarias y estatales; en Espa?a, adem¨¢s, otras provienen de gobiernos y organismos auton¨®micos y, finalmente, de algunos Ayuntamientos. ¡°Esto genera una situaci¨®n un tanto ca¨®tica¡±, resume Garrido, que a?ade que, debido a esta dispersi¨®n del ordenamiento, ¡°estar actualizado y ser consciente de qu¨¦ normativa se aplica en cada momento supone un reto importante¡±. O dicho con otras palabras: hay un importante grado de inseguridad jur¨ªdica.
Adem¨¢s, el letrado explica que muchas de las leyes estatales (como por ejemplo la que regula la gesti¨®n de residuos o la emisi¨®n de determinados gases) tienen un posterior desarrollo auton¨®mico, donde generalmente se incluyen exigencias adicionales. Por lo tanto, una industria presente en m¨¢s de un territorio tiene que asumir distintas obligaciones para una misma materia. Algo parecido le sucede a quien est¨¢ presente en varios pa¨ªses.
Todo ello, como no puede ser de otro modo, tiene un coste para las empresas. Lo cual incide directamente en el negocio y en la cuenta de resultados. Como se?ala Mario Ortega, experto de KPMG, adaptarse a las exigencias legales puede obligar a modificar sustancialmente los procesos productivos o, incluso, abandonar determinadas actividades. Decisiones que ¡°suponen un coste significativo¡± y que pueden laminar el ¨¢nimo cumplidor de la organizaci¨®n.
Y ello, a?ade Luis Gonz¨¢lez, counsel de Garrigues, no solo trae problemas internos, de cumplimiento, sino que repercute directamente en la posici¨®n de la compa?¨ªa en el mercado. ¡°La competencia es extrema a nivel global¡±, reflexiona. As¨ª, la complejidad a?adida de la normativa medioambiental de pa¨ªses como Espa?a, o regiones como la UE, puede provocar que sus empresas se vean en desventaja frente a las de pa¨ªses con legislaciones m¨¢s laxas.
C¨¢rcel
?Qu¨¦ ocurre en caso de incumplimiento? Nuestras leyes aplican el principio de quien contamina, paga. Y lo paga caro. M¨¢s all¨¢ de las elevadas sanciones que imponen las normas de cada sector espec¨ªfico (residuos, aire, agua, etc.), la ley espa?ola sobre responsabilidad medioambiental permite que las autoridades impongan a las organizaciones medidas preventivas o de reparaci¨®n del da?o.
De no acatar estas instrucciones, las multas (compatibles con las anteriormente mencionadas) oscilan entre los 10.000 euros y los dos millones de euros en los supuestos m¨¢s graves. Adem¨¢s, las autoridades competentes tambi¨¦n podr¨¢n tomar medidas operativas contra la empresa infractora ¡°como la clausura de locales, la suspensi¨®n de autorizaciones o, incluso, ordenar el cierre temporal o definitivo de la compa?¨ªa¡±, subraya Gonz¨¢lez.
Si la infracci¨®n es especialmente grave (es decir, si el perjuicio al entorno natural es relevante), las empresas pueden incurrir en responsabilidad criminal. As¨ª lo establece el C¨®digo Penal, que contempla desde 2015 los delitos contra el medio ambiente entre aquellos que pueden ser cometidos por una persona jur¨ªdica. Ahora bien, para tener que responder ante un juez no es necesario causar un da?o, sino que ¡°basta con que exista el peligro de poderlo ocasionar¡±, advierte Juan Segarra, abogado de Molins Defensa Penal. As¨ª, las denuncias presentadas ante los tribunales se han multiplicado por cuatro en la ¨²ltima d¨¦cada, de acuerdo con un informe de la ONG SEO/Birdlife.
Los castigos que pueden imponerse por esta v¨ªa son varios: desde sanciones econ¨®micas hasta ordenar el cierre temporal o definitivo del centro, as¨ª como la retirada de subvenciones y licencias, o la intervenci¨®n judicial de las cuentas. Asimismo, el juez puede condenar a la persona f¨ªsica responsable a penas de c¨¢rcel que oscilan entre seis meses y siete a?os. Para evitar llegar a tal extremo, Segarra remarca la importancia de sistemas de gesti¨®n medioambiental, que validan que la compa?¨ªa cumple con sus obligaciones ecol¨®gicas, y los programas de cumplimiento penal, ¡°que aten¨²an o incluso pueden llegar a extinguir la responsabilidad criminal de la organizaci¨®n¡±.
M¨¢s abogados
Hablar de nueva normativa es hablar de m¨¢s negocio para los despachos de abogados. Las crecientes exigencias a las empresas han incrementado la contrataci¨®n de asesoramiento jur¨ªdico especializado y, en consecuencia, seg¨²n prev¨¦ la oficina de estad¨ªsticas laborales de Estados Unidos, en los pr¨®ximos a?os se disparar¨¢ la demanda de letrados expertos en este campo.
En Espa?a, los grandes bufetes ya ofertan el medio ambiente como una de sus ¨¢reas de pr¨¢ctica concretas. Antes, esta reglamentaci¨®n se integraba dentro del paraguas del derecho administrativo o se compart¨ªa entre un conjunto de departamentos.
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